5 de julio de 2010

El exorcista

El género del terror ha evolucionado mucho desde hace años, siempre con un público fiel deseoso de emociones fuertes, escenas retorcidas y morbo.

De vez en cuando aparece una cinta que marca una tendencia, como en el caso de pelis como Scream, que abrió la veda de las pelis de modelos adolescentes que caen uno detrás de otro...luego tenemos las pelis de terror oriental, con sus mareantes y continuos flashes...pero mucho antes de la moda actual, teníamos un cine que jugaba más con lo que no se ve que con lo que se muestra.
Casos como Alien o el Exorcista.

La primera suplía su falta de recursos (tecnológicos más bien) jugando de manera muy ingeniosa con el espectador y, por qué no decirlo, con una factura envidiable para la época. Nos hizo pasar un miedo impensable a finales de los 70 (bueno, a mi un poco más tarde, no mucho) sin apenas mostrar nada del retorcido bicho creado por H.R. Giger.

Por otro lado, el Exorcista marcó otra época, su tremenda ambientación y "mal rollo" que destila cada minuto de metraje quedó grabado en la memoria de los que, como yo, la vieron siendo un crío y lo pasaron realmente mal durante alguna que otra noche.


El Exorcista cuenta la historia de una niña llamada Regan, que es poseída por el mismísimo Diablo.
Con esta premisa, tenemos una escalada continua en lo que parece en un principio como una enfermedad y que poco a poco se irá convirtiendo en una pesadilla.

Quien más quien menos recuerda muchas escenas de la cinta, con ese monstruo en el que se convierte la cría llena de llagas y esos ojos...hace unos años la volvieron a estrenar en los cines con motivo del "director's cut" (versión del director) y la verdad es que volví a estremecerme con algunas escenas, con su tremenda banda sonora y su Tubular Bells.

El Exorcista es una cinta legendaria que conviene recuperar de tarde en tarde para mostrarnos un cine oscuro, decadente, serio, grotesco...un tipo de miedo que casi nadie es capaz de lograr hoy en día visto lo visto.

Lamentablemente sus continuaciones no estuvieron a la altura, sobre todo la última, una verdadera aberración.

Un saludo!.

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