31 de marzo de 2014

True Detective

Debido al ruido generado y con la amenaza de que en algún tuit o artículo me jodieran alguna parte de esta pequeña serie de ocho capítulos, me decidí a ponerle remedio a lo que casi de forma unánime se conoce como uno de los bombazos de este año por parte de la HBO.
Cuando se genera tanto alboroto es poco probable que el producto sea basura, ya seas un entendido en la materia o simplemente espectador, si una cosa está bien parida es muy probable que acabe triunfando, y eso que a nivel de marketing no es que hayan promocionado en exceso la serie, veremos cuando llegue a la televisión en abierto.

Pues bien, es cojonuda, y por varios motivos.

Ambientada en las costas de Luisiana y con un toque salvaje, dramático y pesimista, True Detective nos cuenta el caso de un asesino en serie investigado por un par de detectives de personalidades muy distintas.

Vamos a empezar por la fantástica cabecera, imposible desconectar de forma alguna del magnífico trabajo realizado con el tema Far From Any Road de The Handsome Family, cuyo álbum Singin Bones merece más de una escucha, aunque el tema estrella se lleva la palma, pero 24-Hour Store o The Bottomless Hole tampoco se quedan atrás.


Con el eco del "And rise with me forever.." todavía pululando por nuestras cabezas comienza el tortuoso camino que la pareja emprende para desenmarañar ese caso que parece tocado por el mismísimo Diablo y que llevará al límite las vidas del "conservador" Marty, interpretado por Woody Harrelson y del ecléctico Rust, con un, de nuevo, Matthew McConaughey que lleva un año en el que debe haber tomado algo así como jalea real o haber hablado con quién debía, el caso es que de momento se ha destapado como un portento de la actuación en su breve pero destacadísima aparición en El Lobo de Wall Street, o en la que le valió el Oscar como mejor actor, Dallas Buyers Club, y ahora esta True Detective. Realizando ese papel de personaje que estás esperando en todo momento que aparezca para dar su peculiar visión, ya sea del caso, de la vida o del tiempo que hace, ya que de todo se puede sacar una interesante lectura, aunque no lo sea, y eso no deja de ser de por sí loable al conseguir ese grado de conexión con el espectador.


La progresión de su relación, con las salpicaduras inevitables de sus dramas personales, terminan por formar una historia de corte pausado pero dinámica, sin prisa pero sin dejar de sorprender, entre otras cosas por jugar con el tiempo de forma muy acertada, dejando entrever el camino que seguirá la historia pero sin dejar de añadir dudas, posibilidades, personajes y maldades que no nos dan respiro hasta que llega su final, un final que, si bien no cierra totalmente todos esos flecos que ha ido dejando por el camino, sí que forma un círculo sólido y del que si pensamos detenidamente, incluso esa imperfección da como resultado una historia más orgánica y de carácter más realista, resultando al fin y al cabo más honesta consigo misma.

Pros: La pareja protagonista probablemente sea de lo mejor que se ha llevado a la "pequeña" pantalla. La banda sonora de la serie merece mucho la pena y la fotografía de algunos paisajes sureños son brutales.
Contras: Su final está muy bien, pero tiene cabida como crítica su conformidad en cuanto a algunos aspectos, pero se hace difícil molestarse por ello, bajo mi punto de vista.

Un saludo.

23 de marzo de 2014

Dallas Buyers Club

Dallas Buyers Club representa ese tipo de cintas un tanto incómodas de ver, no al nivel de Shame o similares, incomodidad más bien escénica, pero que abordan temas como el de esas enfermedades incurables y que tanto pavor provocan en nuestra sociedad. En este caso, además, es retrato de una época de un descontrol y autodestrucción personal considerable.

Ron Woodroof, un electricista de Dallas, representado aquí como homófobo, mujeriego y drogata, un vividor del día día con ese nervio propio de los supervivientes natos, contrae el VIH y se le da un mes de vida.


Jean-Marc Vallée presenta una historia que mezcla de forma cojonuda desde el retrato y progresión de la vida de un personaje muy peculiar, centro de atención y verdadero conductor del argumento, hasta esa oscura guerra que libra la sociedad adormecida contra las grandes multinacionales farmacéuticas, los gobiernos que las protegen y los negocios más retorcidos con la vida humana.

