17 de junio de 2013

Tan fuerte, tan cerca

Tocar el tema del 11S ya de por sí pone en guardia a muchos espectadores antes de ver una cinta sobre el fatídico suceso, ni que decir de los críticos de cine, con sus sables bien afilados para acabar a las primeras de cambio con otra cinta sensiblera y comercial que se hace eco de tan trágico acontecimiento para sacar unas perras en taquilla, faltaría más, no se le pasa ni una por intentar sacarnos esa lagrimilla que tan cara y tanta deshonra causa al que la deja caer, porque eso quiere decir que ha conseguido removerte, y si te ha removido significa que te ha vencido.

Stephen Daldry nos cuenta la historia de un crío de origen alemán llamado Oskar Schell que pierde a su padre en los atentados de Nueva York. La singularidad de esta historia es el fuerte vínculo que unía a ambos dado el difícil y especial carácter del chaval, viéndose totalmente perdido en un mundo en el que intentará terminar su particular puzzle.


La cinta tarda en arrancar, incluso se puede decir que sus primeros 30-40 minutos son algo pesadotes, en los que cuesta seguir el hilo porque a pesar de saber o vislumbrarse hacia dónde va, tiene una forma caótica y una falta de ritmo que no favorece demasiado para que mantengamos la atención al 100%. Pero es a partir de cierto punto, con la aparición de un personaje magníficamente interpretado por Max Von Sydow, en el que todo despega, en el que nos aturde con cierta poesía sencilla pero a su vez tierna y directa, en el que conseguimos meternos un poco en esa cruzada del mozo y donde todo comienza a fluir, a entretener, a enternecer, y finalmente a un clímax que, o bien tienes horchata en las venas, o no se entiende, porque el trago es considerable. Vamos, que yo personalmente fui vencido, y no me vendo barato.

Esta es una historia particular sobre unos acontecimientos que escapan de lo comprensible, de una visión que podríamos considerar incluso manipuladora, pero el caso es que el retrato que se hace sobre el mundo que encierra el chaval, sobre la lucha interna y externa de una persona que puede pasar al lado de cualquier transeúnte, es en ocasiones desgarradora, a pesar de que tímidamente se nos muestre como si de un cuento se tratase, con sus luces y sombras.

Mención especial al chaval protagonista, simplemente realiza un papel fantástico. Muy recomendable.

Un saludo!

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