26 de abril de 2010

Ciudad de vida y muerte

Agonizaba 1937 cuando el ejército japonés invadía la capital China de Nanking (por aquél entonces).

Los sucesos allí acontecidos no son nada claros en cuanto a cifras, pero lo que parece claro es que allí sucedieron atrocidades que cintas como Ciudad de vida y muerte rescata para que, por un lado no olvidemos las barbaridades de que es capaz el ser humano y por otro, para que jamás vuelvan a suceder.

El director chino Chuan Lu presenta una cruda cinta a modo de documental en el que nos muestra la invasión de la ciudad y las penurias y atrocidades que sufre la población, tanto civil como militar a través de diferentes miradas, como la de un militar nipón llamado Kadokawa o la de John Rabe, un alemán que hace del "Oscar Schindler" en la masacre.

Las brutalidades que sufrió la población son retratadas de una forma muy realista, tanto que duele, haciendo especial hincapié en las continuas violaciones que sufrían las mujeres por parte de un descontrolado ejército.

La verdad es que es una cinta que incomoda, cada pocos minutos tenemos una muerte violenta, o una violación que hace que te revuelvas en el asiento, por lo que no es apta para todos los públicos y puede herir la sensibilidad de los más susceptibles. Decapitaciones, enterramientos en vida, fusilamientos, miembros cercenados...y se queda corta, ya que en la "realidad" incluso separaban los cuerpos a espadazos o lanzaban bebés para ensartarlos en las bayonetas....en fin.

Técnicamente, destacar una potente banda sonora y unos efectos (tanto visuales como sonoros) muy conseguidos. Las actuaciones por un lado pueden no llegar a convencer del todo, pero es que el cine asiático es especial en este sentido, es que ellos son así...y lo que a ti puede parecerte absurdo o de vergüenza, para ellos es una forma de ser, a pesar de todo en líneas generales el nivel es bastante bueno y consigue que conectemos.

La cinta no es que tenga un argumento lineal o una trama que cumplir, simplemente se dedica a contar lo que sucedió allí (a pesar de que a día de hoy todavía no se han puesto de acuerdo en el número de víctimas, 100.000, 200.000....) con un par de enfoques para darnos a entender cómo era vista la guerra a través de algunos personajes, no queda excluido el nipón que ve el horror que está cometiendo su país, por supuesto...

La verdad es que una vez vista, la cinta consigue encogernos el corazón, uno acaba agotado tras verla, tras tanta amargura y carga emocional, impotencia y rabia....luego piensas en que poco después una ciudad nipona era devastada por una bomba nuclear y que tantos años después los chinos invadían Tibet asesinando monjes y destruyendo valiosísimas obras de arte....y a uno no le cabe más que bajar la vista, esperar a que la humanidad aprenda de una puta vez y a que, por supuesto, esto no quede en el olvido, porque no hay que olvidar el pasado para aprender sobre el futuro y Ciudad de vida y muerte se encarga de que así sea, por mucho que duela.

Un saludo!.

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