5 de noviembre de 2012

Total Recall

Tenía ganas de ver esta nueva adaptación del relato corto de Phillip K. Dick que se presentaba a manos del director de cintas que la verdad no me produjeron ni frío ni calor en su día como Underworld o La Jungla IV, Lens Wiseman.

Douglas Quaid es un obrero que trabaja en el sector oprimido del planeta después de que éste en un futuro quedase inhabitable en su mayor parte y tan sólo quedaran dos colonias a grandes rasgos muy diferenciadas, la poderosa y la pobre. Pero un incisivo y constante anhelo por vivir algo distinto a su destino le llevará a una empresa que se dedica a implantar sueños en el cerebro a modo de vacaciones.

Partiendo del relato de Dick, hay que decir que ni esta ni el clásico del 90 siguen al dedillo lo contado por el autor, entre otras cosas porque hablamos de un escrito que no llegaba a las 20 páginas y porque para trasladarlo a un largometraje es inevitable introducir más elementos. Podemos decir que la cinta de Verhoeven toma algunos detalles y la de Wiseman otros, respetando eso sí el componente de duda sobre lo que es real o no y más o menos el entramado político.


Desafío Total contaba algo parecido, Quaid era también un obrero aunque no se apreciaba esa diferencia tan abismal de clases y realmente nunca nos preguntamos si el bueno de Schwarzenegger vivía en la pobreza o en condiciones tan aparentemente "apretadas" como lo hace Collin Farrell en la nueva. Una visión esta última mucho más cercana a lo visto en Blade Runner lógicamente apoyada por unos efectos especiales que ahora son capaces de hacer eso y más con un par de retoques. Resulta curioso (aunque inevitable creo yo) que en casi todas estas cintas tipo futuristas-ciber-punk el reflejo de una sociedad súper poblada sea mostrada como si de un chinatown cualquiera en su versión futurista se tratase o un barrio japo tipo Shinjuku, con sus cartelitos en chino (aunque se suponga estemos en Australia) y paraguas típicos.
Volviendo al tema, en aquella Quaid llegado a un punto incluso viajaba a Marte, cosa que jamás ocurría en el relato de Dick y comenzaba una persecución entre mutantes, políticos, policías, terroristas y un fin que se antojaba como la liberación de los oprimidos.


Si nos paramos a analizarlo todo, no dista demasiado de lo mostrado en esta nueva versión, incluso tiene muchos detalles que sirven como "tributo" al clásico, como esa escena de la pilingui de tres tetas o alguna frase calcada. Pero una vez finalizada, la sensación que deja es de haber visto la misma historia contada desde un universo alternativo y con efectos especiales contemporáneos, porque el fin no deja de ser parecido y la estructura básica de acontecimientos resultan similares.

Así que como cinta cifi se disfruta y es entretenida, aunque su resolución me ha parecido algo débil, difusa e inverosímil por momentos, en ese sentido la clásica resultaba toda una flipada pero mucho más cercana a la ciencia ficción pura. Además, quién no recuerda esa escena del Chuache con los "ojos saltones" recibiendo "el soplo" de aire fresco? Un clásico.
Collin Farrell por su parte no resulta tan carismático, no desentona en exceso, pero resulta un poco sosainas y cuadriculado por momentos. Kate Beckinsale junta los personajes clásicos de Sharon Stone y Michael Ironside en uno y se limita a fruncir el entrecejo sin mayor motivación que una especie de celo o pataleta infantil.
Finalmente Jessica Biel...sale Jessica Biel?


Para acabar, podríamos hablar de Total Recall como un no-remake, ya que si bien es cierto que utiliza muchas referencias del clásico, lo cierto es que puede considerarse como una nueva adaptación del relato corto. Incluso puede ser enfocada para las muy nuevas generaciones, para que vayan a ver una cinta a priori nueva y se sientan atraídos por la trama principal, que sigue siendo muy interesante con el tema de la memoria, los recuerdos y demás psicología fast food.
Pero para los que en su día fuimos al cine y nos quedamos embobados con la que fue la cinta más cara de la historia (contaba con 11 años hoygan, era tiempo de flipar con esas cosas) es imposible no realizar una reseña de esta cinta sin que la alargada sombra de la Stone, Pujol, Schwarzenegger y el Ironside (siempre he creído que este tipo es la versión Danny de Vito de Jack Nicholson, no sé por qué) planee de forma amenazante sobre la valoración final.
Aquella no era ni mucho menos perfecta, pero resultaba bastante explícita, no se cortaba con escenas de desmembramientos y casquería "fina" tan característica de un cine casi extinto y con unas escenas míticas que llamaban poderosamente la atención, tenía un ritmo muy entretenido y frenético por momentos y creo que, para los tiempos que corrían, resultó mucho más arriesgada y ambiciosa en su planteamiento que no la actual. Huelga decir que la banda sonora todavía resuena en nuestras cabezas, sobre todo cuando hay fútbol.

Un saludo!


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