Aunque no aborda de manera tajante ni se centra al 100% en sacar tajada de tan jugosas conspiraciones, se las arregla para introducirlos de manera brillante desde la perspectiva de ese flacucho pero energético personaje interpretado por un magnífico Matthew McConaughey, que representa esa parte de la humanidad que pretende ganarse la vida, como las farmacéuticas al fin y al cabo, pero sin oligopolios ni blindajes por parte de las autoridades en forma de leyes beneficiosas para sus negocios mutuos.

Pero Dallas, como digo, no se centra únicamente en esa parte de negocios farmacéuticos, ya que en ningún momento olvida la construcción y deconstrucción de un personaje que bien podría ser el Caronte de Dallas, presentado desde un infierno de odio pasando por distintas etapas hasta esa redención, pero sin dejar de lado una personalidad afilada innata.
No hay que obviar tampoco el fantástico trabajo de Jared Leto, en un papel secundario de lujo, compañero indispensable para entender la travesía de Ron y ganador merecidísimo de cuantos premios quieran darle a él y a Matthew.


Poco más que añadir, una historia dura pero divertida por momentos, con unos toques de humor en ocasiones muy negros pero con los que se hace difícil no esbozar una sonrisa, interesante por su honesta visión de la vida, de los negocios, de la gente y de la dignidad.

Pros: Sin duda el plantel de actores está en gracia, McConaughey se come la pantalla, la fotografía es fantástica por momentos, la banda sonora se apiada del espectador y acompaña o enfatiza en lugar de marcar el camino, el mensaje es claro y directo.
Contras: Parece que la historia real es algo menos dramática, se dice que Ron era bisexual...con lo que puedes sentirte manipulado, pero dudo que, una vez finalizada la historia, nadie se sienta con ganas de echar en cara la manera de llevarla a la pantalla.

Un saludo.

17 de marzo de 2014

El Juego de Ender

Basada en la novela más famosa de Orscon Scott Card y con la enorme responsabilidad de contentar a una legión de fans considerables que arrastra esta obra de culto de la ciencia ficción, Gavin Hood pareció convencer a la Warner para trasladar la historia de Ender, un chico que, en un futuro no muy lejano, es entrenado para acabar con una amenaza extraterrestre.

La utilización de críos como armas de batalla programados exclusivamente para ser máquinas hiper eficientes a la hora de entrar en combate es una de las cualidades más llamativas de la obra de Card. Se mezclan elementos políticos, algún que otro mensaje disimulado (y oscuro conociendo la biografía del autor) sobre la supremacia del ser humano y una visión interesante de los conflictos bélicos a través de los ojos de lo que no deja de ser un crío.


Como película entretiene, como adaptación y como casi siempre pasa, cojea en algunos aspectos aunque debo reconocer que el saltarse toda la parte del conflicto político que sufren en la Tierra para mí resultó un alivio, ya que en el libro me pareció un tostón considerable, así que en ese sentido pienso que Card acertó a la hora de escribir el guión que posteriormente se plasmaría en pantalla. Pero por otro lado se pierden elementos mejor definidos en la época temprana de Ender así como de algunas batallas que en el libro resultaban más completas y definían mejor el sufrimiento del chaval.

Creo en definitiva que como adaptación es más que correcta, y que si la cinta no acaba de convencer es porque sacrifica cierta esencia psicológica en pos de la acción y el efecto especial, eso lamentablemente le restan puntos y la dejan en un producto entretenido pero sin ser especialmente llamativo. 

Pros: Entretiene, el asunto de crear máquinas de guerra a través de críos resulta interesante.
Contras: Debido a la complejidad de llevar un relato sesudo o bien un producto palomitero, el resultado llega a algo palomitero pero se queda cojo en el apartado psicológico, que podría haber llegado a ser muy potente.

Un saludo.

10 de marzo de 2014

After Earth

Shyamalan hace tiempo que se convirtió en un director temido por todos y amado cada vez menos por la comunidad cinéfila, aunque curiosamente las productoras parecen encantadas con el director, ya que nunca ha tenido pérdidas en sus producciones, siempre ha recuperado lo invertido.

