25 de junio de 2012

Sherlock Holmes: Juego de Sombras

Guy Ritchie parece haber perdido un poco el norte tras interesantes productos como Snatch o RockanRolla con esta secuela de la exitosa primera parte Sherlock Holmes que acabó por devolver el interés general por el misterio y los personajes dotados de una clarividencia deductiva fuera de serie.

En esta ocasión Sherlock se enfrentará a su némesis particular, la mente criminal más grande de todos los tiempos con permiso de algunos políticos, Moriarty.
En mitad de unos atentados y con la sombra de la guerra sobre Europa, tendrá que descifrar la trama de su enemigo.


Veamos, la cinta está enfocada para que el espectador vaya siendo mareado como una perdiz mientras las dos mentes juegan su particular partida de ajedrez, siendo conscientes de esto pues uno simplemente acepta el juego y se deja llevar.

Pero para disfrutar de ese juego uno se tiene que tragar dos horas en ocasiones bastante soporíferas, adornado en exceso por escenas en slow motion que son vistosas pero que si hay que valorarlas dentro del producto que es resultan cansinas por momentos y hasta innecesarias.

En la primera parte, la novedad y el puntillo de esa lógica deductiva para anticiparse a los movimientos de los demás podía tener su qué, repetir la fórmula ya no sólo una vez sino varias puede provocar que si no tengas el día magnánimo acabes por mandar a la mierda al director o recordar demasiado a Uwe Boll o Bay.
Y es que las escenas mecánicas, donde corretear de un lado para otro y donde la sensación de que los personajes son meras jarras vacías que deambulan por la pantalla sin nada más que hacer que como vínculo emocional para que el bueno de Downey Jr. no sea igual que su némesis pues puede acabar por redondear lo justita que es esta segunda parte.
La "química" entre Watson y Holmes que en su primera parte podía funcionar (a pesar de que a mí no me provocó excesiva complicidad) aquí es casi inexistente.


Lo único destacable quedaría en los "duelos" entre Holmes y Moriarty, si no fuera porque el engaño se hace mucho más patente en su final, donde descubrimos la patraña de guión que nos temíamos una vez descubierto cierto pastel terrorista y que, aunque es normal que en este tipo de pelis pues todo conforme una telaraña que debe encajar, la sensación que queda es de vacío a pesar de su "rigor" literario en cuanto al desenlace.

Poco más que añadir, tan sólo que si le subimos los saturados a la fotografía se podría incluso acercar al tan criticado Michael Bay en sus escenas más videocliperas y que tanto la serie de Sherlock de la BBC como aquella maravilla en forma de 26 episodios animados de Miyazaki/Mikuriya resultan infinitamente mejores.


Un saludo!





1 comentario:

  1. Esta película me encanta, lo que más me gusta de Sherlock Holmes juego de sombras es la ambientación, me gusta la época en la que desarrollan la historia.

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