3 de junio de 2013

El Cosmonauta

Nacida del crowdfunding, un término muy de actualidad en el que cualquier persona puede invertir su dinero en proyectos tan variopintos como un videojuego, un disco de música (Extremoduro fue pionero en nuestro país) o una película, Nicolás Alcalá presenta una cinta entre el drama y la ciencia ficción en el que nos cuenta la historia del primer cosmonauta ruso en pisar la Luna y que posteriormente se dio por perdido, regresando más tarde su cápsula completamente vacía.
Sus dos inseparables amigos comenzarán a escuchar señales radiofónicas en las que asegura haber vuelto y encontrado el planeta vacío.


Bajo esta premisa de capítulo de La dimensión desconocida, arranca un proyecto interesante, muy onírico por momentos y rodado con cierta elegancia, con actores desconocidos y una factura técnica nada desdeñable, incluidos unos efectos especiales muy bien integrados y sobrios.

Sin duda la cinta llama la atención por su novedoso modo de hacer, su estreno simultaneo en salas de cine, VOD (video on demand) e incluso gratis por web sumado a su sistema de financiación, hacen que poderosamente llame nuestra atención para ver hasta dónde han podido llegar siguiendo este sistema, como ya sucediera con Paco León y su Carmina o revienta, jugada que al parecer le salió bastante bien.

El resultado es llamativo, la historia que se ha querido transmitir es correcta y como digo, el proyecto puede considerarse como por encima de la media por momentos. El problema básicamente es que si analizamos fríamente el producto nos encontramos con algo tan típico como un triángulo amoroso y un mensaje estirado hasta la saciedad durante su hora y media, aderezado con imágenes entre lo onírico y lo instagramer que a veces dan la sensación de estar encasquetadas ahí sin ton ni son, lentitud de ritmo y falta de contundencia, algo que impacte más allá del campo de trigo y la música lastimera de piano.

Como apunte final, es de esas cintas que dejan abierta a la interpretación del espectador el resultado final, cosa que puede gustar o no en función de cómo hallamos encajado la cinta previamente y de si nos ha calado el mensaje.

Ha pasado otras veces, nunca se sabe el futuro de estos directores que comienzan economizando su presupuesto al máximo y consiguen llamar la atención. Muchas veces reciben un encargo palomitero y acaban por ser devorados por la industria o bien no saben qué hacer con tantísima pasta y acaban por mostrar un producto anodino...o puede que sea el comienzo de una trayectoria rica e interesante, esperemos que sea esta última opción y no se quede perdido en el limbo como su Cosmonauta.

Un saludo!


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