24 de noviembre de 2013

Europa One

Del director ecuatoriano Sebastián Cordero llega esta cinta de ciencia ficción rodada a lo documental falso (o found footage, que mola más) y que narra el periplo de un grupo de astronautas enviados a la luna de Europa en Júpiter para demostrar de una vez por todas si hay vida bajo las capas de hielo de su superficie.


Veamos, este es uno de esos títulos en el que es mejor cumplir una serie de requisitos para poder disfrutar plenamente de la experiencia. Por un lado se debe sentir cierta fascinación por el mero hecho de descubrir algo realmente importante para la humanidad como es el saber si existe vida fuera de nuestro planeta. Por el otro se debe entender que no necesariamente vamos a ver rayos láser, misiones imposibles y la típica escena en el que el prota se besa con la chica mientras todo se va al garete.
En su lugar, se debe disfrutar con un plano estático de un mundo totalmente desconocido, de lo inmensamente frágil que resultamos en un ambiente hostil y de cómo se las arregla el ser humano para lidiar con ello.

Si  pasamos esa barrera el producto resulta totalmente recomendable y una sorpresa para los que no esperábamos demasiado de una cinta casi con la etiqueta del mercado doméstico más que para las grandes salas. Cosa que desconozco, no sé si ni siquiera se ha llegado a estrenar en salas, por lo menos en nuestro país.

El sistema de falso documental funciona, justificadísimo dentro de la trama principal y con un empleo fantástico en los momentos que lo requieren, mostrando de forma certera la acción y manteniendo el interés sin apenas bajar el ritmo. Cierto es que a mí este tipo de cintas me encantan, pero cuando el título resulta un ladrillo no tengo reparos en decirlo, y aquí como digo la fórmula funciona.


Por otro lado, también esperaba ver un grupo de actores de aquellos digamos...justitos, pues no, tenemos un elenco que funciona perfectamente, con nombres reconocidos como Michael Nyqvist, famoso entre otras por su papel en la versión original de la trilogía Millenium o Sharlto Copley al que pudimos ver en la magnífica District 9, en Elysium y próximamente en Maléfica, una revisión aparentemente a lo dark side de La Bella durmiente.
Todos resultan creíbles y realizan perfectamente el papel, sin excesos ni momentos memorables, sin escenas ridículas y manteniendo el tipo en todo momento.

Y llegados al apartado técnico, una producción de 10 kilos ambientada en el espacio debe gestionar muy bien los recursos, pero por otro lado a todo amante de la ciencia ficción (y al público en general) debes regalarle algún momento para que se vaya contento al catre y aquí podemos decir que hay más de uno.
Si bien al principio puede llevar al engaño, con alguna escena en la que parece que intentan obviar la gravedad cero para ahorrar en gastos, poco después nos llevan la contraria y de forma concisa y elegante se nos muestra ese entorno frío y oscuro que es el espacio de forma más que respetable, incluso con alguna escena que recordará, salvando las distancias, a la todopoderosa Gravity. Con sus puntitos de tensión incluidos, y ya digo que hay unos cuantos, con lo que el entretenimiento en mi opinión está asegurado.
Y no debemos olvidar el sonido, importantísimo en este tipo de cintas y que debe resultar inquietante, respetuoso con el medio en el que se ambienta y contundente cuando lo requiere. Pues bien, aquí las partituras corren a cargo de Bear McCreary, cuyo nombre igual a algunos puede que no les suene pero que a mí fue una de las cosas que me lanzaron a ver el título, ya que es el encargado de ponerle la música a series como Galáctica o a una de zombis que se lleva ahora mucho, The Walking Dead.


Leyendo este crítica parece que la cinta deba ir directamente a los Óscar, nada más lejos de la realidad. Hay que valorar el título como lo que es, y es una muy respetable cinta de ciencia ficción, sin un presupuesto desorbitado que consigue mantenernos interesados en gran parte del metraje, pero que perfectamente puede hacer huir al espectador más ávido de emociones fuertes y de una mayor espectacularidad. Quizás acabaría antes esta explicación comparándola, aunque las comparaciones son odiosas, con Gravity de Alfonso Cuarón, donde se junta poderío visual, ritmo, interpretación, sonido, música...o con Moon, otra de esencia parecida pero quizás más agradable para un público más global.
Pero dada su naturaleza con algún toque más de terror y de ficción que de ciencia, no puedo más que recomendar un título muy generoso para los amantes del género.

Pros: Juega muy bien sus cartas en cuanto a ritmo, nivel técnico e interpretaciones.
Contras: No es Armageddon, ni Gravity, ni Moon ni Alien.

