22 de noviembre de 2010

Scott Pilgrim

Del creador de la tremenda comedia Zombies Party, Edward Wright, llega una locura en forma de película, para los amantes del frikismo, de los alucinógenos en forma de colores mil en pantalla y de las idas de olla más grandes que se puedan imaginar.

Scott Pilgrim nos cuenta la historia de un veinteañero que vive en Toronto y que forma parte de un grupo de rock independiente. Es un chaval "normal" que no tiene excesivos problemas de socialización viendo la fauna de amigos que tiene pero se encontrará metido en un lío de mil pares cuando tenga que hacer frente a los 7 ex-novios de la chica de la que se ha enamorado.

Viendo la sinopsis lo primero que llama la atención, evidentemente, es el tema de enfrentarse a los 7 ex-novios, hasta ahí podría ser una comedia más al uso, con algún toque de humor ácido y ese aire tipo Juno. Pero nada más pasados unos pocos minutos uno se da cuenta de que esto no es la típica peli comedia de adolescentes (cosa que casi hace que no la vea). A un ritmo muy resultón, se le añade una puesta en escena magnífica, delirante por momentos y con mucho toque freak (brillante la escena con la versión de la música adaptada del mítico Legend of Zelda) que hace que soltemos de vez en cuando una carcajada por lo surrealista de las escenas.


Y es que transcurridos los primeros compases de la cinta, la parte más "real" por así decirlo, llega el delirio en forma de combates extravagantes de Scott contra los "villanos" ex-novios. Con unos efectos realmente buenos pero que, y aquí es donde está el problema de la cinta, pueden hacer que más de uno pierda el interés o que le resulte una fantasía excesiva...perdiendo parte de esa frescura de su primera función y ese toque ácido.

En cualquier caso, Scott Pilgrim es una muy entretenida propuesta, basada en un cómic que ya tengo ganas de pillar y que resulta una interesante mezcla a caballo entre Kill Bill y Kick Ass.

Un saludo!.

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