26 de noviembre de 2012

Breaking Bad

Nueva temporada, 2x01, Juego de Tronos, Mad Men, The Wire, American Horror Story, Fringe....

No es que sea una novedad el que las series nos acompañen hasta en la sopa, de siempre han existido, siempre han reunido a millones de personas ante el televisor como cuando degustábamos el Equipo A, V o The Young Ones, pero yo creo que pocas veces se han reunido en pantalla, en plazos tan cortos de tiempo y con el nivel de exigencia tan alto, tantísima serie tanto de calidad como de mediocridad.

Los estudios se devanan los sesos para sacar temporada tras temporada (o new season) productos que enganchen al público, personajes que enfaticen y se conviertan en parte de sus vidas, que no puedan vivir sin saber de ellos y, una vez que se tiene al espectador en sus redes, nos alargan las tramas de forma sutil en ocasiones o de manera escandalosa en otras, siendo de vez en cuando magnánimos y anunciando un fin para una temporada en concreto antes de acusar desgaste y perder ese punto de culto que en ocasiones consiguen algunas historias.


En cualquier caso, las series se han convertido en todo un filón y los actores, tanto novatos como veteranos, no dudan en estampar su nombre sobre el contrato cuando se vislumbra cierto éxito, llegando a cobrar salarios estratosféricos como Charlie Sheen, el cual si no me equivoco llegó a cobrar 1 millón de euros por episodio.

Así que sin darnos cuenta, puede que tengamos semanas en que incluso puede uno no llegar a ver ni una sola peli con tanta temporada y capítulo suelto, ya que el seguir las distintas historias puede llegar a absorbernos literalmente nuestro tiempo televisivo.

Y en esto estoy ahora mismo, con Homeland, con incluso Once Upon a Time (sí, estoy enganchado, qué le vamos a hacer), Walking Dead o Breaking Bad, una de esas que una vez comenzada ya no he podido dejar y los episodios caen a pares, encontrándome casi en su cuarta temporada.

Breaking Bad nos cuenta la historia de Walter White, un tipo cualquiera que un "buen" día se le diagnostica un cáncer bastante potente. La vida de White es bastante looser, pero el tipo posee un don sobre la química que lo enrolará en el mundo del narcotráfico para poder dejar a su familia un sustento cuando él desaparezca.

Con esta premisa se da pistoletazo a una historia muy humana, con unas decisiones muy de estar por calle y con situaciones algo rocambolescas y con un sutil toque de humor negro bastante recurrente.

Sin duda, el punto fuerte de Breaking es el proceso de deshumanización hacia el caos que sufre su protagonista, cada vez más atraído por el "lado oscuro", y que provocará que veamos ese interesante camino desde que es un looser muy looser hasta que las ideas comienzan a organizarse para dar paso a ese animal de presa que lleva dentro.


Pero no nos engañemos, el tipo es un señor corriente, no veremos fantasmadas imposibles de un día para otro, el proceso es pausado, como en ocasiones sus diálogos. En su lugar iremos viendo destellos y se nos dosificará de forma cojonuda ese proceso, para mientras tanto ir conociendo ese oscuro mundo del narcotráfico y sus reglas.
Conoceremos personajes de todo tipo bajo una sociedad que es mostrada como débil, pendiente de un hilo y cuya cordura en ocasiones está fragilmente expuesta tras un escaparate en una aparentemente inofensiva tienda de pollos.

A falta de seguir con la cuarta y quinta temporada, de momento lo visto es bastante potente. No exenta de fallos, sobre todo en sus primeros episodios, donde da la impresión de que estuvo ideada muy de piloto, dejando los cabos más frágiles sueltos, pero que, hasta la fecha, no empañan para nada el resultado del producto.

Destaca también una fotografia en ocasiones soberbia, con unos paisajes de Nuevo México fantásticos y un aspecto a lo road movie muy conseguida. Amén de una banda sonora magnífica.
Esperemos que en sucesivos episodios la cosa no decaiga, una vez finalizada volveré a valorar el producto.

Un saludo!

19 de noviembre de 2012

Grupo 7

Ambientada en la Sevilla de finales de los 80, y a las puertas de mostrarse al mundo como escaparate para la Exposición Universal del 92 (en la cual estuve), Alberto Rodríguez presenta una historia de yonkis, putas, polis, intereses y corrupción en la que se nos muestra el trabajo de un grupo de policias que intenta dejar la ciudad limpia de delincuentes y narcotráfico antes de tan importante acontecimiento.

