28 de agosto de 2012

Desde el Mar de la Tranquilidad

Con la triste noticia de la muerte de Neil Armstrong nos despedimos de Nueva York después de 8 intensos días.

De la imperfecta perfección de Nueva York, de la brillante suciedad de Nueva York, del mundo que es una ciudad.
Nada más pisar suelo americano, lo primero que sentimos fue un apremiante impulso por llegar a la siguiente acera terrible, es una prisa contagiosa, en parte porque cada calle es como una escena de esas numerosas pelis que hemos visto en la maldita tele, la primera que me vino a la mente fue la imagen de Bruce Willis y su camiseta de tirantes fumando un pitillo jodidísimo.

Pero antes de llegar a ese cruce frenético, el cuello automáticamente se dirige a las alturas, los mega paneles luminosos, los infinitos rascacielos, los anuncios, los vendedores que no parecen vendedores sino actores de teatro. Músicos, homeless, taxis taxis taxis, humo en alcantarilla, ese olor a hamburguesa que casi te mantiene alimentado para que sigas caminando, tráfico, gente gente gente, ruido, batidos...entonces llega el final del día y todo se transforma en bares musicales, tabernas, neones que iluminan la noche, Broadway, espectáculo y el todo vale. El dinero corre por las calles, por las tiendas y por el suelo.


Te levantas al día siguiente atontado, casi dan ganas de hacer como en las pelis, de forma soñolienta llevarte un pitillo a la boca, pero recuerdas que tú no fumas y además eres de otro país, así que te duchas, almuerzas como los campeones y sales a la jungla. Casi imperceptiblemente te sientes más integrado en la manada y comienzas a moverte de forma más armoniosa por la ciudad.

Ejecutivos, parques, ajedrez, refrescos, café enorme, polis en casi cada esquina, “excuse me, sir”, “sorry” y p'alante.

Recuerdas el Empire, miras de nuevo hacia arriba y ahí está, dominando en las alturas, y el Chrysler, y el Top of the Rock...a lo lejos la Zona Cero aguarda silenciosa.
Te giras y ves aquél edificio de Superman, anuncios gigantescos de la última de Batman, vuelves a girar y te topas con la Estación Central y la enorme Biblioteca Pública, las calles se presentan espectaculares y llenas de actividad y el ansia por verlo todo casi te puede.

La vida te hace un zoom sobre los hombros, enfocas el metro y te paseas entre columnas de metal, suciedad y un rastafari tocando a Dylan...

De ese caluroso mundo subterráneo puedes emerger en Central Park y cambiar en tres minutos del frenetismo desmedido a la calma más absoluta, con algunos rascacielos asomándose entre las copas de los árboles mientras la gente corre de aquí para allá, atravesando senderos y puentes de piedra, esos en los que una parte es oscuridad y una figura indefinida aparece en las pelis amenazante, por fortuna aquí la mayoría eran simples jardineros.
Puedes emerger en Harlem y entrar en una misa góspel. Puedes emerger en Brooklyn ante la inmensidad de su puente y su puerto, mientras una comitiva de helicópteros presidencial aterriza a pocos metros y todo se llena de coches patrulla, ambulancias y controles. Locura ostentosa, no va a ser menos “el presi”.

Puedes elegir alguno de sus barrios como el Soho, Chinatown o Chelsea. Mientras caminas sus calles ves cafés, tiendas, restaurantes y puestos de perritos por todos lados, todos venden la mejor hamburguesa, las mejores costillas y su cerveza es la más selecta.
Y también puedes emerger en el World Trade Center y experimentar cientos de sensaciones sobre los hechos que todos conocemos. Allí probablemente puedas sentir desde el puritanismo más absoluto, a la consciencia más bondadosa, a la incomprensión por el grave problema de violencia armamentística que tiene el país...pero que cada cual opine lo que quiera, libertad para hacerlo se tiene de sobras.

Antes de que anochezca no hay que olvidarse de doña Libertad, y contemplarla al atardecer en barco mientras la ciudad se enciende para lidiar con la noche, en un sinfín de luces y colores que forman un skyline de otro mundo, inabarcable a pesar de haber podido ver algún otro como en Shanghái o incluso Tokyo. Cuando crees que todo ha pasado el puente de Brooklyn y ahora el de Manhattan te dan la estocada con su inmensidad, el tráfico sobre ellos, el tren nocturno y el “New York, New York” en los altavoces...y llegas a puerto, entonces recuerdas la peli de Allen y entiendes por qué decía aquellas palabras sobre su amada ciudad.



