10 de febrero de 2014

Inside Llewyn Davis

Tras ese homenaje que se dieron en forma de western llamado Valor de Ley, los hermanos Coen presentan una de esas historias personales, humanas, en el que un destino implacable juega sus cartas sobre la vida de tipos corrientes, que anhelan sueños en ocasiones aparentemente inalcanzables.

Llewyn es un solista que intenta hacerse un nombre en el mundo del folk, en un viaje que le llevará a luchar de forma incansable ante las adversidades de un mundo que no parece comprender lo que para él supone su arte.


Que los Coen son unos cracks está fuera de toda duda. No es la primera, y probablemente no sea la última, que presentan una historia de una solidez exquisita, que avanza y te atrapa, ya sea con unos planos entre luces y sombras de escándalo o con unos personajes tan bien dibujados que, mediante muy pocas explicaciones, hacen que entendamos perfectamente su idiosincrasia, mientras el mundo creado gira de una forma perfectamente engrasada, con precisión, sin chirriar y con algunos golpes de humor tan bien introducidos que se hace difícil no esbozar una sonrisa a pesar del drama en el que se envuelve el pobre Davis.

Porque la historia de Davis es una lucha seca y bella, personificada mediante encuentros con distintas barreras en forma de personajes que escucharán su arte y que reaccionarán de las formas más imprevisibles posibles. Ya sea en un encuentro fraternal, una entrevista de trabajo o en una grabación eventual, la vida de Davis se topará con dificultades que en ocasiones entenderá y en otras se dejará llevar por su instinto, tomando decisiones que en el futuro golpearán sobre su consciencia.

Y es que el destino y en parte la imprevisibilidad se dan la mano en este drama con una fluidez sobervia, que en manos de otro puede caer en maniquea y chabacana, pero que aquí cobra una dimensión de historia grande, que golpea desde distintos puntos donde debe y cuando debe, de situaciones rocambolescas pero sin escapar de ese universo frío y hostil que acompaña al protagonista entre luces y sombras.

Pros: Todo un ejercicio cinematográfico, un disfrute para ese tipo de cine humano que se centra en contar historias.
Contras: Que esperes la típica historia edulcorada....qué se yo, que no conectes. No le veo nada malo, la verdad.

Un saludo.

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