Reconozco que la única peli con la que no he encontrado nada interesante de su filmografía es con Airbender, una extrańa aventura, excesiva y en la que no vislumbré nada salvo unos efectos molones aunque nada sorprendentes. Lo peor de todo es que parecía pretender ser seria y caía en lo ridículo en muchas ocasiones.

En After Earth se rodea de la familia Smith (diría que sólo falta por salir la abuela en la peli) para presentar una historia de ciencia ficción bajo la premisa de la supervivencia y con cierto deje naturista.


En un futuro, los humanos tuvieron que colonizar otro planeta ya que la vida en La Tierra era imposible. Un accidente dejará al príncipe de Bel Air y a su hijo de nuevo en el planeta.

Una historia simple, algunos flashes que sirven como hilo conductor para que entendamos las motivaciones de uno y otro y para que conectemos con los personajes, y poco más necesita el director para presentar una aventura que en definitiva, entretiene.

Probablemente me quede solo, porque el nińo tiene sus buenas tortas, es previsible, Smith no cuela como tipo serio, algunos detalles son de traca (el águila...) y el guión no es que sea para tirar cohetes.

Pero vuelvo a insistir en que entretiene, y en que si uno se centra en la simple historia de supervivencia padre/hijo, en una bonita fotografía, en una banda sonora que acompaña muy bien cuando debe y en una muy bien dosificada dósis de suspense gracias al elemento "presa", el resultado está algo lejos de algunas críticas vertidas sobre la cinta. Algo me hizo sospechar cuando las leía, ya que muchas hacían hincapié en el factor hijo de Will Smith, malo.

No quiero que piensen que es la repera, pero me he visto un poco en la obligación de defender un producto entretenido del que todavía se rasca algo del sello del director.

Pros: Una entrenida historia de supervivencia gestionada con buen pulso.
Contras: Detalles poco acertados por querer mostrar quizás de forma algo forzada el mensaje naturista. El crío ciertamente es algo hostiable al principio.

Un saludo.

3 de marzo de 2014

Her

Ambientada en un futuro entre lo hi-tech y lo retro, Her de Spike Jonze nos pone en la piel de Theo, un tipo que se gana la vida redactando cartas y que acaba de salir de una relación.

Her se mete de lleno en el complicado mundo del amor y de la idiosincrasia humana, mezclando dicha complejidad con una tecnología punta capaz de emular y aprender del ser humano en pos de conseguir crear una simbiosis creíble entre un personaje de carne y hueso y una inteligencia artificial.


Plantea de forma correcta y natural ese desarrollo inicial entre un usuario y un simple sistema operativo mientras construye una relación que poco a poco se convertirá en un personaje más de la historia y que servirá para retratar el complejo comportamiento humano, la indecisión, la culpa, el odio, el amor y todas esas cosas que hacen poco viable que un proyecto así salga de la ciencia ficción.

Y precisamente ese sea el problema que le he encontrado a la obra de Jonze.
Las buenas sensaciones, la diversión de ese juego inicial unido a la curiosidad por ver cómo se desarrolla toda esa extraña historia da paso poco a poco a una definición demasiado plana por llamarlo de alguna manera.

Puede que a algunos no les parezca tan obvio, o que la construcción de esta historia en definitiva nos regala unos hechos lo más humanos posibles dentro del contexto, pero en mi opinión, salvo algunos detalles bellos, lo cierto es que el último cuarto se me hizo algo cuesta arriba por la decisión del director de no acabar la historia cuando todavía parecía viva.


A pesar de todo, es de agradecer el mimo y el cuidado que se le ha dado al guión, con un Phoenix en un registro fantástico y mucho menos histriónico que en The Master  y con una ambientación muy agradable para los sentidos, con esas mega-ciudades de fondo (Shanghai!) y un bokeh fotográfico que tan bien le sientan a estas historias tan personales.

Pros: La premisa es muy interesante y bien llevada en general. Buena fotografía y muy bien Phoenix.
Contras: Su último cuarto se estira demasiado.

Un saludo.