25 de abril de 2011

Memorias de una Geisha

Tenía aparcada esta cinta de Rob Marshall desde hacía tiempo, y, aprovechando que la vi el otro día a un buen precio me la pillé en blu ray ya que me habían comentado que visualmente era una gozada, qué mejor forma de verla que a máxima calidad.

Pero también había escuchado sombras sobre el trabajo realizado, esto quizás es lo que hizo que no me lanzara antes a verla, incluso sabiendo ya que visitaría Japón y que, probablemente, me serviría para ver alguna cosa que más tarde relacionaría.

Memorias de una Geisha cuenta, pues eso, la vida de una cria (interpretada por Ziyi Zhang, la gachí de Tigre y Dragón) que es vendida por sus padres a una casa de Geishas en Gion, Kyoto. Allí vivirá su cenicienta particular mientras los acontecimientos moldean su personalidad.


Desde luego, fea no es, visualmente es muy bonita prácticamente en su totalidad de escenas. Con una recreación preciosista, oscura por momentos cuando lo requiere pero haciendo un muy buen uso de lo mejor de cada estación del pueblo nipón, recreándose, como no, en las escenas del sakura, con pétalos infinitos cayendo por doquier mientras los personajes recitan más que hablan.

Memorias quizás debe ser entendida como una especie de cuento, aunque sin olvidar momentos históricos, como la Segunda Guerra Mundial, es decir, intenta no olvidarse del todo de la realidad pero su misión principal es la de retratar el mundo Geisha, el sufrimiento a soportar añadiendo elementos de ficción para que la historia tenga su salsa.

Y es quizás por esto que Memorias no llega a ser redonda del todo.
Si bien es cierto que se nos muestra mucha información de su manera de vivir, de formarse, sus reglas, etc., incluso la tan polémica venta de virginidad de las Geishas, un material tan cojonudo a nivel informativo se muestra a veces poco arriesgado en cuando a crudeza y...bueno, lo mejor es verla entera y una vez acabada se comprenderá que quizás la tónica general de la cinta se rompe por momentos para mostrar algo demasiado previsible en un mundo que no siempre es tan perfecto.


Esto podría ser quizás una apreciación, he escuchado a gente que le encanta tal y como está porque no hay que olvidar que es un drama de amor en su fondo, pero es que, como digo, si nos regimos primero por el devenir de los acontecimientos y (esto ya es cosecha propia) en la manera de ser del pueblo nipón, para mi no es muy entendible su parte final. Quizás con algo más de duración o con algún giro podía haberse corregido la sensación.

En cuanto a interpretaciones, Watanabe en su linea, me gusta este actor, tiene cierta solemnidad y para este papel queda bastante bien, aunque el doblaje utilizado con este hombre no suelo entenderlo...cuando dejarán de ponerle ese acento medio ruso?
Michelle Yeoh está muy solvente y se aparta justo a tiempo para no empañar el trabajo de Ziyi.

Como curiosidad, decidieron construir una réplica del barrio de Gion, moviendo las calles como en un Tente consiguieron darle variedad al asunto, algo extraño, yo pensé en Pingyao como escenario bastante parecido (con algún retoque digital)...ya puestos a utilizar actrices chinas en una historia japonesa...

En cualquier caso, me ha parecido muy entretenida, muy bella en muchos momentos, como el baile de Sayuri, simplemente acojonante y ha resultado un placer ver retratado el Gion en pleno esplendor, el templo de Fushimi Inari y...el Shamisen! (el ver la peli me podía haber ahorrado ser tan cateto en el bar "guiri" de Kyoto jeje)

Un saludo!

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