Con esta premisa, uno no puede evitar pensar en cintas del tipo El Vaquilla o El Lute, pero automáticamente recuerda que estamos acabando el 2012 y que ese tipo de cine quedó totalmente enterrado hace muchos años junto a la "generación perdida", un cine tremendamente malsano, con una ambientación demasiado "realista", cañí y oscura, algo que no gusta demasiado en la era Apple.


Pero la sorpresa llega a los pocos minutos. La factura no pretende acercarse a lo que se veía por entonces, a pesar de la buena ambientación de la época que retrata, en cambio posee estilo propio, cercano a cintas tipo Ciudad de Dios sin llegar a ser tan tipo documental. Cierta elegancia y calidad a la hora de mostrar sus escenas, una fotografía en ocasiones incluso bella, pero sobre todo, una representación de los barrios marginales tremendamente realista y con un enfoque muy inteligente.

Cuando la ambientación ya nos tiene embelesados, resulta que sus protagonistas se mueven con total naturalidad en ese ambiente hostil. Existe una química que funciona y personajes como el interpretado por Antonio de la Torre simplemente llena la pantalla cada vez que aparece. Incluso Mario Casas, un chaval que probablemente no genera demasiada simpatía en el mundillo cinéfilo, está muy por encima del nivel esperado.
Esperemos se decante más por esta vertiente y no en temáticas tan quinceañeras, que, a pesar de ser un buen escaparate para lanzar su carrera, siempre es más interesante que te recuerden por No es País para Viejos que por el Barco, con todos mis respetos por ese barquito tan singular.

Comentado esto, parece que la cinta es la polla, para mí se acerca bastante, pero también tiene sus defectos, como ciertos desenlaces no muy acertados y algunas elipsis temporales algo bruscas.
Viendo su duración, hora y media, quizás con media hora más la cosa hubiera quedado más redonda. Por otro lado, su duración le permite ir a por faena desde el minuto 1, mostrando de manera inteligente y sin hacer que decaiga el ritmo, el desarrollo de algunos personajes sin explicaciones tontas e inútiles. A riesgo de perder este ritmo, casi que prefiero esta duración y aceptar su resolución como válida después de todas las virtudes presentadas.

Una cinta bruta, entretenida y con un fondo muy muy interesante. No tengan prejuicios anti-Casas, merece la pena.

Un saludo!

12 de noviembre de 2012

May the Force...

Hace unos días nos levantamos (o acostamos) con la noticia de que George Lucas había decidido vender su emporio starwasiano a Disney, un porrón de millones por los que bien podría pirarse a una galaxia muy muy lejana si le viniera en gana.
Pero el señor parece haber decidido que sean otros los que continúen su legado, un legado que inició hace mucho mucho (es la última vez que lo pongo, lo prometo) tiempo y por el que muchos hemos sentido verdadera devoción, imaginando aventuras imposibles sable láser en mano y haciendo aspavientos para mover objetos.


Miedo. Uno siente miedo, se le vienen a la cabeza las tres nuevas pelis que nos regaló cuando en 1998 se decidió por mostrar al mundo la historia de Anakyn Skywalker y su tragedia griega. Aquello por lo que anhelábamos desde jovenzuelos y que no resultó del todo bien por unos motivos u otros.

Principalmente creo que el nivel de exigencia para los muy seguidores estaba por las nubes, es decir, para una persona que se ha visto decenas de veces las pelis, que conoce los diálogos casi al dedillo, que no pasa una semana sin que alguna referencia de la saga se materialice por cualquier motivo y que adora los personajes clásicos resulta un caldo estupendo para que le resulte tremendamente difícil valorar positivamente el producto.
Porque los tiempos cambian, porque esa misma historia que les encandiló hoy sería tachada de infantil, de cutre, de predecible, de maniquea. Cuando en realidad esconde un potencial que tan sólo el haber vivido en esa época y crecer en simbiosis se puede entender el nivel de calada. Por muchas explicaciones que se den, jamás se podrá explicar, jamás se podrá sentir salvo por los que lo vivieron en sus carnes.
No hay que olvidar, que el episodio VI se decidió gracias a unos....peluches, cuesta imaginarse algo así en una peli de hoy en día, sería literalmente lapidada.

