22 de agosto de 2008

Lijiang

A las 8 de la mañana estábamos en la puerta tal y como nos indicó la chica de la “agencia”. Vimos que en la acera de enfrente una chica vendía las típicas masas blancas (es como pan blanco con pasas, carne, etc) y lo que parecían ser churros.
Nos fuimos de cabeza a por los churros (2Y) mientras esperábamos el transporte, que tardó un poco en llegar.
Finalmente nos subimos al mini-bus y fue recogiendo a más gente por la ciudad hasta que pareció que finalmente se encaminaba hacia Lijiang.
De camino disfrutamos de unos desfiladeros y unas vistas imponentes, con riachuelos que caían por las laderas y de algún que otro cerdo en mitad de la carretera, con el consiguiente volantazo del conductor...amén de que aquí los adelantamientos se cuentan por miles.
Pasamos por pueblos que parecían sacados de las pelis del oeste (pero con chinos, claro) hasta que finalmente llegamos a Lijiang (tardó 4 horas en lugar de 3 como nos dijeron, pero bueno).
La primera impresión es: con lo bien que estábamos en Dali...
La estación de buses está un poco alejada del meollo por lo que nos costó orientarnos un poco, preguntamos a una taxista y nos dio a entender que podíamos ir andando, que la ciudad antigua estaba a dos pasos...
Caminamos por las calles y más o menos conseguimos orientarnos algo más hasta llegar a lo que parecía un mercado...y por los típicos techos que había visto en alguna foto nos pareció que la ciudad no debería estar muy lejos.
El mercado resultó ser una experiencia, íbamos bastante acojonados, la verdad, ya que había muchísima gente y el sitio era un lodazal. Tardamos incluso un rato en caer en la cuenta que no llevábamos ni la cámara en la mano para echar fotos hasta que nos metimos en una especie de caseta inmensa donde habían carne por todos lados..colgada, en barreños, mesas con sangre...huyuyuyuyuyu cómo mola! Sobre todo el olor...también vimos perros enjaulados y encadenados que nos dieron muy mal rollo...a pesar de todo, hemos visto que aquí tienen a los perros como mascotas (a pesar de que a alguno lo encadenan).
Empezamos a tirar la batería de fotos, mientras caminábamos hacia otra parte del mercado y finalmente pareció que se abría un claro y el suelo comenzaba a verse.
La zona estaba empedrada y había algún que otro restaurante y algún puesto callejero, poco después encontramos un mapa de madera que indicaba que estábamos en la zona sur de la ciudad antigua, mira que bien!
Lijiang mejoraba por momentos, esa zona ya era otro rollo y nos gustaron bastantes las calles, los riachuelos junto a frondosos árboles, más puestos y como siempre, mucha gente..las casitas eran más pequeñas que en Dali, pero de parecido estilo...y las calles no son planas sino más bien hacen cuesta.
Comimos en el Papaya restaurante, en la calle principal (Dong Dajie) que da a la plaza del mercado viejo, una pizza de atún y tortelllini de espinacas (acompañado por una cerveza XXL Dali para cada uno) y café y capuccino por 86Y...todo buenísimo...además, mientras comíamos se nos acercó una chica y nos soltó un rollazo en chino bastante considerable mientras nos mostraba un cesto con unas tortitas....como tenían buena pinta y la chica se lo había currado le pillamos una para probar (1Y), estaba de muerte, sabe a tortita de harina.
Ya en la plaza del mercado, vimos a un montón de mujeres con el vestido típico de la zona (azul con una especia de cresta blanca) y nos echamos unas fotos con ellas.
Seguimos caminando y llegamos a un puente con un molino de agua (frente al hotel Grand Lijiang Hotel), pasamos por delante y seguimos calle arriba (Xin Dajie) pasando por la plaza de Mao hasta que llegamos a la entrada del “estanque del dragón negro”.
Lo primero que vimos fue el desorbitado precio de la entrada (160Y/p) y encima no había posibilidad de hacer el truco estudiante...pero ya que estábamos allí no íbamos a dar marcha atrás, palmamos.
El estanque es pues eso, un estanque con un puentecito al fondo y con una pagodita en el centro..es bonito pero no nos pareció que 160Y lo justificaran demasiado...a pesar de todo el reflejo de la montaña de jade en el agua y alguna que otra vista nos pareció muy bonita...además vimos el nacimiento del Rio Yu, que atraviesa la ciudad antigua.
Dimos un rodeo y vimos que se podía subir a la colina del elefante (un bosque que subía montaña arriba), dudamos en subir pero por la hora que era no nos podíamos flipar demasiado (igual esa parte justifica del todo la entrada)....la impresión final fue buena, la verdad es que es bonito, pero ese precio...
Decidimos volver a la estación de autobuses (salía a las 18:30h y eran cerca de las 17h). Cogimos un taxi y le señalamos la estación de buses pero nos llevó a otra, finalmente le enseñamos el ticket de bus y entonces atinó.
Lijiang mereció la pena al final, la ciudad antigua tiene su encanto, sus callejuelas consiguieron atraer nuestra atención a pesar de haber estado antes en Dali y el paseo por el estanque nos dejó un buen recuerdo.
El conductor del bus resultó ser un kamikaze de cuidado, el tío no paraba de pitar para que se apartara todo bicho viviente de la carretera (eso sí, luego él tardaba la vida y apuraba hasta el máximo el carril contrario)...adelantaba a coche por minuto el tío.
Llegamos sobre las 21:15 y nos fuimos directamente al hostel a cenar. Nada más llegar nos encontramos con las puertas cerradas y nos acojonamos un poco, por fortuna una mujer nos vió y picó en la puerta (cosa que podíamos haber hecho nosotros si no hubiésemos estado en shock) y nos abrió uno de los mozos del sitio.
Yo diría que estaban haciendo manitas...les preguntamos si podíamos cenar y nos prepararon un par de hamburguesas (pero hamburguesa de verdad) acompañadas con un pan negro muy bueno y ensalada (y cerveza claro) por 45Y.
Después de cenar y de mirar las notícias de nuestro país (accidente de avión en Barajas, qué putada, nos dejó muy mal cuerpo) nos fuimos a dormir.

Un saludo!

Fran y Eli.

No hay comentarios:

Publicar un comentario