25 de agosto de 2013

De paso por Hanói


Abandonamos el hotel (Eden Saigón, por cierto, bueno, bonito, bien situado y no especialmente caro) y pillamos un taxi que nos llevó al aeropuerto, importante diferenciar si es vuelo doméstico o internacional, ya que las terminales están separadas y pueden dejarte en la otra punta.

Dos horas más tarde pisábamos Hanói a ritmo de Simon & Garfunkel. Por la pinta, parece una Ho Chi Minh 2.0, pero hasta que no exploremos bien la ciudad no podremos dictar sentencia.

Al salir del terminal pillamos un mini-bus que se encuentran a mano derecha de la puerta principal. Por dos dólares por cabeza te llevan al centro de la ciudad, a unas dos calles de la estación de tren central.
En un principio nos pedía 5 pavos, pero como sabíamos que el precio oficial eran 2 insistimos y al final resulta que nos pedía 5 porque nos ofrecía llevarnos hasta la misma puerta de la estación. Por dos calles 3 dólares, no aceptamos.
Conviene saber una cosa con estos mini-buses si se tiene relativa prisa (rollo que te salga un tren en 1 o 2 horas). Estos tipos tienen que llenar el vehículo, y no se van hasta que esté hasta arriba. En un bus de estos que caben 15 íbamos 18, más equipaje, para hacerse una idea. No cabía un alfiler.
Unos chavales al parecer llevaban esperando bastante rato y comentaron que perderían su tren si no salían ya, al final tuvieron que bajarse e irse en taxi. Nosotros apenas esperamos ya que llegamos casi de los últimos.

Una vez en Hanói caminamos hasta la estación de trenes, hay dos, una llamada Ga Hang Co y la otra Quy Cap. La primera está al norte y desde ahí salen los trenes a Sapa, la otra parte hacia el sur (Hué, Ho chi Minh, etc.).
Allí dejamos en unas taquillas las mochilas para recogerlas por la noche, 30000 dongs 8 horas.

Ya en la calle callejeamos un poco por la zona marcada en el mapa como de garitos de comida vietnamita, concretamente la calle Tong Duy Tang, al norte de la estación de tren, pero como eran las 15h allí estaba todo recogido, al parecer a esa hora es difícil encontrar comida “fresca”, así que seguimos caminando y al final nos metimos en un restaurante que tenía una parte superior con cristalera desde la que se veía el tráfico, algo así como Bistro. El sitio era caro pero servían un menú por 160.000 dongs que estaba bastante apañado, entrante, plato y postre. 7 dólares al cambio...you know where I mean...y encima en una habitación privada para nosotros. Estas cosas las vamos a echar de menos.

De nuevo con las pilas cargadas nos fuimos en dirección a la zona del Mausoleo de Ho Chi Minh, siguiendo la calle Dien Bien Phu (quién diablos pone esos nombres?), una suerte de Avinguda Diagonal pero con unas pocas bastantes más de motos.
Hay que tener en cuenta que la mayoría de atracciones entre las 16-17:30 horas cierran hasta el día siguiente. Museos, templos, etc. Además, es posible que entre las 13 y las 15h también permanezcan cerrados ya que aquí parece que la siesta también es deporte nacional.
Así que como no teníamos muchas más opciones decidimos visitar la Plaza de Ba Dinh, una especie de mitad de Tiananmen donde la gente hace deporte, juegan los críos, se hacen fotos y pasean por unos jardines. Incluso entramos en un templo donde estaban rezando, justo al lado del Museo Ho Chi Minh, cerrado por supuesto.
Vimos el atardecer en el lugar, bastante animado y con gente saludándonos, haciendo fotos y jugando un poco con los críos, un rato bastante agradable, y la gente muy simpática.
Eran sobre las 18:30, así que pusimos rumbo hacia el centro de nuevo, parándonos en una cafetería de las muchísimas que hay por la ciudad (al parecer es tendencia) para pillar algo de wifi, hablar con la familia y de paso tomar el fresco. La polución por cierto en Hanói es igual o peor que Ho Chi Minh, definitivamente tienen un serio problema que solventar.

Llegamos a la estación y a la hora que nos indicaron en la reserva que realizamos para los billetes apareció un tipo en moto que nos trajo los tickets, le pagamos lo acordado (unos 140 euros ida y vuelta en compartimento privado con camas para dos) y entramos por la puerta número 7.

Para pillar los billetes a Sapa se suele hacer por internet, pero no existe (o por lo menos yo no lo encontré) página rollo Renfe para reservarlos. En su defecto hay unas cuántas bastantes agencias que lo que hacen es reservarlos por ti, llevándose una comisión y te son entregados una hora antes de partir.
La verdad es que la cosa acojona, pero si no se quiere hacer así, la única manera es llegando a Hanói y comprarlos directamente en taquilla, aunque te arriesgas a que no haya camas para pasar la noche o que directamente no tengan billetes, ya que en agosto sube mucho la demanda.
Para la vuelta a Hanói se sufre el mismo riesgo. Así que consultando precios de lo que se paga en taquilla y lo que cuesta “por adelantado”, en mi opinión merece la pena. Como siempre, con tiempo estos viajes salen muucho más baratos.

Comenzó a llover a lo bestia y para llegar a nuestro tren teníamos que atravesar los andenes, pero no por pasos subterráneos o elevados, no, por delante mismo de los trenes, a lo loco, y con la que estaba cayendo nos íbamos a poner buenos. Así que preguntamos a una señora de un kiosko si tenía chubasqueros y por supuesto se sacó unos cuantos del cajón, es que no falla, son más listos que el hambre.

Nos pidió 50000 dongs por los dos y regateamos hasta los 30000, la verdad es que es de esas situaciones en las que si la tipa se empeña saca los 50, porque vamos, era evidente que los necesitábamos, así que sólo nos timó 30k.
Ya equipados, cruzamos las vías y nos metimos por el andén 6 en nuestro tren y compartimento. Un camarote privado con algunas bebidas, picapica y dos camitas para aquí los “mochileros”. Vaya tela, con lo que hemos sido.

Mañana a las 6 de la mañana llegamos a Sapa!


Un saludo!

2 comentarios:

  1. Eso de mochileros... Si es que vaya viajecito os estáis dando!!

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  2. Vamos de incógnito, nos mezclamos con los mochileros y cuando no miran nos metemos en el hotel molón!

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