Ira.  Es por esto que, cada vez que veo la nueva trilogía veo puntas de esperanza pero siento ira, veo momentos de "casi"...pero el tiempo me ha vuelto huraño, receloso de querer destronar al mito por mucho efecto y música estridente que me quieran poner ante los morros, así que me pongo a la defensiva, bajo una batamanta cual Gandalf protejo el legado y escupo sobre ese Hayden que no sabe ni poner la cara que debiera cuando pasa al lado oscuro...pero cómo no puede saber interpretar "el momento"? -Pensé.
Supongo que el muchacho sintió una losa demasiado pesada y nuestro nivel de exigencia se salía de las tablas, como el nivel de midiclonianos del maestro Yoda.
Analizándola desde un prisma íntegramente crítico, las cintas simplemente no están a la altura de la saga, las demás consideraciones son secundarias, como diría "Madre" en Alien.
A pesar de ello, el público respondió y fueron un éxito en recaudación, ahora imaginen que hubieran sido buenas.

Sufrimiento. Pero qué presentará Disney? Me viene a la cabeza John Carter y los señores cojones que se gastó (literalmente) el gigante en una cinta que bebía directamente de las cintas más clásicas de aventuras. Sin complicaciones, un tipo, un sueño, una princesa, una aventura, unos malos, unas bestias, unas batallas y cierta épica. Presentado todo bajo el manto marciano y con el aval de un escritor llamado Burroughs que hace 62 años que cerró el ojo y del que probablemente muchas aventuras se acercaron a sus líneas para nutrirse y crear sus propios mundos.
Pero falló, el público no siguió la historia, aunque parecía guaperas no era ni Brad Pitt ni Tom Cruise y a la gente la historia no dejaba de parecerle más de lo mismo....yo en cambio vi un producto interesantísimo, muy entretenido y con una factura muy cuidada, pero que peligrosamente hoy en día puede subsistir en un mercado de hienas....así que dudo y sufro, sufro de veras por saber qué camino tomarán teniendo entre manos un universo tan sumamente expandido, por el que pueden crear nuevas reglas, por el que pueden profundizar hasta el agotamiento, pueden navegar por la ficción hasta que se cansen y rozar el miedo en el frío espacio mientras el lado oscuro cae sobre nosotros.

Pero todo empezó con una nueva esperanza, así que es justo creer que las tres nuevas cintas puedan venir cargadas de momentazos épicos, de alguna lucha a muerte como la que se gastan Luke y Vader en el final de El retorno del Jedi, con esos coros al unísono subiendo el nivel, mientras el éxtasis llega memorablemente y todos blandimos ese sable láser para vencer al villano, el cual nos dejó una estocada pocos minutos más tarde.....
Pero, por qué ya no se construyen estos personajes? La mayor parte de las producciones de este tipo se han volcado hacia el espectáculo visual (que no está mal bien dosificado) para contentar a las masas mediante rallos y centellas mientras los minutos pasan, los personajes se pierden y la construcción de ese villano que podría convertirse en leyenda queda en el olvido....bien envuelto en lo que aparentemente ellos creen que gusta al público porque saben, o creen saber, sus gustos.
Pero al salir del cine más de uno sentirá que eso ya lo ha vivido y será rápidamente olvidado.
Tristemente seguirán repitiendo frases lapidarias de un personaje del 77 que le aconsejaba "no ofuscarse con el terror tecnológico que había construído" a un oficial. Qué ironía, hoy las compañías parecen realmente ofuscadas por la tecnología, parece que Vader hablaba al futuro.

Pero también pienso en la saga de Imperio Oscuro de Veitch y Kennedy y no puedo dejar de sonreír, porque se dice que podría tomar elementos de esa historia, probablemente la más sólida, oscura y de culto que se ha creado sobre el universo Star Wars. Todo son conjeturas, no obstante, y lo único que sabemos de forma más o menos oficial es que Michael Arndt, guionista de la muy recomendable Little Miss Sunshine, será el encargado de realizar el guión del episodio Uve-Palo-Palo.
Eso y que volveremos a tener tres nuevas oportunidades para devolver el brillo perdido a una saga que quizás nunca lo perdió, pero de la que nos sentimos algo defraudados con lo presentado y a la que volveremos a acudir en masa a los cines saquen lo que saquen probablemente...ojalá tengan la suficiente clemencia de no reírse demasiado alto de nosotros.

Un saludo!

5 de noviembre de 2012

Total Recall

Tenía ganas de ver esta nueva adaptación del relato corto de Phillip K. Dick que se presentaba a manos del director de cintas que la verdad no me produjeron ni frío ni calor en su día como Underworld o La Jungla IV, Lens Wiseman.