Así llega la noche de nuevo y la Luna ilumina los cielos en Times Square, aquella en la que el bueno de Armstrong caminó mientras la humanidad miraba los cielos....puedes verla sentado en las famosas escaleras mientras las luces de neón te flashean, viendo pasar a toda esa gente, con bolsas, comida, carritos, modelos imposibles, bicicletas...

No se puede negar que Nueva York es dólar, excentricidad, extremos, es una monstruosidad imperfecta, pero también es perfecta a su manera, es bella y violenta, una gran ciudad que debe digerirse con calma por parte del extranjero.

“Desde el Mar de la Tranquilidad, la Tierra colgaba encima de mi”.

Un saludo!

20 de agosto de 2012

Nunca me abandones

Mark Romarek se marca la adaptación de la novela del mismo nombre de Kazuo Ishiguro en la que se cuenta la historia de unos chicos que residen en un internado de Inglaterra y que descubrirán su trágica "función" en la vida.

Puede parecer que uno se carga la peli con la sinopsis, evidentemente no voy a decir de qué se trata aunque al poco tiempo de metraje se desvela. La gran baza de esta historia es ver cómo evolucionan sus personajes mientras avanza la trama.


No tenía ni idea que la historia estaba basada en la obra del tal Ishiguro, pero durante toda la peli tenía la extraña sensación que, a pesar de que se trata de una sociedad "distinta" y parecen tener asumido su rol, su actitud tenía algo extraño, así que al acabar y ver que estaba basada en un autor japonés todo cobró sentido y tanto la "lentitud", como algunas acciones o reacciones de sus personajes pasaron a un plano totalmente distinto a la hora de valorarla.

Cierto es que está interpretada por autores occidentales, pero en mi opinión la cinta tiene un deje de sociedad nipona muy potente, es como si el autor en su fuero interno hubiese reflejado sus raíces en un entorno occidental amparándose en una sutil cifi.

Eso no  quita que el trío protagonista lo haga realmente bien y que la fotografía, aunque algo inocente, sea bonita. Pero el aspecto sociológico creo que es fundamental para valorar la cinta, totalmente indispensable.

Una vez superado el trance del "descubrimiento", la historia resulta muy interesante, es una reflexión cojonuda sobre la vida, la muerte, la sociedad, el futuro y la total falta de moralidad, temas que dan para mucho y que son tratados con elegancia y sin excesos. Que podría dar más de sí, pero que en general cumple bastante bien y, a pesar de su ritmo pausado, a mí personalmente no se me ha hecho pesada.

Un saludo!

13 de agosto de 2012

Los Juegos del Hambre

Gary Ross parece que tiene serios problemas a la hora de afrontar las segundas mitades de sus obras. Con Pleasantville casi lo consiguió en mi opinión, pero con Los juegos del hambre no llega muy en forma a su final.

En un futuro distópico, cada año se celebran unos sangrientos juegos en los que dos adolescentes de entre 12 y 18 años son escogidos en cada uno de los 12 distritos de una nación llamada Panem para sobrevivir a unas pruebas y deleitar a una sociedad sin escrúpulos ni moralidad alguna.


Como premisa está interesante, y para los amantes de la cifi y las distopías es un plato bastante apetecible y entretenida, así que durante la primera hora todo parece ir funcionando y se nos presentan unos personajes que no parecen del todo estúpidos, incluso parece que hay cierto drama de fondo palpable y más o menos bien llevado.

El problema de la cinta viene cuando muestra sus cartas y empezamos a recordar lo que se nos ha vendido durante la primera hora, vendido literalmente, con frases y diálogos entre sus protas asegurando que el lugar es jodidamente duro, posibilidades varias de muerte por enfermedad, deshidratación....

Pero los minutos avanzan, y comenzamos a ver algunas decisiones un tanto extrañas aunque posibles, bien, pero vemos que el lugar pues no es tan horrible como lo pintaban...luego se añaden algunas reglas de las que no teníamos constancia para que la cosa avance, alguna escena de vergüenza ajena, diálogos previsibles y tópicos...y la cosa se alarga resultando un poco incómoda.

El sabor final es agridulce, porque la historia tenía pinta de destilar mala leche y un tema que podía haber dado mucho de sí, unos críos matándose entre ellos mientras el público ve un Gran Hermano en un lugar muy hostil...pero qué sucede si de esa mala leche tenemos muy poco? Y si el lugar parece más un campamento de verano que no un lugar donde deberían llevarse al límite las posibilidades de, al menos, los que no han tenido entrenamiento alguno?
Para redondear el pastel, algunas relaciones no llegan al clímax que deberían y terminan muy desdibujadas.

