30 de junio de 2014

Maléfica

Con la sala repleta de mocosos me preguntaba yo qué diablos hacía allí, pero carajo, me apetecía ver esa historia alternativa de la Bella Durmiente, con una Angelina Jolie en un rol que me parecía interesante.
El resultado es más que correcto, el sabor que deja al finalizar es bueno, tiene esa esencia de cuento Disney y juega al límite con las reglas algo mojigatas de Don Walt. Además, los pequeñajos se portaron bien, todo sea dicho.


La historia se centra en Maléfica, esa bruja que hechizaba a la princesita de marras con un conjuro que la condenaba a dormir eternamente llegada a cierta edad.

Se ha querido modernizar el clásico cuento a nuestros días, centrándose por primera vez desde la perspectiva del villano de turno, en este caso villana, para darle otra vuelca de tuerca y arrancar de la mente colectiva esos clichés tan arraigados, ofreciendo una historia alternativa sin olvidar ese mundo de fantasía.

La cinta funciona, resulta entretenida, no olvida sus orígenes pero los muestra desde una visión actualizada, ofreciendo al espectador la posibilidad de entender los motivos que llevan a una persona a pasarse al "lado oscuro", con toda esa carga emocional, mientras evolucionan sus personajes y conectamos con ellos en acertada progresión.

La visión de Maléfica como ángel caído unido a una historia que avanza a buen ritmo y a una puesta en escena muy bien llevada, dan como resultado cierta frescura, elegante, apto para todos los públicos y con unos planos maravillosos de la protagonista, con ese aire de antaño, candoroso por momentos, afilado y penetrante cuando debe, gracias a la presencia de Jolie, que como digo representa toda la fuerza de la cinta.


Los únicos "peros" que podría achacarle realmente no tienen demasiado sentido dada la naturaleza de la obra. Estamos tratando con un cuento infantil, transmitido mediante generaciones con sus modificaciones, añadidos, recortes...y que llega a nuestros días en los que podemos coger al malvado de turno y darle otro enfoque sin que el público se lleve las manos a la cabeza por "mutilar" la historia original. Historia que por cierto tiene múltiples variantes, todo sea dicho.

Así que tacharla de ñoña o cursi en algunos aspectos por, por ejemplo, hacer hincapié en el detalle de que hasta los 16 no se dan el piquito de turno los zagales...pues podría considerarse como de capullada, pues jugando en la liga que juega, y dado al público al que va dirigido, creo que es más de recibo alabar el coraje de la producción, que juega sus cartas como debe y para cumplir su misión, que tiene clara y se nota, ejecutándola de forma certera gracias a lo trilladísimo del esquema original, jugando con él y únicamente adaptándolo hacia una visión alternativa.

Pros: Angelina está imponente, el ritmo es muy bueno y tiene un acabado bastante redondo.
Contras: A pesar de arriesgar al límite en algunos aspectos, su esencia de cuento infantil deja poco margen en algunos aspectos, pero es apreciación mía y no necesariamente debe ser un error.

Un saludo.

24 de junio de 2014

Gran Hotel Budapest

Si tras Moonrise Kingdom, Wes Anderson ya dejó entrever que no iba de farol en cuanto a explotar historias en una realidad cercana al cuento y con un muy particular estilo visual, con Gran Hotel Budapest sigue dicha senda, potenciando más si cabe la definición, la estética y el ritmo en una producción que no dejará indiferente a nadie.


La historia se centra en Gustave, el excéntrico director de un hotel que se verá envuelto en los líos de una acaudalada familia debido al testamento de la matriarca.

Ralph Fiennes y Tony Revolori forman una dupla magnífica, llevando la batuta el primero de forma inconmensurable en uno de esos papeles que al bueno de Fiennes le cae de vez en cuando y que interpreta de forma cojonuda. Revolori, a modo de Sancho Panza, funciona a la perfección como joven aprendiz que poco a poco irá ganando en importancia mientras vemos la evolución de la pareja, mientras se suceden aventuras, dramas, carcajada y ternura.

Narrada desde un presente en una localidad europea ficticia y de la mano de un magnífico Fahrid Murray A., regresaremos a un pasado en época de entreguerras donde el hotel gozaba de esplendor, entre recursos visuales como miniaturas, planos secuencia, alguna animación digital y transiciones como si de una cámara fotográfica de juguete se tratase, a modo de diapositivas o incluso la lectura de un cuento. Todo un ejercicio que mezcla la técnica y el buen hacer.
Los recursos de Anderson para mostrar el encuadre perfecto, abarcando muchísima información con una exquisita utilización de las localidades, nos acompañan durante toda la cinta, con ritmo y con la incursión de unos personajes secundarios que terminan de redondear una muy entretenida historia.

