4 de febrero de 2013

Life of Pi

No es tarea sencilla enfrentarse a esta obra de Ang Lee. Podríamos tanto tacharla de facilona como de profunda, podemos decir que es espectacular pero que los "cuadros" se muestran demasiado irreales, incluso considerarla excesivamente religiosa cuando probablemente sea una de las cintas que más respetan a todo tipo de espectadores, a pesar de utilizar como hilo conductor la fe de sus protagonistas.

Pi es un chaval hindú cuya familia regenta un zoo y que un buen día se ven obligados a emigrar hacia Canadá en busca de prosperidad. Durante la travesía en barco, sufrirá un naufragio.


La premisa es simple, el fondo es bastante más complejo.
Para situarnos en el contexto correcto, quizás sería necesario conocer un poco la orgía multicultural creyente que existe en India y el caos en el que viven ya desde muy pequeños ante el problema de las castas, la religión y esa amenaza intrusiva que les viene por oriente y occidente y que hace que la juventud cada vez tenga un cacao mental considerable a la hora de centrar sus ideas.
Este contexto sirve de pistoletazo para presentar a su protagonista y su tendencia por intentar conocer cualquier tipo de religión, practicarla y sentirse en comunión con todo ser vivo.

Durante los primeros minutos nos introduce en el mundo "terrenal" de Pi para poder entender un poco su personalidad y poco después pasaremos al plano aventurero y onírico en su dura travesía. Aquí comenzará la vorágine de efectos especiales, músicas que nos transportarán a un plano de éxtasis en alguna que otra ocasión y en definitiva a disfrutar de escenas rodadas con una elegancia casi plástica.


Se hace difícil escoger alguna captura de esta cinta por lo preciosistas de muchas de ellas. Esta en concreto me parece de una presencia y elegancia que sólo un animal como el tigre puede transmitir.

Una vez superado el trauma de tanto colorín, comenzará su tercer acto, en el que queda por definir el sentido de la película y en el que el espectador decidirá si todo a sido una pantomima, si simplemente ha sido un entretenimiento más o si por contra ha conseguido ver más allá de las líneas argumentales para poder llevarse consigo un viaje fantástico y una visión amable del entendimiento universal.

En mi caso no llega a tales extremos, pero sí me ha gustado mucho la forma de presentar una preciosista fábula en la que tiene cabida desde el mayor de los agnósticos hasta el creyente más acérrimo, y creo que el trabajo en ese sentido cierra muy bien el círculo, dejando un muy buen sabor de boca.

Sin duda los efectos especiales y la preciosidad de algunas escenas es un punto muy a tener en cuenta, siendo uno de los trabajos que, junto a obras del tipo La invención de Hugo, merecen pagar esos dineros de más para poder experimentar el "viaje" en su máximo potencial en su versión 3D.

Muy recomendable.

Un saludo!

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