29 de agosto de 2008

Zàijiàn Zhongguó!!

Sobre las 10 de la mañana nos fuimos a tomar un café y capuccino al bar del hostel (como añoramos la cheesecake y el chocolate pancake de Yangshuo!) y partimos hacia la ciudad antigua, situada al sur de nuestra posición.
Bajamos por Yong Shou Lu hasta llegar a Renmin Lu y seguimos la calle hasta Henan Nanlu. Unos pocos metros vimos que una calle se metía por una zona muy animada y con casas antiguas por lo que deducimos que ahí estaba el meollo, así que nos metimos por ahí y estuvimos serpenteándolas con sus puertas abiertas mientras mirábamos los patios interiores y echábamos alguna foto...es una zona bonita, pero queda más bien poco de ciudad antigua ya que cada vez más la está devorando la nueva zona comercial y los edificios nuevos...
Llegamos a la zona del mercado (en el centro de la ciudad) que rodea los jardines de Yuyuan y la primera impresión fue de “parece el centro comercial de la makinista pero en Chino”, es muy bonito pero se ve muy artificial y está bastante masificado de gente..a pesar de todo dimos unas vueltas mirando las tiendas y los animados puestos.
Llegamos a la entrada de los mencionados jardines y decidimos visitarlos (30Y persona, sin posibilidad de usar el “carnet de estudiante”). Estos jardines pertenecieron a la familia Pan, funcionarios de la dinastía Ming y al parecer les costó 18 años hacerlos...a pesar de todo fueron destruidos durante la guerra del opio y luego restaurados para dejarlos tal y como estaban.
Los jardines son preciosos, los estanques muy bien cuidados y es lo suficientemente grande como para poder estar en la mayoría de las estancias solos sin que te molesten multitudes...
Estuvimos un buen rato echando fotos y sentados bajo un puente de piedra muy bonito disfrutando de la calma del lugar...parece mentira que esté uno en la bulliciosa Shanghai.
Ya fuera de los jardines nos comimos una burguer del McDonald (menú 22Y) para hacer tiempo y nos fuimos paseando hacia la zona norte del Bund, pero comenzó a llover con bastante intensidad (nos ha llovido en todos los sitios que hemos estado, hemos probado la lluvia de toda China!) por lo que decidimos abortar la misión y volver al hostel.
Acabamos con la ropa empapada ya que el pobre paraguas que llevábamos desde el primer día que llegamos a Shanghai ya no daba más de sí y tenía hasta goteras...así que preguntamos por la lavandería en el hostel y nos dijeron que estaba en la cuarta planta, subí con la esperanza de que hubiese secadora, pero en su lugar me encontré con la casa de los horrores...la lavandería consiste en una lavadora que parece que tenga vida propia y un huevo de ropa tendida por todas partes, por las escaleras, en las ventanas..qué se yo...qué desastre!, encima estaba muy oscuro y vi un interruptor, le dí para encender la luz y ver algo más allá y me pegó un calambrazo de la ostia...encima no se encendió la luz y empezó a hacer un zumbido el foco que no me gustó un pelo con lo que decidí (listo de mí) volver a darle al interruptor para apagarlo...me volvió a pegar el chispazo y decidí irme a la habitación de nuevo...a tomar viento, nos llevamos algo de ropa húmeda...
Recordamos un sitio muy chulo que vimos en una de las calles que cruzan Nanjing Lu, era un tranvía adaptado como restaurante, y decidimos ir a cenar allí.
Bajando por Nanjing Lu, en una de las travesías se ve fácilmente ya que está al principio de la misma. Se trata de Locarno, y efectivamente es un tranvía de los antiguos (todo de madera) donde han puesto mesitas en su interior para cenar...el lugar es muy bonito y tranquilo.
Vimos la carta y no nos parecieron desorbitados los precios (una media de 35Y el plato), así que decidimos cenar allí, pero antes pasamos por la tienda de productos oficiales de Beijing 2008.
