14 de junio de 2010

El retrato de Dorian Gray

Hace ya mucho tiempo que lei la obra de Oscar Wilde, el retrato de Dorian Gray, que nos contaba como un joven poseía la inmortalidad gracias a que un cuadro "absorvía" todo su mal y vejez.

Aquél libro me encantó, a pesar de su aparente simpleza, retrataba (y nunca mejor dicho) de forma magnífica las miserias de una sociedad que mostraba sus instintos más viscerales. La cinta de Oliver Parker (director de Otelo de W. Shakespeare) es una adaptación más que correcta de la obra, tiene todo lo básico del libro aunque profundiza quizás poco en algunos personajes y los muestra de forma algo atropellada en ocasiones, con lo que el espectador puede quedar algo extrañado en determinados momentos, y más si no se conoce la obra.

Uno de los aspectos que hacía disfrutar más la obra era el proceso de "seducción" del joven Gray, con unos diálogos sobre la ética, la moralidad, la vida y la muerte muy interesantes. En la cinta están, pero dejan ganas de más, a pesar de todo queda bien reflejado en pantalla.
Comentar también que el cuadro sigue provocando esa mezcla de misterio y terror, cada vez que se va a mostrar el espectador se revuelve en su sitio ante el cómo se verá el alma del personaje tras sus actos, un gran acierto que sigue intacto, a pesar de que no acaba de resultar tan terrorífico como en otras adaptaciones.

Dorian Gray es una más que correcta adaptación, que respeta su esencia salvo en un alguna que otra licencia para darle algo más de pulso a la cinta.
Si no habéis leído el libro o queréis conocer la historia, es una buena ocasión.

Un saludo!.

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