13 de junio de 2011

Trilogía del dólar

Qué hace un italiano, rodando en España allá por los años 60 con una estrella americana?

Para cualquiera que conozca algo de Clint Eastwood, automáticamente le viene a la cabeza un silbido, un tipo mascando un purito con los ojos medio cerrados y el Oeste, que no estaba tan al oeste, estaba por ahí en Almería.

Hablamos de Sergio Leone y su trilogía del dólar, que sentó las bases del llamado spaguetti western.


El género (o sub-género) nació mucho antes de que Leone sacara su obra, pero se podría decir que el boom se dio con la salida de "Por un puñado de dólares", una cinta tosca, ruda, de parcas palabras y que era un claro "remake" de Yojimbo de Akira Kurosawa, cosa que le ocasionó problemas a Leone a la hora de estrenarla ya que el tío como que sacó la peli sin acreditarlo...a lo loco, a lo Leone.


La cinta de Leone presentaba un gringo que llegaba a un poblado cerca de la frontera entre EEUU y México, dominado por dos familias rivales. El "bueno" de Clint se aprovechará de su rivalidad para sacar tajada del asunto.

A primera vista ya se observa que este no es un western al uso, no es "serio" digamos como las pelis de John Ford o las del propio Clint en un futuro, hablo de la grandísima Sin Perdón. Leone quiso huir de la limpieza o simpleza de las pelis yankis para mostrar un entorno sucio, duro y sin contemplaciones a la hora de hacer uso del tomate...cuánto le debe Tarantino a Leone....además,, jugaba con la dualidad de los personajes, rechazando totalmente la idea del bueno que es bueno hasta la muerte.


El caso es que la cinta transcurre a camino entre el western puro, la comedia y las cintas de samurais...y es que Leone introdujo muchísimos elementos en lo que aparentemente es una "mala" copia de los westerns tradicionales. Pero no es hasta que acaba que asimilamos algo grande, una entretenida cinta, llena de puntazos de humor, con una banda sonora que se te clava en la sesera gracias a Ennio Morricone, compositor que ya es leyenda.

Tras el éxito de esta primera parte, llegó la "segunda", titulada en España "La muerte tenía un precio", aunque el original es "Por un puñado de dólares más".

La base argumental trata sobre dos cazarecompensas, Eastwood y Lee Van Cleef (que coincidiría en "El bueno, el feo y el malo") que buscan a un fujitivo llamado "El Indio", cada uno con sus propias motivaciones.

Esta parte ya demuestra una técnica más depurada, es lo que vendría a ser "El imperio contraataca" de la trilogía de Leone, resultando más completa pero sin olvidar sus bases y sobre todo, sin olvidar el magnífico duelo final.
A todas luces es visible la crítica al cine estadounidense y la típica cacería de indios, pero aquí no se escudan en "lo malos y salvajes que son", aquí claramente uno va por la pasta y el otro por venganza, sin más y sin esconderse.

Pero no sería hasta la última entrega de la saga que no llegaría la puntilla final y la guinda que convirtió en leyenda a Eastwood, Leone y la madre que los parió, hablamos de "El bueno, el Feo y el Malo".


En esta cinta se junta todo el universo Leone. Buena dirección, buena fotografía, buenos papeles interpretativos, poco queda por decir de la banda sonora y un duelo que pasó a la historia del cine.

Esta vez, la trama gira en torno a  un tesoro que 3 singulares personajes buscan a toda costa.

Bajo este simple objetivo, la historia se complicará con traiciones, duelos y aventuras, resultando una obra muy entretenida y redonda, mucho más compacta que sus dos anteriores pero sin traicionar los "valores" Leone.

El género proliferó durante los 60 y 70, siendo esta última década ya la decadencia del género tras más de 500 títulos...pero la base ya estaba creada, y en un futuro ya casi nadie volvería a utilizar lo "plano" en cuanto a presentar un personaje bueno o malo, que lo es pase lo que pase, en un mundo hostil y duro como era el salvaje oeste (por algo le decían salvaje)...a partir de entonces se abrió el abanico de posibilidades para que el espectador ganara en cuanto a entretenimiento y a profundidad de personajes.

Por cierto, Eastwood odiaba los puritos que Leone le hacía fumar.

Un saludo!

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