23 de agosto de 2010

Hakone

Salimos pitados después de almorzar sobre las 7:30 de la mañana para coger el tren de las 8 que nos llevaría a Nagoya.

Puntual como siempre nos subimos al tren y nos despedimos de Takayama, un lugar que nos ha encantado.

Dos horas más tardes llegamos a Nagoya, aquí teníamos unos 40 minutos para coger el tren que nos llevaría a Odawara en donde tendríamos que pillar un tren local que no gestiona la Japan Rail pero que tan sólo nos llevaría 15 minutos y unos pocos yens.

Mientras caminamos por la estación no pudimos resistir el encanto de las pastas que ofrecen los puestos y compramos algunas de entre 200-300y la unidad...pero es que es imposible resistirse con la pinta que tienen...y si solo fueran las pastas....

A salvo en el tren llegamos al destino en 1 hora, este era Shinkansen y la cosa se nota.
En Odawara una chica muy amablemente se nos acercó y nos indicó cómo pillar los billetes y nos indicó la parada de Hakone en donde empieza el meollo.

Pillamos los tickets por 600y y nos fuimos en tren local. 15 minutos después llegamos a Hakone en donde dejamos las mochilas (no habíamos caído en dejarlas en Odawara) en un puesto en el que por 200-500y (dependiente del tamaño) te las guardan.

Ya liberados miramos un poco la zona, aquello es la guerra guiri. Encima domingo. Un gentío sale de los vagones como manadas y todos corretean de aquí para allá, en buses, coches...rollo Tokyo pero en plan dominguero.

Nos fuimos a información del turista y allí le preguntamos que por Dios nos dijera desde dónde podíamos ver el monte Fuji a lo que con mirada anodina nos dijo que hoy no veríamos el monte. Nos quedamos un poco parados, pero la tía tenía toda la pinta de saber de lo que hablaba...y encima hablaba con mucha calma no como a los nipones que les preguntas algo, se ponen nerviosos y se ríen.
Le hice una pregunta estúpida tal como si era por el tiempo por lo que no veríamos el Fuji y asintió como diciendo...”no, por una invasión alienígena”.
Como me vio un poco jodido nos indicó una zona al sur, en el lago Ashino-ko, desde donde normalmente se aprecia el monte y las vistas son muy bonitas, a pesar de que me volvió a dejar claro que hoy no sería visible...joder con la bruja!

Total que nos fuimos a la parada de bus (a mano izquierda después de los tickets y bajando unas escales a la izquierda de nuevo) y pillamos el 5 en la parada 2 que nos llevó hasta el lago en cuestión en unos 40 minutos por 1600y los dos.

La zona es muy bonita, la verdad, el lago es enorme y está todo rodeado de montañas y de embarcaderos desde el que todo tipo de barcos ofrecen servicios al turista...hay barcas normales, barcos en forma de patos y réplicas de barcos piratas que cruzan el río de lado a lado ofreciendo vistas de todo el lugar y, cuando está visible, el monte Fuji.

El muy cabrito debería estar ahí, pero en su lugar tan sólo habían nubes espesas...cawuen...

Eli comentó de subirnos en una de las réplicas de carabela pirata para hacer el crucero y así ver si desde el otro lado obteníamos premio. El viaje consta de 3 rutas, primero cruza el lago, luego vuelve hacia una zona al este de donde parte para volver al punto de inicio, sale por unos 1800 por persona en clase normal y en “primera” por unos 2300y, por la diferencia y siendo ya de por si una pasta, pillamos la de primera, que básicamente se diferencia en que estás en una zona más cómoda y en la cubierta superior tienes bastante más espacio (la clase general estaba a petar) y sin agobios.

La travesía ofrece unas vistas muy chulas de toda la zona, además, de vez en cuando por megafonía te explican las curiosidades del lugar. Pero del monte nada de nada...sólo me faltó hacer de Saruman para invocar a los elementos, pero nada, donde se supone que debería aparecer, tan sólo nubes...y mira que el día estaba despejado, pero no sólo eso es suficiente, el día debe de estar muy, pero muy claro.

Bueno, por lo menos lo intentamos, así que de vuelta del crucero nos volvimos en bus desde una parada justo en frente de la zona de los cruceros y en poco más de 30 minutos llegamos a Hakone.

La zona pinta bien, pero es tal y como lo pintan, un lugar mega-turístico y lleno de domingueros a más no poder...claro que unos domingueros bastante educados.

Recogimos las mochilas en Odawara y llegamos casi justo para coger el tren hacia Tokyo, final de trayecto.

Ya en Tokyo volvimos a sentir el trajín de su gente en nuestras carnes, el calor sofocante de la ciudad con esas pequeñas brisas de aire caliente que transportan el olor de cien cosas...las pantallas gigantes, los neones...la verdad es que Tokyo es impresionante, una locura muy impresionante.

