25 de marzo de 2016

Batman v Superman

Hace unos 3 años aterrizaba en las pantallas el reboot cinematográfico de Zack Snyder de uno de los superhéroes más complejos que existen, Superman. La cinta generó cierta controversia a pesar de que aquí a un servidor no le acabó de disgustar e incluso ha ganado potencia con el paso del tiempo.


Sumada a esta tendencia de cross-overs por parte de Marvel en el que las series y películas comienzan a tejer un universo único en el que los X-Men se mezclan con Deadpool, los Vengadores juntan tres o cuatro franquicias y Jessica Jones suena en los episodios de Daredevil, BatmanvSuperman pretende hacer lo propio con sus personajes de DC, juntando en esta ocasión dos pesos pesados,  por un lado el Caballero Oscuro y por otro el hijo de Krypton, en una combinación que a priori genera un gesto "what the fuck" en el espectador medio ante tal disparidad, porque todos entendemos que a Superman, en principio, no le tose ni Dios, y tampoco entendemos qué puede enfrentarlos si supuestamente ambos son defensores de la justicia.

Han pasado algo más de 2 años desde los acontecimientos de la lucha contra el General Zod y, a pesar de lo que suele pasar en estas luchas titánicas de destrucción masiva en las que todo queda reparado en semanas, aquí no han quedado reparadas muchas vidas y se cuestiona si Superman no debe pagar las consecuencias de tamaño caos.

El comienzo es realmente prometedor, es una opción interesante más allá del blockbuster de muerte y destrucción para situarnos desde el prisma de esas personas que se encuentran en el edificio que salta por los aires.
Unamos creencias religiosas, cierto miedo racial ante seres tan distintos y el resultado es ese intento de humanización que poco a poco se va colando en este tipo de productos de entretenimiento, pretendiendo dar un paso más hacia esa importancia que debe tener la historia en lugar de la estructura clásica de villano teje un plan y destrucción final a base de hostias.


Por desgracia, y a pesar de los intentos, aquí se sufren algunos males que en mi opinión hacen que el producto no acabe de cuajar.

Por un lado no acaba de explotar la vena dramática de la historia y el desenlace en alguna ocasión es flojo, podía haber dado algo más de sí. Tampoco acaba de dar la estocada épica que merecen dos personajes de tal envergadura (y eso que en El Hombre de Acero a mí me emocionó en más de una ocasión, gracias a Hans Zimmer, también es cierto), sigue alargando demasiado algunas escenas con un uso excesivo del slow motion, lo que provoca cierta desconexión cortando el ritmo y además no acaba de cerrar la historia debido a interminables epílogos.
Una vez finalizada, tampoco vemos que se aleje demasiado de la estructura clásica que comentaba de villano teje plan y final con hostias como panes.

A pesar de todos estos aspectos, la cinta tiene en sus bases elementos interesantes, sigue dejando escenas audiovisuales muy potentes y el Batman de Affleck está correcto, mejor que Bale en su versión Wayne, pero algo peor en su versión de Caballero Oscuro.

Un saludo.