Se deja ver, no obstante, y quizás su segunda parte mejore algún aspecto, pero esta primera ha resultado un tanto fallida.

Un saludo!


10 de agosto de 2012

Run Through the Jungle

Poco más de una semana para volver a perdernos alejados de todo, para sentir, aprender, saborear y vivir experiencias nuevas...


Run Through the Jungle - Creedence Clearwater Revival

6 de agosto de 2012

Prometheus

Y finalmente llegó el día del estreno de esa "no-precuela" de Alien dirigida por Ridley Scott.


Soy un flipado de la ciencia-ficción, qué le vamos a hacer, disfruto con historias ambientadas en el espacio, con rayos C brillando en la oscuridad cerca de Tannhäuser y todas esas chifladuras tan alejadas del cine clásico, en el que lo que brillan son las historias y sus personajes.
Pero de vez en cuando sucede que la imaginación crea algo fascinante, algo que hace que el ser humano se plantee cosas hasta la fecha impensables...sucede un Star Wars, sucede un Matrix o sucede un Alien.

En 1979 Scott presentó al mundo de la mano del retorcido hasta la extenuación H.R. Giger su retoño Alien, una historia futurista, sucia, como nunca se había presentado en pantalla pero cuidando los detalles al máximo y...de terror.
Si Tiburón consiguió que al meternos en la playa imaginásemos la aleta salir en la distancia, el espacio se convirtió desde entonces en territorio Alien, por mucho ET de Spielberg.

Muchos crecimos con ella, junto con imaginarios sables láser y el "volveré" de Terminator...más tarde llegó Aliens y acabó por encumbrar a la franquicia, totalmente diferentes entre ellas pero cohexistiendo como nunca dos partes de una misma historia lo habían hecho.

Obviando su tercera y cuarta parte, la sombra era muy alargada sobre esta Prometheus, que, sorprendentemente (o no tanto) decidió por anunciarse por parte de Scott como una nueva exploración del universo Alien, compartiendo su ADN.
Unas palabras que suenan a "por si la cago" que no se me tiren encima...aunque probablemente sean más pistas, porque otra cosa no, pero detalles, preguntas y respuestas las tiene a montones.

Así que a la hora de comentar este tipo de pelis, que llevan detrás esas legiones de seguidores por un motivo o por otro, resulta complejo, voy a intentar repartir para todos y a ver cómo queda.

Prometheus comienza con el descubrimiento en la Tierra por parte de un grupo de científicos de unas pinturas ancestrales que muestran un patrón determinado de lo que parece ser un sistema solar. Así, gracias a la confirmación de este patrón sobre otras encontradas en diversos puntos del planeta, consiguen financiación de la compañía Weyland, vieja conocida del universo Alien, para viajar en misión científica hasta ese cúmulo de estrellas, a bordo de la Prometheus.

Reconozco que entré en la sala con esa sensación de melancolía por aquellos tiempos en los que flipábamos con las escenas de Alien y Aliens, la imaginación desbordada con los pocos recursos de los que se contaban y recordé cómo mi hermano y yo nos repartíamos las frases de una peli y otra, a veces nos podíamos tirar la vida haciendo el canelo....ahora iba a ver un montón de efectos especiales, recursos impensables entonces...aunque probablemente no tendremos a un Hudson, un Parker o un Dallas y el director tendría que ir con cuidado para no repetir fórmulas y enfurecer a los que le criticarían por hacer más de lo mismo...


En mi opinión Prometheus cumple, es una muy digna precuela de Alien y plantea y resuelve casi las mismas preguntas y respuestas que en su día produjo la original.
Nadie sabía qué pasó en aquella nave, nadie sabía de dónde salieron todos aquellos huevos, nadie sabía las motivaciones del bicho salvo una escueta frase de Ash en la que lo definía como un perfecto organismo al que no le afectaban las fantasías de moralidad...
No es de extrañar pues que Scott confiara en el guionista Damon Lindelof, todo un especialista (odiado y querido por partes iguales desde su contribución en Lost) en crear preguntas de respuestas. En Prometheus asistimos a la primera pista de lo que podrían ser varias teorías sobre la creación de ese "perfecto organismo", todo rodeado por mitología y conectando algunos aspectos que más tarde podrían dar paso sin problemas con lo sucedido en la Nostromo.