Brody, Ronan, Dafoe, Norton, Law, Keitel, Goldblum, por supuesto Swinton, Murray!....el carrusel de actores que aparece en la historia es tan abrumadora y de tanta calidad, que únicamente por ver qué hacen en pantalla ya merece la pena invertir el tiempo.


Puede que no a todo el mundo guste la propuesta de Anderson. Es entendible que dicho tratamiento de la imagen, de los personajes y de la historia pueda no conectar con el público, pero bajo mi punto de vista, perderse este derroche de imaginación, de poderío narrativo y de diversión (porque tiene unos puntazos cojonudos) es un tremendo error.

Muy recomendable.

Pros: Entre otras muchas cosas, si te gusta la fotografía, es un disfrute ver lo que Robert David Yeoman junto a Anderson han conseguido en esta cinta, así como una puesta en escena fantástica.
Contras: Que no cuele, que no se conecte con el mundo creado por el director, qué sé yo...

Un saludo.

15 de junio de 2014

Al Filo del Mañana

Acción, ritmo y un guión con altibajos pero lo suficientemente sólido como para funcionar sin que se nos quede del todo cara de lelos y tengamos que activar en demasiadas ocasiones el piloto automático es lo que ha conseguido Doug Liman con su última súper producción.


En general, Liman parece sentirse a gusto buceando en este tipo de productos aunque aquí se meta de lleno en la ciencia ficción. Salvo Jumper, se podría decir que sus cintas son entretenidas, tienen buen ritmo y suelen sorprender en algún punto, pero debo reconocer, que esta última es la que mejor sabor de boca me ha dejado.

Con un Tom Cruise que vuelve a estar muy solvente como ya lo hiciera en Minority Report o en la más reciente Oblivion, la historia se nos presenta como la última ofensiva de la humanidad contra una invasión alienígena, en una suerte de desembarco de Normandía (buen ojo ahí estrenando la cinta cerca del aniversario).

Ya de primeras, nos sorprende con un rol inesperado de su protagonista, mientras se las arregla para ponernos en situación y vomitarnos directamente en un campo de batalla como si de una frenética fase del videojuego Gears of Wars se tratase. Pero tal despliegue no hará sino que llevarnos de nuevo a otra sorpresa.


Y éste es uno de los grandes atractivos de la cinta, su capacidad de sorprender, a base de un ritmo fantástico, de unos efectos especiales algo embarullados en ocasiones para mi gusto pero realmente titánicos, de un humor desenfadado que rezuman sus personajes, desde un Bill Paxton que parece ser la evolución medianamente "corregida" de aquél Hudson de Aliens hasta una Emily Blunt que funciona como pareja del protagonista, sin llegar a empalagar. Incluso la cinta sabe corregir cuando todo parece abocado al típico romance inevitable, para volver a la senda de la implacable misión pero dejando el suficiente poso de comprensión por si debe recurrir de nuevo al pequeño drama.

Y así juega sus cartas Edge of Tomorrow. Un entretenimiento de primera que consigue que el espectador se crea el meollo, consigue dejarnos atados a la butaca durante sus casi dos horas de duración planteando algunas posibilidades que si bien pueden parecer demasiado estrambóticas, funcionan y se prestan como reflexión sobre el cosmos y nuestro desconocimiento de la vida que pueda habitarlo.

Le veo ciertos puntos débiles, no obstante, y es que para conseguir ese ritmo debe obviar algunos aspectos de guión que pueden quedar algo en el aire y forzados.
El cierre final tampoco me ha convencido del todo, a pesar de que según las reglas con las que ha jugado el film es plausible, ciertamente bajo mi punto de vista es algo...flojo, aunque siempre habrá un sector al que encantará.

Al Filo del Mañana es todo un blockbuster cojonudo, entretenido de principio a fin, muy sólido en general y que engancha.

Pros: El ritmo es fantástico.
Contras: Para que la acción avance, ciertamente hay sucesos que resultan algo inverosímiles. Pero está tan bien construida y funciona tan bien, que en mi opinión se perdonan.

Un saludo.

7 de junio de 2014

X-Men: Días del Futuro Pasado

Bryan Singer retoma la saga que allá por el año 2000 dio el pistoletazo a una nueva concepción del universo de los superhéroes en el mundo del celuloide, con un carácter más adulto, una mayor importancia al guión y en general dejando atrás la imagen del héroe embutido en leotardos, con permiso de Spiderman.

En esta nueva entrega, Singer  ha escogido una historia corta de un par de números publicada allá por 1981 en el que en un futuro distópico, los mutantes han sido arrasados prácticamente en su totalidad y los pocos que quedan son encarcelados en campos de concentración, todo ello por culpa de los llamados Centinelas, unas máquinas que son capaces de sintetizar los poderes mutantes y usarlos para destruirlos.

