28 de marzo de 2011

127 horas

Sorpresa mayúscula la de esta cinta del director de Slumdog Millionaire, Trainspotting o Sunshine, Danny Boyle.

Boyle es querido y odiado a partes iguales por lo que escucho en referencia a sus obras. A mi personalmente me suelen gustar sus cintas, incluso la Playa!...es más, creo que Slumdog fue muy justa vencedora.

Pero también hay que reconocer que en ocasiones sufre altibajos en sus obras en forma de escenas poco agraciadas (como la ida de olla videojueguil del Di Caprio en la Playa...), pero en lineas generales creo que sus historias son entretenidas y además hace un uso más que correcto de sus bandas sonoras. Además de haber mejorado notablemente en cuanto al uso de la cámara....el tío se mete en el espacio, en el mundo de los yonkis, en la India...como si nada.

En esta ocasión, se trata de la historia real de un aventurero que sufrió un percance durante una de sus "extremas" excursiones.


Cuando uno ve 127, irremediablemente piensa en Buried, la obra de Rodrigo Cortés (premiada en 3 categorías de los Goya, por cierto), por la similitud del poco material gráfico del que se dispone para formar un largo. La diferencia es que en aquél, aunque más arriesgado en mi opinión, se tenía una ventaja y era el jugar en la liga de la ficción, en cambio 127 horas está basada en un hecho real, con lo que las limitaciones son, si cabe, mayores.

Y en el buen hacer del director, con pulso y con una puesta en escena fantástica aprovechando cada momento y sacándole el jugo a cualquier fotograma es donde 127 se lleva la palma...además del lucimiento personal de un James Franco que lo hace realmente bien.

Toda una experiencia, entretenida y desgarradora (sobre todo) que no deja indiferente.

Un saludo!.

25 de marzo de 2011

Sácame de aquí...

Cada vez que entro en una catedral, iglesia o templo de Dios me ocurre cosa parecida, primero y por educación, respeto, qué le vamos a hacer?, uno es así, es como un mecanismo automático, si se está en la casa de Dios se está en la casa de Dios, como si se está en la casa de Pepito, uno se comporta, y si viene Dios y te dice que puedes tomarte una copa y subirte al escenario a lo Freddie Mercury entonces hablamos. Segundo, comienzo a distinguir a la gente que realmente está ahí por fe y a la gente que pasaba por ahí. Es fácil reconocerlos, para mí fácil.
Tercero...la compañía es grata, pero el sitio es frío, quiero salir.


Sobre la gente, hay una buena fauna, comencemos;

Los que hacen fotos como posesos en sitios como Santiago están en un trance místico pero son incapaces de respetar el sitio y disfrutarlo a la vez, esos son los llamados "caminantes" o los que probablemente cuando se incorporan a la carretera automáticamente se ponen en el carril de en medio y bajan la velocidad, pero ellos ya están ahí situados...sólos y dominantes.

Luego están las señoras que realmente lo viven, las señoras de rulo-peluquería, estas ojito con ellas, no hagas algún comentario ácido o de humor negro porque harán una mueca si te conocen y ladearán la cabeza (y te lo tendrán en cuenta) o si no te conocen te lanzarán una mirada y se acordarán de tí en las plegarias al Señor...y no para bien.

Pasamos por las personas que suelen no creer pero que apartan la mirada cuando comentas que probablemente Cristo era un Che Guevara, igual hasta buen tío, y que probablemente fue utilizado como una publicidad viral para la mayor empresa del mundo....bueno, pues vale. Mi hermana creo que es uno de ellos.

Luego está el que no cree, que los hay mascadores de chicle con cara de "pff", bastante desagradables ellos (dentro y fuera de la Iglesia, para qué engañarnos) y los que no creen pero están ahí de figurantes...ah! y aquí hay unos infiltrados, los que no creen en Dios pero sí en el Diablo, que están ahí acechando por si su Señor les ordena algo, están ahí rollo "ya viereis ya...", suelen ser educados en el sitio curiosamente.