Se juega con cierta dualidad entre el bien, el mal y por supuesto la eterna pregunta del ser humano de saber de dónde venimos y de jugar a ser Dios. Un tema que da para mucho (sobre todo en la cifi) y que una vez vista la peli entera queda la sensación de que viendo el material del que se disponía no me extraña que Scott decidiera "crear" esta vía secundaria dentro del universo de Alien para poder profundizar sobre el tema, tanto es así que ya se ha anunciado la segunda "pre-pre-cuela" para 2014, si los mayas no dicen lo contrario.

Sobre los aspectos técnicos, Prometheus tiene una puesta en escena fantástica, no es para menos dado el presupuesto, pero aún así los diseños, muchos de ellos a mano, nada de CGI a lo bruto, lucen tremendos, lo que le da alguna ambientación que recuerda a los "buenos tiempos". FX tiene, pero están muy bien utilizados cuando se debe, como por ejemplo en cierta escena en la que Scott vuelve a hacer que nos recostemos en el asiento ante la casquería mostrada y la vertiginosidad de la escena, fácilmente reconocible cuando se vea, un momento "Kane" memorable como ya lo fue en su día en Alien.
El trabajo sonoro es simplemente fantástico, volviendo al rugido opresivo de la nave tan característico y a las melodías que flotan en el ambiente hasta que se desata la locura.

Y llegamos a los personajes, capitaneados indudablemente por un Michael Fassbender que lo vuelve a bordar en el papel de androide, este tío es la polla (como en Shame), simple y llanamente juega en otra liga. Es el conductor de la historia, comenzamos con él y evolucionamos con él hasta llegar a ser el verdadero Prometeo de la peli.

Sin duda, el personaje de David es el más fascinante de la cinta y el total protagonista, el único que puede dar totalmente con las respuestas a esos supuestos agujeros de guión que se dice tiene la cinta.
La segunda en discordia sería Noomi Rapace en el papel de científica y heredera directa de la Weaver. Francamente, mejora con el paso de los minutos hasta llegar a convencer.


El resto de personajes tienen sus funciones tan preestablecidas que no merecen apenas mención, ni siquiera la Theron, un papel que podrían haberse ahorrado sin problemas y que para colmo provoca uno de los, en mi opinión, puntos menos acertados de la peli. Su personaje sólo tendría sentido bajo una premisa y a largo plazo...

Dónde falla Prometheus? Pues que probablemente a los muy muy exigentes no les convenza la conexión con Alien (recuerden, planeta original de Alien LV-426, planeta Prometheus LV-223...secuela en camino), o esperasen más terror o el guión les parezca lleno de agujeros...

A mí personalmente lo que me ha fallado son algunos detalles, como lo comentado con Theron (por favor...), algunas acciones algo inverosímiles, poco claras o situaciones forzadas como la del geólogo y el compi...incluso podría achacarle cierto paralelismo con las situaciones de Alien o con algunas escenas en pelis como la de Misión a Marte.
En cualquier caso, Lindelof es un especialista en generar preguntas y dejar al espectador en el rol de pensar posibles teorías como comentaba, y se nota. Resultando siempre un caldo de cultivo para comentarios de todo tipo.
Yo personalmente lo veo más como una virtud, a otros les puede parecer como poco definido e inconcluso...este aspecto me ha resultado interesante, por un lado hay quien lo defiende ya que es una manera de generar fantasías y darle al coco (no es el cine una gran mentira?) y por otro lado están los que no les gusta que se deje tanta cosa en el aire. El filón de estos últimos es que es muy fácil (y totalmente legítimo) caer en la típica resolución de "es que el guión es simple y venden humo", perfecto, no digo que no, pero todos llevamos 30 años soñando con ese misterioso Space Jockey y aquella es una obra maestra, con los mismos supuestos agujeros de guión pero con la enorme ventaja de ser pionera...es por esto que creo no debe nublarnos el juicio las comparativas con un clásico, aunque es una guerra perdida, pero como digo, es una opinión que quizás ayude a saborear algo más este trabajo.
Añado además, que la película, tal y como se cuenta, si no se le quieren dar pajas mentales y bajo mi humilde opinión, es perfectamente entendible y disfrutable.

Así que, como dije, creo que es una muy digna precuela, que explora y aumenta las posibilidades del universo Alien, que entretiene y que a pesar de no ser perfecta ni contar con unos personajes para no olvidar salvo Fassbender y en menor medida Rapace, sí podemos decir que nos ha devuelto cierto aire añejo a aquella oscura roca a la que es muy posible que se vuelva en un futuro, o no.

Muy recomendable.

Un saludo!