Pillamos la línea de la JR para llegar hasta Ueno y así terminar de aprovechar el JR al que le quedan las horas contadas (y que hemos amortizado de sobras, merece mucho la pena, es básico para venir aquí diríamos). Una vez en Ueno seguimos las instrucciones de una tarjetita que pillamos en el hotel de Takayama y llegamos a los pocos minutos al hotel. Descargamos, nos acicalamos y nos fuimos para cenar algo y darnos una vuelta por las noches de Tokyo.

Había bastante hambre después de lo poco que habíamos comido en el tren desde esa mañana, así que miramos un poco por la zona y nos metimos en uno que tenía precios interesantes y que está metido por las calles de Ueno.

Aquí pasa una cosa, los precios por zonas suelen ser bastante parecidos...las cartas incluso en muchas ocasiones son iguales (los dibujos) entre unos sitios y otros...por lo que a no ser que busques algo muy específico o te apetezca cenar algo en concreto, la cosa es bien fácil, callejea, mira si hay mucha o poca gente en el lugar y si te llama la atención pues entra....y sino tira de guía o lo que quieras...el caso es que hay tropocientos lugares a cual con mejor pinta y que, por fortuna, no nos hemos encontrado ninguno en todo el viaje en el que hayamos salido defraudados con la comida.
Otro cantar son los sitios recomendados por conocidos, como en Kyoto...lugares a los que, o te llevan...o das con ellos de chiripa...porque quién se iba a imaginar que entrando en un párking te ibas a encontrar un restaurante...

Cenamos, para variar, de puta madre...espárragos con beicon, pinchos de carne (pollo, hígado...), patatas gratinadas con queso y tomate, makis....qué locura, además el sitio tenía una pantalla táctil muy sencilla e intuitiva (a pesar de estar totalmente en japo) en la que marcabas lo que querías y al momento el tío aparecía con el plato o la copa...la perdición, vamos.

Aquí nos metimos birras y sake a tutiplén con lo que la factura subió a los 5000, sayonara.

Todavía nos quedaba una cosa por hacer antes de despedirnos de las noches de Tokyo, los malditos karaokes.

Así que vimos uno y nos metimos. Pagas por fracciones de 30 minutos y una vez en la sala puedes pedir bebidas, comida y lo que te venga en gana...todo se abona al final.

Nos dieron una tablilla y subimos por el ascensor. En las salas contiguas grupos de japos lo vivían que te cagas pegando berridos amortiguados por puertas insonorizadas (pero no totalmente porque se escuchaba algún berrido)...la visión de friki, algunos cantando, otros tirados por los suelos, en los sofás con la mirada perdida....bueno bueno, pintaba bien.

Ya en “nuestra” sala comenzó el show...y ahora esto cómo cojones va?.

En las salas tienes la pantalla (lógicamente), un equipo hi-fi y una especie de touchpad con un huevo y medio de menús...indagando llegamos a una parte en la que te dejaba buscar por letras los grupos pero no había manera de cargar la puñetera canción...
Vimos que sobre la mesa estaban las “páginas amarillas” de los canciones, pero claro, ordenado con caracteres kanji japos...y el libro era gordo que te cagas.

Eli se quedó con unos códigos que aparecían al lado del grupo y los puso en el equipo hi-fi (táctil), le dio al primero botón que había a la derecha y saltó una canción.
Ese código también aparecía en el touchpad así que ya lo teníamos....joder, es que encima de que el karaoke es japo tampoco hemos ido nunca a ninguno en Barcelona! Aprender por partida doble!

Comenzó la batería de canciones, alaridos, acoples. Tiramos unas fotos y nos despedimos cantando el Smell like teen Spirits de Nirvana....me faltó destrozar el local, pero no lo vi correcto.

Con la sensación de haber cumplido otro absurdo-objetivo nos fuimos al hotel. Mañana por la mañana tenemos pensado acercarnos a la lonja de pescado de Tokyo, bastante temprano. Luego iremos al hotel, recogeremos las cosas y a las 10 tenemos que estar en Narita para hacer el checking y volver a casa.

Mañana nos despediremos de Japón.

Un saludo!.

2 comentarios:

  1. Joooooooo

    Ya se termina la historia!!!

    Sniffff...

    sniffffffff...

    No te puedes quedar algunos dias mas por alli??? Que sin ti en la oficina se esta muy bien!!! ;)

    JAJAJAJA

    Disfrutar lo poco que os queda!!

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  2. Es lo que tiene...

    Si por mi fuera, a ver si nos contrata el "nasional geografi" y nos manda a la Patagonia a estudiar algo.

    Un saludo desde León! (qué bien se come aquí también...ho!...y se bebe!)

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