Es inevitable la comparación con las otras entregas de la saga, pero para no extenderme demasiado, diré que las dos primeras y Primera generación siguen siendo las más entretenidas y frescas, siendo The Last Stand y las dos Orígenes las más flojas bajo mi punto de vista.

Sobre todo Primera generación supuso el resurgir de una saga algo agotada con una fórmula cojonuda, volver al pasado, al inicio del embrollo con una nueva hornada de personajes para mezclar la historia de la humanidad y algunos de sus acontecimientos más importantes con el universo mutante.


Y así llegamos a esta Días del futuro pasado, en la que se ponía a tiro mezclar esos dos universos, encabezados por Patrick Stewart en representación a "los clásicos" y por Michael Fassbender para la "nueva generación". Sumémosle viajes temporales, una guerra en el futuro con la comunidad mutante aplastada, Lobezno, efectos especiales de ultimísima generación y ya tenemos todos los ingredientes para reventar la taquilla, y así parece ser y probablemente sea, pero a mí no me ha acabado de convencer el resultado.

Se queda a medias en gran cantidad de cosas y no consigue culminar las acciones con emoción o sorpresa.

Primera generación consiguió que nos creyéramos con incluso cierta seriedad que unos jóvenes mutantes podían estar relacionados con la historia reciente de la humanidad, todo ello con pinceladas dramáticas y una construcción y mimo de los míticos personajes cojonuda. Un reboot emocionante a la altura de la nueva Star Trek.
Pero esta nueva entrega comienza mostrando un futuro del que apenas somos testigos de nada, salvo del típico corredor a lo Auschwitz (iluminado por luces de neón para que sepamos que estamos en el 2024) y en el que siempre es de noche, por aquello de no mostrar amaneceres bonitos, no sea que todo parezca menos jodido.
Pero bueno, aceptamos que está nublao durante el rato que dura la peli y nos centramos en la parte de los setenta, donde se desarrolla el grueso de la "acción". Entrecomillo porque el ritmo es muy desigual pasada la primera y espectacular escena (donde todo queda dicho prácticamente a nivel de batalla), a partir de ahí la misión de la cinta pasa por las típicas pautas del viaje temporal, pero se encuentra con ciertos dramas que relentizan demasiado el ritmo, no por no estar bien interpretados o por tener su causa en la historia, sino porque resultan tan tremendamente previsibles y manidos que deseamos que las tonterías se les pasen de una puñetera vez para encarrilar la acción o lo que sea que venga.

Así, llegamos a algunas escenas brillantes como la que interpreta Evan Peters como Quicksilver, de lo mejor de la cinta, algunos pasajes simpáticos pero sinceramente poco más, incluso Tyrion, del que podría haberse exprimido un poco más su registro adquirido en Games of Thrones, está soso, previsible y con muy poca profundidad.
Algo falla en todo esto además, cuando llegados a un punto, Ian McKellen en sus escasísimos minutos de pantalla consigue transmitir muchísima más carisma y emoción que lo que llevan intentando dos horas Jackman y compañía, un Jackman que, imagino que de nuevo por miedo a enfocar demasiado la acción en él para no convertirla en otra ramificación de Orígenes, pasa bastante desapercibido, en un rol de arqueo la ceja, lo flipo mucho con todo y saco la garra. Bien, está muy bien, cada vez más te pareces al Clint Eastwood en sus años de el rubio en apariencia física, pero Lobezno que yo sepa es un poco más salvaje, descontrolado, de chascarrillo, de sorna, chulo...aquí las ve pasar totalmente, un poco más de sangre, vamos.

Escenas que se repiten (el recurso de los coches pasando por París), huecos argumentales que ni se entienden ni se explican (que yo sepa Charles Xavier tuvo un pequeño percance con la Fénix Oscura, ahora, si aceptamos barco como animal acuático con la escenita de los créditos finales de Lobezno Inmortal...)...


Pero tampoco quiero ser tremendamente duro con ella porque deja buenos detalles también. En general las interpretaciones son correctas, los efectos especiales están bastante bien realizados y deja la puerta abierta para aventuras con una mejor puesta en escena y utilización de recursos en un futuro, aunque de momento en el cine, dos de las sagas más aclamadas por los fans del cómic bajo mi punto de vista no han sido todo lo redondas que se esperaba. Quizás las modificaciones sobre la obra original no han sido todo lo acertadas como lo fueron en otras adaptaciones como The Dark Knight.

Pros: La escena de Quicksilver es brutal.
Contras: Se queda a medias en muchas cosas por detenerse demasiado en desarrollar dramas cuyo fin es previsible y sin aportar gran cosa que no sepamos ya. Un ejemplo, ya sé que las comparaciones son odiosas, pero el reboot de Star Trek hace algo parecido, la diferencia es que sabe innovar y jugar con el espectador para ofrecer sorpresa y espectacularidad sin sacrificar el ritmo a pesar de saber más o menos cómo va a acabar todo.

Un saludo.