Los estudiantes son un caso a parte, ellos están ahí por trabajo, mirando las columnas, el estilo arquitectónico, que si gótico, que si romano, que si que si....goti-románico? Estos mola verlos, básicamente porque son un pozo de sabiduría y saben dónde mirar, fantástico para seguirles la vista y encontrar un punto bello en la estructura y sacar una foto chula....y así no perder el tiempo mirando una zona de la iglesia que al igual es la entrada al retrete.

Yo me pondría en el sexto grupo.


Los niños y los animales no cuentan.





21 de marzo de 2011

PontyPool

 El género de terror lamentablemente en contadas ocasiones nos sorprende con propuestas que se salgan demasiado de la tónica general del histerismo, el susto fácil y la acción encubierta para tapar lo simple de la idea.

Pero existen casos como con PontyPool en el que la sorpresa salta a escena y el resultado es algo que si bien puede dejar estupefacto en un primer momento, tras digerirlo no queda más remedio que aplaudir tan valiente propuesta.

Dirigida por Bruce McDonald basa su fuerza en dos papelones que se marcan tanto Steven McHattle como Lisa Houie, locutor y productora de radio respectivamente de una pequeña localidad de Canadá que se ve aparentemente afectada por una especie de virus mortal.
El primero nos regala una actuación basada en la fuerza de una voz que consigue transmitir fantásticamente bien la situación y la segunda por ser el  nexo de unión entre lo que resulta racional y el sensacionalismo necesario en el mundo de las comunicaciones, una dupla que funciona perfectamente y que, sinceramente, se hace necesario el visionado en versión original para disfrutar de la intensidad de las escenas.


Si, hemos visto cientos de veces la premisa, qué ofrece PontyPool que no ofrezca cualquier otra cinta de zombis al uso? (y más teniendo a Walking Dead acechando)
Pues que para empezar el tratamiento que se le da se desmarca totalmente de otras cintas del género, haciendo especial hincapié en el miedo psicológico a lo desconocido ya que la acción se contempla íntegramente desde un pequeño estudio de radio y, que una vez pasado el ecuador de la cinta, los acontecimientos giran hacia algo aparentemente surrealista pero que esconde una idea cojonuda y que además nos deja una crítica social bastante interesante.

Pontypool tiene un lado negativo para un cierto público, si no se supera la barrera del creerse realmente que es un entretenimiento y que la cinta tiene un fin muy marcado, puede provocar que el espectador quede un poco descolocado o que caiga en la tan manida excusa de "me esperaba otra cosa", cuando realmente la cinta es bastante sincera con lo que muestra. En cualquier caso resulta una propuesta interesante, atrevida e inusual.

Un saludo!.


18 de marzo de 2011

Enter The Dragon

Este título me recuerda que tengo pendiente publicar los análisis de varias pelis de las llamadas "de ostias" chinas, en las que el grandísimo Bruce Lee (no soy fan de nadie, pero reconozco que tengo debilidad por la historia de este hombre) era el máximo exponente comercial y no comercial también, entre ellas Operación Dragón.

Existe mucha paja en el género, pero hay algunas joyitas del entretenimiento que merecen, DEBEN ser recordadas.

De momento dejo el temaken de la cinta Enter the Dragon. Lo tiene todo, toque vintage, épica y los gritos de Bruce.


Y una foto que me recordó poderosamente a la peli. No sé por qué, pero bueno, esto es como cuando pensaba en Los Chichos en India.


Por cierto, si nada se tuerce, es probable que ya tengamos destino para este verano....Coming soon!

14 de marzo de 2011

Valor de Ley (True Grit)

Los hermanos Coen prueban esta vez con un western, un género que se resiste a morir en nuestros días y que resulta siempre arriesgadísimo de no ser que tengas cierto renombre en el mundo del cine.

Y como los Coen tienen crédito y además saben rodar, presentan Valor de Ley, un "remake" de la cinta interpretada en su día por John Wayne y de la que, según dicen, no son muy amantes...curioso.

Valor de Ley nos sitúa en la américa profunda de finales del 1800, en el que un hombre es asesinado absurdamente por un borracho cualquiera y del que la hija del fallecido decide tomarse venganza contratando a un caza recompensas, todo ello narrado mientras un plano en mitad de la penumbra se acerca lentamente, aquí ya empezamos a ver por qué los Coen saben rodar, la escena es una maravilla.