Eli se encariñó de las mascotas de los juegos olímpicos en una tienda de Beijing y aquí en Shanghai también los tienen, así que decidimos pillarnos el pack de 5 ositos de recuerdo (228Y).
Estos chinos le dan significado a todo, los ositos tienen de nombre Beibei, Jingjing, Huanhuan , Yingying, y Nini...uniendo las primeras letras “BeiJing Huan Ying ni” tenemos como frase “Bienvenidos a Beijing” (Wellcome to Beijing).
Ya en el restaurante cenamos macarrones con salsa de tomate y lazos al pesto, acompañados de cerveza bien fría y una ensalada caesar. La presentación de los platos fantástica (con verduritas braseadas) y la atención mejor (la chica venía a preguntarnos si todo estaba ok y cuando le decíamos “de muerte” se iba dando palmaditas y todo)...tomamos también café y capuccino...salimos bastante llenos (201Y) , muy recomendable!.
Como eran las 21h y teníamos bastante tiempo decidimos acabar de agotarnos del todo y nos fuimos caminando hacia el norte del Bund, donde se erige el monumento a los héroes del pueblo, allí bajamos las escaleras y pasamos bajo un puente hasta que llegamos al paso peatonal que une el Bund con Pudong.
Una vez allí seguimos por una calle y dimos con el barrio de los “masajes de pies”...que consiste en una calle llena de estos garitos donde unas chicas con muy poca ropa te dan masajes de pies por 30Y o por 50Y un “completo”...parece ser que para dar masajes de pies en Shanghai se ha de ser modelo porque las gachís estaban de muy buen ver...Eli por supuesto no tiene nada que envidiarlas...ejem.
Seguimos por esta calle y vimos más puestos callejeros, restaurantes con peceras enormes en la entrada donde los pobres peces esperaban su predador, tiendas de fruta, de ropa, etc..y muuchos carteles de neón, mira que les gusta a los chinos los carteles chillones...lo echaremos en falta.
Como habíamos llegado bastante lejos decidimos volver ya que comenzábamos a estar algo cansados (pero solo algo).
Pensamos pillar un taxi y paramos a uno, le enseñamos la tarjeta del hostel y el hombre no entendía ni papa, se bajó del coche para mirar la tarjeta cerca de un cartel luminoso de publicidad (se ve que no le bastaba con la de su coche) y volvió diciendo algo..en chino..claro...como no teníamos ganas de explicarle 10 veces la ruta decidimos volver a pie.
El camino de vuelta fue tranquilo, admiramos las calles de Shanghai con ese sentimiento de “la última vez”...
Ya en el hostel preparamos el equipaje (osea las 2 mochilas, que van a reventar...todavía no sabemos como hemos metido tanta cosa en ese espacio) y nos fuimos a dormir.
Mañana a las 6 de la mañana en planta para coger el metro en People's Square hasta Longyang Lu, allí cogeremos el Maglev hasta el aeropuerto y volveremos a casa finalmente.

Se acaba nuestra odisea china, ha sido posiblemente la experiencia más fantástica que hayamos tenido nunca en un viaje..ha sido agotador por momentos, pero muy gratificante en cuanto a resultados...este país es fantástico, hemos aprendido muchísimo de esta milenaria cultura y nos llevamos grabados momentos increíbles, grandes paisajes y conocido a muchísima gente interesante...hemos encontrado lo que veníamos buscando, hemos visto el contraste entre grandes ciudades y alejados parajes...hemos visto como se ganan la vida en Shanghai y como en Dali o Yangshuo...hemos visto como evoluciona este monstruo y a qué velocidad...son tantas y tantas cosas que bueno, por fortuna hemos dejado escrito en este blog que guardaremos para siempre y que también esperamos que le sirva a quien se quiera animar a visitar este fantástico país y conocer a su increíblemente amable gente.

Zàijiàn Zhongguó!! (Adiós China)

Eli y Fran.

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