Un saludo.


17 de noviembre de 2013

Solo Dios Perdona

Voy a intentar ser lo menos gafapasta posible y lo más condescendiente con la mayoría de opiniones sobre esta cinta, la cual doy fe que puede tanto levantar aplausos como culos del cine para encontrar la salida más próxima.

Para quien no conozca a Nicolas Winding Refn, diremos que es el director de la trilogía Pusher y de la reciente y más famosa Drive, aquella en la que Gosling hacía de un tipo imperturbable con un don para la conducción y que acababa envuelto en una trama de mafias.


Algunos probablemente ya estén buscando la salida o dejando de leer, pues bien, ya aviso que Solo Dios perdona estaba ideada para ser rodada antes incluso que aquella, con lo que si algunos fliparon con esas pausas temporales en los que los personajes simplemente se miraban y en las que el ambiente se podía cortar con un cuchillo, en ésta pensarán que están en Oz y en cualquier momento una casa machacará los sesos de algún asiático, ya que aquí no sólo tenemos un ritmo pausado sino que además lo onírico alcanza cuotas muchísimo más elevadas que en la cinta del conductor.

Para los que soporten los buenos treinta y pico minutos principales, apoyados en alguna escena gore tan característica de este director, puede que comiencen a ver entre la fantástica recreación de una Bangkok de luces de neón y de vida frenética entre calles oscuras y a la vez brillantes, una historia de violencia, un simple cuento en el que no existen verdaderos héroes ni villanos, en el que se imparte una justicia propia en un mundo apoyado por una reglas que se aplican durante el día pero que una vez llegada la noche se muestra en su naturaleza más violenta.
Pero no se conforma con esto, avanza hacia un terreno algo más personal entrando en la familia del protagonista y mostrando, desde la perspectiva tan característica del director, una serie de complejos freudianos perturbadores y que destapan un poco la carga psicológica que resume un poco la idiosincrasia de los personajes.

Creo que no voy a conseguir lo de ser lo menos gafapasta posible, pueden suprimir este último párrafo y sustituirlo con que simplemente es una familia con grabes desequilibrios emocionales.


A mí personalmente me ha encantado, desde una Kristin Scott Thomas algo histriónica y que probablemente sea el personaje cuyo punto de inflexión detona la esencia del film, hasta un Vithaya Pansringarm (el aparente jefe de los polis) cuya caracterización vuelva a acercarse a aquél Santo de los Asesinos que tanto molaba en la obra de Ennis y Dillon, Predicador, y que cada vez que hace su aparición en pantalla provoque que contengamos la respiración hasta ver su "veredicto".
Pero puedo entender perfectamente que muchos vean más de una escena gratuita, que vean un mundo irreal de flipados en el que los personajes deambulan como si fueran espíritus errantes y que aplican unas sentencias sobre la gente difíciles de encubrir por su atrocidad y aparente impunidad.
También creo que es una cinta a la que es muy fácil atacar tachándola de presuntuosa, de estilo videoclipero, de burda imitación Lynchiana por momentos y vacía de contenido.

Yo creo que cuando una cinta es capaz de generar tantísima opinión encontrada ya ha conseguido algo, y es como mínimo proponer multitud de opciones interpretables bajo distintos puntos de vista, un viaje diferente a las propuestas aparentemente más lineales del mundo cinematográfico.
Creo además que visualmente el director ha conseguido afinar un estilo bastante personal y reconocible a pesar de que a algunos ya les canse un poco la férrea personalidad de Gosling y que en definitiva, es un producto disfrutable si simplemente nos dejamos llevar por este cuento neo-asíatico-western ambientado en nuestros días y bajo las luces de neón de esa fantástica Bangkok.

Pros: De nuevo un estimulante viaje visual y sonoro a través de unos personajes impredecibles y perturbadores.
Contras: No es para todos los públicos, es fácilmente odiable y criticable.

Un saludo.

11 de noviembre de 2013

Blancanieves

Adaptando a la española el popular cuento de los hermanos Grimm, Pablo Berger tiñe de blanco y negro la ultraconocida historia, le quita la voz y nos regala una cinta que consigue emocionar y darle un nuevo enfoque a la misma.


Berger profundiza en el drama de sus protagonistas, ambientándose en una época "fácil" para poder presentar desde la tiranía más implacable de manos de una Maribel Verdú que lo borda cada vez que aparece en pantalla hasta la candidez casi palpable de Blancanieves.
La historia fluye y te atrapa completamente, ayudando sin duda una fotografía fantástica unida a una banda sonora que funciona a la perfección, mientras la simpleza de una narrativa apoyada en algún título ocasional va dibujando ese drama que poco a poco se va oscureciendo como bien es conocido.

