27 de agosto de 2013

Journey


Como en la joya de Thatgamecompany, sobran las palabras y quizás es mejor mostrar imágenes del lugar, porque el trekking que realizamos desde Sapa hasta Giang Ta Chai fue una experiencia difícil de olvidar.



Pero como somos muy cansinos vamos a explicar un poco las sensaciones.
Primero nos llevaron en bus hasta Y Linh Ho donde nos apeamos una pareja de alemanes y nosotros, así que finalmente seríamos 4 los que realizaríamos el camino, tal y como prometió David.
La pareja se llamaba Julia y Hugo, muy simpáticos, amables y con los que realizamos el trayecto a muy buen ritmo, parándonos cuando era preciso y con absoluto 0 problemas en definitiva.

Comimos en Ta Van donde la mayoría de gente se vuelve para Sapa o algunos siguen hasta donde nosotros pero hacen noche en dicho lugar. Hay que decir que para visitar estos pueblos suelen cobrar dongs, varía en función del pueblo, pero creo que van de los 10k a los 30k, en nuestro circuito estaba incluido, así como la comida, pollo asado que tenía un sabor muy muy bueno. Imagino que nos lo cruzaríamos por el camino.
También nos acompañaron durante el viaje algunos grupos de mujeres de distintas etnias, normalmente te ayudan en algún paso complicado o vigilan que no te pierdas, al final suelen pedirte que compres alguna cosa, es tu decisión, nosotros a una le pillamos un par de cosillas y a otro grupo nada, sin problemas.

El viaje finalizó en una catarata donde pudimos refrescarnos y desde donde las vistas son espectaculares ya que a esa hora de la tarde (sobre las 16h) todo comienza a coger ese tono dorado que vimos el día anterior, pero claro, a pradera abierta y con los montañotes de fondo se puede uno imaginar la estampa. Muy bruto todo.

Esto es un breve resumen, lógicamente en el camino atravesamos laderas, bosques embarrados, caminos de todo tipo, ríos, puentes colgantes y algunas aldeas. Todo con unas vistas que parecen irreales mientras la cámara de fotos parece a punto de explotar o nosotros de volvernos locos por querer inmortalizar a cada escena más bella.
Para postres nos hizo un día espectacular, con alguna nube que más que empañar se agradecía por aquello del calor pero en general con un sol radiante y un cielo azul intenso, hasta nuestra guía, una Hmong llamada Lu muy amable y que nos fue explicando diversas curiosidades durante el trayecto, nos dijo que podíamos sentirnos afortunados, porque días así en esta época del año eran raros.
Con ese tiempo, los riachuelos tenían las aguas claras, así que podías mojarte sin problemas de quedar embarrado.

De vuelta al hotel directos a la ducha y más tarde a cenar, esta vez si, al Little Sapa donde cenamos de muerte, sopa de tofu, rollitos y ternera con verduras a la brasa que se terminaba de cocinar en plato caliente. Para postres conviene saber que aunque ponga "pequeño" pastel de Sapa, es un pastelote del quince, aun así estaba tan bueno que casi nos lo zampamos. Un tipo que pasaba por ahí de la cocina hasta pasó dos o tres veces mirándonos y riéndose rollo "estos no tienen fondo!"

Mañana finalizamos nuestra estancia en Sapa (eso sí, al final del día) para poner rumbo a Hanói de nuevo en tren nocturno y dirigirnos a la Bahía de Halong, donde nos espera un barco para hacer noche, ahí es nada.

Un saludo!

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