Douglas Quaid es un obrero que trabaja en el sector oprimido del planeta después de que éste en un futuro quedase inhabitable en su mayor parte y tan sólo quedaran dos colonias a grandes rasgos muy diferenciadas, la poderosa y la pobre. Pero un incisivo y constante anhelo por vivir algo distinto a su destino le llevará a una empresa que se dedica a implantar sueños en el cerebro a modo de vacaciones.

Partiendo del relato de Dick, hay que decir que ni esta ni el clásico del 90 siguen al dedillo lo contado por el autor, entre otras cosas porque hablamos de un escrito que no llegaba a las 20 páginas y porque para trasladarlo a un largometraje es inevitable introducir más elementos. Podemos decir que la cinta de Verhoeven toma algunos detalles y la de Wiseman otros, respetando eso sí el componente de duda sobre lo que es real o no y más o menos el entramado político.


Desafío Total contaba algo parecido, Quaid era también un obrero aunque no se apreciaba esa diferencia tan abismal de clases y realmente nunca nos preguntamos si el bueno de Schwarzenegger vivía en la pobreza o en condiciones tan aparentemente "apretadas" como lo hace Collin Farrell en la nueva. Una visión esta última mucho más cercana a lo visto en Blade Runner lógicamente apoyada por unos efectos especiales que ahora son capaces de hacer eso y más con un par de retoques. Resulta curioso (aunque inevitable creo yo) que en casi todas estas cintas tipo futuristas-ciber-punk el reflejo de una sociedad súper poblada sea mostrada como si de un chinatown cualquiera en su versión futurista se tratase o un barrio japo tipo Shinjuku, con sus cartelitos en chino (aunque se suponga estemos en Australia) y paraguas típicos.
Volviendo al tema, en aquella Quaid llegado a un punto incluso viajaba a Marte, cosa que jamás ocurría en el relato de Dick y comenzaba una persecución entre mutantes, políticos, policías, terroristas y un fin que se antojaba como la liberación de los oprimidos.


Si nos paramos a analizarlo todo, no dista demasiado de lo mostrado en esta nueva versión, incluso tiene muchos detalles que sirven como "tributo" al clásico, como esa escena de la pilingui de tres tetas o alguna frase calcada. Pero una vez finalizada, la sensación que deja es de haber visto la misma historia contada desde un universo alternativo y con efectos especiales contemporáneos, porque el fin no deja de ser parecido y la estructura básica de acontecimientos resultan similares.

Así que como cinta cifi se disfruta y es entretenida, aunque su resolución me ha parecido algo débil, difusa e inverosímil por momentos, en ese sentido la clásica resultaba toda una flipada pero mucho más cercana a la ciencia ficción pura. Además, quién no recuerda esa escena del Chuache con los "ojos saltones" recibiendo "el soplo" de aire fresco? Un clásico.
Collin Farrell por su parte no resulta tan carismático, no desentona en exceso, pero resulta un poco sosainas y cuadriculado por momentos. Kate Beckinsale junta los personajes clásicos de Sharon Stone y Michael Ironside en uno y se limita a fruncir el entrecejo sin mayor motivación que una especie de celo o pataleta infantil.
Finalmente Jessica Biel...sale Jessica Biel?


Para acabar, podríamos hablar de Total Recall como un no-remake, ya que si bien es cierto que utiliza muchas referencias del clásico, lo cierto es que puede considerarse como una nueva adaptación del relato corto. Incluso puede ser enfocada para las muy nuevas generaciones, para que vayan a ver una cinta a priori nueva y se sientan atraídos por la trama principal, que sigue siendo muy interesante con el tema de la memoria, los recuerdos y demás psicología fast food.
Pero para los que en su día fuimos al cine y nos quedamos embobados con la que fue la cinta más cara de la historia (contaba con 11 años hoygan, era tiempo de flipar con esas cosas) es imposible no realizar una reseña de esta cinta sin que la alargada sombra de la Stone, Pujol, Schwarzenegger y el Ironside (siempre he creído que este tipo es la versión Danny de Vito de Jack Nicholson, no sé por qué) planee de forma amenazante sobre la valoración final.
Aquella no era ni mucho menos perfecta, pero resultaba bastante explícita, no se cortaba con escenas de desmembramientos y casquería "fina" tan característica de un cine casi extinto y con unas escenas míticas que llamaban poderosamente la atención, tenía un ritmo muy entretenido y frenético por momentos y creo que, para los tiempos que corrían, resultó mucho más arriesgada y ambiciosa en su planteamiento que no la actual. Huelga decir que la banda sonora todavía resuena en nuestras cabezas, sobre todo cuando hay fútbol.

Un saludo!