20 de agosto de 2012

Nunca me abandones

Mark Romarek se marca la adaptación de la novela del mismo nombre de Kazuo Ishiguro en la que se cuenta la historia de unos chicos que residen en un internado de Inglaterra y que descubrirán su trágica "función" en la vida.

Puede parecer que uno se carga la peli con la sinopsis, evidentemente no voy a decir de qué se trata aunque al poco tiempo de metraje se desvela. La gran baza de esta historia es ver cómo evolucionan sus personajes mientras avanza la trama.


No tenía ni idea que la historia estaba basada en la obra del tal Ishiguro, pero durante toda la peli tenía la extraña sensación que, a pesar de que se trata de una sociedad "distinta" y parecen tener asumido su rol, su actitud tenía algo extraño, así que al acabar y ver que estaba basada en un autor japonés todo cobró sentido y tanto la "lentitud", como algunas acciones o reacciones de sus personajes pasaron a un plano totalmente distinto a la hora de valorarla.

Cierto es que está interpretada por autores occidentales, pero en mi opinión la cinta tiene un deje de sociedad nipona muy potente, es como si el autor en su fuero interno hubiese reflejado sus raíces en un entorno occidental amparándose en una sutil cifi.

Eso no  quita que el trío protagonista lo haga realmente bien y que la fotografía, aunque algo inocente, sea bonita. Pero el aspecto sociológico creo que es fundamental para valorar la cinta, totalmente indispensable.

Una vez superado el trance del "descubrimiento", la historia resulta muy interesante, es una reflexión cojonuda sobre la vida, la muerte, la sociedad, el futuro y la total falta de moralidad, temas que dan para mucho y que son tratados con elegancia y sin excesos. Que podría dar más de sí, pero que en general cumple bastante bien y, a pesar de su ritmo pausado, a mí personalmente no se me ha hecho pesada.

Un saludo!

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