Historia simple, directa y en la que irremediablemente los Coen debían poner los cinco sentidos para atrapar al espectador con situaciones de tensión, humor negro y una realización que entra por los ojos por la bien parida que está.

Pero hay algo en esta Valor de Ley que a mi me chirría, si bien es cierto que la fotografía es estupenda, que la música en algunos momentos consigue que alcemos la vista por lo épico del momento y que estemos atentos a la peculiar relación entre Bridges y Hailee Steinfeld (algo mecánica, pero llamativa en cualquier caso), el caso es que ni la historia tiene mucha más profundidad salvo por un par de pinceladas sobre el valor, la justicia y los actos humanos ni consigue que lleguemos al final de la historia a un clímax total (ojo, es bueno, pero le falta "algo").

Las comparaciones son odiosas, pero resulta difícil no pensar en el broche de oro de Eastwood en Sin Perdón....resulta curioso, pero tuve sensación parecida en No es país..., en aquella me dio la sensación de que se extendía más de lo necesario y cuyo final dejaba una sensación que no hacía del todo justicia al conjunto.
En esta más acentuado si cabe, ya que llegados a cierto punto clave (o eso se supone) la cosa se diluye, su sinceridad y fidelidad en pos de una historia que no pretende ser ficción lo único que me provoca es la sensación de tener  un cuadro precioso y que por no darle dos pinceladas de ocre, no brille.

Es indudable que está bien rodada, que posee una fotografía preciosa (las escenas nocturnas son tremendas) y que es sincera con lo que muestra, pero el listón está muy alto como para dejar pasar ciertas impresiones. En cualquier caso muy recomendable.

Un saludo!.

11 de marzo de 2011

Actos inexplicables

Nadie a quien reprochar nada...nada por lo que preguntarse el porqué de las cosas.
Como una broma que no sabes quién te gastó, pesada y dolorosa, que llegó sin preguntar ni apuntar a nadie en concreto, simplemente te tocó por encontrarte en su camino.

Estaba en el contrato de la vida, un acto inexplicable.



7 de marzo de 2011

Tron

Corría el año 1982 cuando un director novato llamado Steven Lisberger (del que jamás se supo salvo en una peli "La furia del Viento" en la que salía...Mark Hamill! y hasta la nueva Tron, como productor) se atrevió a trasladar a la pantalla una historia que se adentraba en ese complejo mundo de las "computadoras" que con tanto fervor comenzaba a surgir entre las clases.


Tron narraba la historia de un joven programador llamado Kevin Flynn (El Nota) que había sido timado por un jefazo de la megacorporación en la que trabajaba siendo apartado de los créditos que merecía por desarrollar gran parte del software.
Como quien no quiere la cosa, se introducirá en el mismísimo programa mediante una "máquina imposible" para recuperar el control de su creación.

Los primeros minutos de Tron probablemente fueron los que apartaron rápidamente a gran parte del público que asistió por entonces a su estreno, y es que en estos minutos nos bombardean con terminología no muy compleja del mundo de la programación o la informática, pero que para el pagano en el área puede resultar un galimatías...no te digo ya en 1982...para potar.


El caso es que una vez superado el "parto" inicial nos encontramos con una aventurilla al uso, con efectos generados por ordenador bastante arcaicos y con un desarrollo algo confuso en ocasiones. A pesar de todo, el regustillo que deja al finalizar no es malo del todo.

Pero dejando a un lado la película (y entonces?), donde Tron ha triunfado ha sido en la leyenda fraguada a partir de su creación.

Se puede acudir a la wikipedia para una información más detallada, pero el pensar en que fue la primera cinta que utilizó efectos especiales generados íntegramente por ordenador (menos de los que parece a simple vista, al parecer se utilizaron técnicas muy clásicas de este campo, como trucos de efectos visuales..), que las escenas "inside" del mundo de Tron fueron rodadas en blanco y negro y más tarde coloreadas utilizando técnicas fotográficas (algo que no se ha vuelto a hacer jamás) y que los diseños corrían de la mano de Syd Mead (Aliens) o Jean Giraud (Moebius) pues....qué se puede decir? Sólo por el mimo y el laborioso trabajo que lleva detrás creo que es de recibo aparcar calificaciones en cuanto a lo absurdo de algunas situaciones y valorar directamente lo que se gestó por entonces como idea y como proyecto de valentía inusual para la época.