Quizás sufre, llegados a cierto punto, de un leve bajón o pérdida de ritmo, fruto quizás de esos momentos de transición en el que simplemente vemos como pasa el tiempo sin que tenga excesivo peso en la historia, hasta llegar a su parte final, en el que un buen giro y alguna que otra sorpresa consiguen hacer remontar el vuelo y terminar por ofrecer una experiencia muy gratificante.

A pesar de este pequeño detalle, no se puede negar que la obra en conjunto es muy disfrutable, es una propuesta arriesgada de calidad, muy agradecida por el sector nostálgico del cine mudo, cuyo año quedó recompensado por la muy recomendable The Artist también.

Pros: La fotografía es brillante, la música de Alfonso Villalonga, y Maribel Verdú está inmensa.
Contras: Hacia su mitad sufre un pequeño bajón que puede hacernos desconectar por momentos.

Un saludo.

4 de noviembre de 2013

Trance

En trance debía estar Danny Boyle cuando decidió sacar a flote un proyecto guardado desde hacía casi dos décadas, un galimatías psicológico y sesudo en el que decidía meterse en la mente de un tipo con amnesia para extraer la ubicación de un objeto de gran valor.

La premisa es cojonuda, es interesante, parece que todo está orquestado a asistir a otra Origen pero sin tanto componente de ciencia ficción y con algo más de profundidad psicológica y en definitiva, real y más cercana a nuestros días.

Pero Boyle se pierde, comienza un viaje con mano entre el thriller y el drama, camina sólido con unos personajes solventes, un James McAvoy que da presencia y ritmo, una Rosario Dawson que bueno, que está muy bien y un Vincent Cassel que le da ese componente de villano sin estridencias, real y cumplidor.


Pero el juego comienza, con unas cartas que ya están sobre la mesa desde hace bastantes minutos, y toca jugar a entretener al respetable, a ofrecer un laberinto psicológico que no pierda frescura, dinámico y sin olvidar la potencia visual, que estamos en el cine cojones.

Los minutos se suceden, la cosa parece ir bien pero se tuerce cuando al bueno de Boyle le da por introducir trampas, rebobinados, avances, delirios de amoríos, personajes de caricatura, de postizo, un todo vale para llegar a los infinitos giros finales mientras la música en un in crescendo infinito te acompaña como si en cualquier momento fueran a aparecer Batman y el Joker enzarzados en una brutal pelea, y lo deseas, porque no entiendes muy bien a qué viene esa música de tensión en una escena en la que simplemente se mira en el espejo en un baño.
Batman no llega y anhelas que hubiese entrado aunque sea para romperle el cuello a alguno de los protagonistas para acabar con esa agonía, aunque no habría servido de nada, puesto que el bueno del director puede resucitar a los muertos si le place llegados a cierto punto.


Así se define el trance de Boyle, en una pastosidad que pierde todo interés mientras se derraman los minutos.

Así que no, esta vez no Danny.

A favor: McAvoy un rato, Cassel otro, Dawson en pelotas, cierta temática psicológica interesante y el principio.
En contra: La excesiva banda sonora, los giros...en definitiva, el resto.

Un saludo.

1 de noviembre de 2013

I Stand Up Next to a Mountain

La primera vez que vimos las formaciones kársticas fue una mañana en Yangshuo, China, tras un viaje nocturno muy movido, con aquel kamikaze de conductor y aquella carretera infernal, sin iluminación, adelantando a camiones, coches y motos mientras las luces de los vehículos emitían fogonazos de aviso para que nuestro Han Solo particular no se flipara más de lo que ya lo estaba. Aquel día fue sin duda un shock que tardamos mucho en olvidar.
Años más tarde en Vietnam viajábamos de nuevo hacia un lugar parecido, aunque esa vez el paisaje estaría dentro del maldito mar y lo íbamos a atravesar montados en un barco. 
Qué quieren que les diga, este mundo tiene lugares que superan la ficción continuamente, de hecho la ficción no sería nada sin ellos.
Recordando el tema de Hendrix, que me acompañó durante el camino a este lugar, realmente parecía que el bueno de Jimi en su viaje ácido hubiese doblegado el paisaje y construido a su voluntad ese lugar...esa experiencia.

Espero les guste el paisaje y no dejen de escuchar uno de los mejores solos de la historia.



Voodoo Child (Slight Return) - Jimi Hendrix