11 de febrero de 2013

Dredd 3D

Ha llovido bastante desde que en 1995 Danny Cannon presentara a Sylvester Stallone embutido en aquél traje mezcla del Batman de Adam West y Ángel Cristo. Aquella aberración pretendía ser el típico entretenimiento ochentero pero tuvo la mala fortuna de presentarse en los 90, donde comenzaba a estar mal eso de mostrar demasiada casquería, fumar en pantalla y ojito con la calificación por edades.

El resultado fue un bodrio que enfureció a casi todo Dios, sobre todo a los amantes del cómic en que se basa.

Peter Travis es el elegido en esta ocasión para intentar devolver el brillo a esta franquícia de la mano esta vez de Karl Urban, que como mínimo es fiel al relato original y respeta el hecho de que el casco jamás se separe de la cabeza.


La historia nos sitúa en un futuro distópico en el que la costa este de Estados Unidos se encuentra superpoblada en una urbe interminable llamada Mega-City 1 y en la que hay más chorizos que panes, básicamente.
Ante tal caos surgen los jueces, encargados de impartir in situ la ley.

Así vemos como los dos protas, Dredd y una novata con poderes psíquicos se enzarzan en la investigación de un asesinato múltiple en uno de los rascacielos de la ciudad, encontrando una serie de "problemas" que provocará la ensalada de tiros.

El film no está carente de bondades, pero lamentablemente por cada una de ellas podemos encontrar también numerosos agujeros de guión, lo que hace que al finalizar, el sabor de boca que deja es algo amargo.

Por un lado tenemos un mundo bien construido, una premisa interesante y cierto ritmo que no se detiene en algunas obviedades para dar paso a la acción y al entretenimiento, que es de lo que básicamente se trata aquí.
Dredd resulta sólido, el personaje mola y es fácil sentir empatía con su brutal manera de proceder y con su "I am the law". No tanto su acompañante que sirve principalmente como canalizador de humanidad para que el bueno de Dredd no tenga que sufrir esos desvaríos y se pierda su férreo rol.
El efecto slow-motion es vistoso y además de ser un bonito recurso se integra a la trama como un elemento más y no para ser la típica chorrada metida con calzador para justificar el 3D (además).


Pero los problemas de Dredd comienzan una vez que sientes cierta sensación de deja vu conforme avanza la trama. Sensación de redundancia en las estancias, sensación de vacío y sensación de acciones extrañas o incongruentes en forma de agujeros de guión o situaciones poco afortunadas en cuanto a resolución.
Estos problemas pesan demasiado una vez finalizada y enfurece más todavía porque con un poco más de cuidado quizás podría haber dado como resultado un título muy a tener en cuenta. Los problemas de este título comienzan en el mismo momento en que para tener tirón se le encasqueta un 3D a un título que queda bien como Dredd.

Un saludo!

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