14 de marzo de 2011

Valor de Ley (True Grit)

Los hermanos Coen prueban esta vez con un western, un género que se resiste a morir en nuestros días y que resulta siempre arriesgadísimo de no ser que tengas cierto renombre en el mundo del cine.

Y como los Coen tienen crédito y además saben rodar, presentan Valor de Ley, un "remake" de la cinta interpretada en su día por John Wayne y de la que, según dicen, no son muy amantes...curioso.

Valor de Ley nos sitúa en la américa profunda de finales del 1800, en el que un hombre es asesinado absurdamente por un borracho cualquiera y del que la hija del fallecido decide tomarse venganza contratando a un caza recompensas, todo ello narrado mientras un plano en mitad de la penumbra se acerca lentamente, aquí ya empezamos a ver por qué los Coen saben rodar, la escena es una maravilla.


Historia simple, directa y en la que irremediablemente los Coen debían poner los cinco sentidos para atrapar al espectador con situaciones de tensión, humor negro y una realización que entra por los ojos por la bien parida que está.

Pero hay algo en esta Valor de Ley que a mi me chirría, si bien es cierto que la fotografía es estupenda, que la música en algunos momentos consigue que alcemos la vista por lo épico del momento y que estemos atentos a la peculiar relación entre Bridges y Hailee Steinfeld (algo mecánica, pero llamativa en cualquier caso), el caso es que ni la historia tiene mucha más profundidad salvo por un par de pinceladas sobre el valor, la justicia y los actos humanos ni consigue que lleguemos al final de la historia a un clímax total (ojo, es bueno, pero le falta "algo").

Las comparaciones son odiosas, pero resulta difícil no pensar en el broche de oro de Eastwood en Sin Perdón....resulta curioso, pero tuve sensación parecida en No es país..., en aquella me dio la sensación de que se extendía más de lo necesario y cuyo final dejaba una sensación que no hacía del todo justicia al conjunto.
En esta más acentuado si cabe, ya que llegados a cierto punto clave (o eso se supone) la cosa se diluye, su sinceridad y fidelidad en pos de una historia que no pretende ser ficción lo único que me provoca es la sensación de tener  un cuadro precioso y que por no darle dos pinceladas de ocre, no brille.

Es indudable que está bien rodada, que posee una fotografía preciosa (las escenas nocturnas son tremendas) y que es sincera con lo que muestra, pero el listón está muy alto como para dejar pasar ciertas impresiones. En cualquier caso muy recomendable.

Un saludo!.

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