Pero repito, la cinta probablemente no sea un portento de calidad en cuanto a guión, interpretación o cinta "seria". Tampoco creo que pretenda esto último, simplemente es una manera de acercar al público un mundo digital fascinante de la mente de un simple programador.

Llegados a nuestros días, la cinta se ha convertido en culto, esas pelis que dejando a un lado calidad (o no), están en un estatus en las que nadie osa meterse demasiado, simplemente se mencionan para sacarlas a relucir por lo que aportaron al séptimo arte (y a la sociedad, en ocasiones).

Y es aquí donde en 2010 se volvió a intentar acercar Tron a un público actual, "algo" más acostumbrado a los ordenadores y a que tipos esquiven balas a cámara lenta mientras hacen giros super-chulis de la muerte embutidos en trajes de licra de dieta Kellog's.


Supongo que le decidieron llamar Tron Legacy, primero por que es cierto que es el legado de su primera parte y, segundo, para alejar un poco a cualquier listillo que le diera por ver la primera y decir "pero esto qué es?, yo paso de ir a verla por si acaso"...es decir, apartamos a cualquier ser que indague un poco por google.

Esta segunda parte comienza poco después de lo sucedido en la primera, con un Flynn conversando con su hijo para poco después desaparecer y enlazar con nuestros días, mientras viajamos a toda velocidad a lomos de una Ducatti conducida por su ya adolescente hijo.
El chaval, que ha heredado la chulería de su papi y que, como no, siente unas dudas tremendas por el paradero de su padre decide atender una extraña llamada que recibe uno de los pocos miembros leales que quedan  en la corporación que un día fue de su padre y de la que él todavía es "responsable" a pesar de pasar bastante del tema.
Conseguirá entrar en Tron pero esta vez los gráficos serán de xbox en lugar de Spectrum.

En esta cinta uno ya puede apuntar a matar si se quiere, ya que no innova en absolutamente nada salvo en un nuevo giro a los efectos especiales sobre un mundo ideado hace casi 30 años.
Ya no le ampara un proceso laborioso ni de valentía, es una continuación de una historia curiosa pero que no destaca ni de lejos como aquella vez en la que asistimos al "nacimiento" de Neo en el mundo real, justo a la inversa que en esta Tron, en la que un efecto cutrecillo introduce al muchacho en un mundo digital...todo sería un producto anodino si no fuera por una banda sonora cojonuda (pero mucho) de Daft Punk, por un Jeff Bridges que es un grande se mire por donde se mire y por los ojos de Olivia Wilde, simplemente espectaculares...y mira que en House no llega a...bueno, sí, sí que llega, es acojonante la mirada de esta chica.

Ejem

Venga va..otra y "prou"

Tron Legacy es un entretenimiento (con algún que otro altibajo en cuanto a ritmo) que resulta un remake encubierto de su primera parte (los juegos, el viaje hacia la puerta, el tirano....) y que lamentablemente me hubiera gustado ver en el cine para disfrutar los efectos especiales, que están muy bien, de los ojos de Olivia y de su banda sonora en pantalla grande. En cualquier caso pillaré la edición blu-ray que seguro luce muy bien.

Un saludo!.

4 de marzo de 2011

Octopussy

Después de viajar por tanto desierto y carretera, llegar a un lugar como Udaipur es un respiro, con su Pichola (que es un lago), esos atardeceres con las montañas de fondo... y si además te topas con el emplazamiento de una de las pelis de James Bond, pues más curioso resulta. Aunque uno no haya visto la peli acabará viéndola a trozos ya que probablemente la pongan en cualquier sitio al que se vaya.



Sus calles con ese hervidero de gente (y dónde no en India?) resultan estrechas, empinadas algunas en el "centro" y si además le añades vacas y algún que otro turista tenemos como resultado una de las ciudades más completas y pintorescas del país.

Visita obligada, dudo que defraude a casi nadie.