13 de diciembre de 2016

La llegada

No sería justo decir que el género de la ciencia ficción sigue escalando peldaños frente a otros, pero lo cierto es que en los últimos años se percibe una revitalización sustancial, quizás por el avance tecnológico que permite llevar a cabo obras impensables en otros tiempos o quizás porque se haya encontrado cierto equilibrio entre la explosión más frenética y la belleza de las estrellas.


Grandes producciones (y triunfadoras en sus respectivos años) como Interstellar, Gravity, Hijos de los hombres, el resurgir de "La Fuerza" y los trekkies, algo más "indies" como Her, Moon, District 9, Looper, entretenimientos muy saludables como Al filo del mañana...series como Black Mirror, The Expanse, Galactica...
Sin duda vivimos una época donde por fortuna se suceden bastantes títulos en la línea de Gattaca sin olvidar blockbusters (quizás donde exista menos acierto), pasando por producciones que pujan por ser los Blade Runner o Alien de nuestro tiempo.

Arrival cuenta el primer contacto de la humanidad con vida alienígena.
Louise Banks, una reputada lingüista es reclutada para establecer contacto junto al físico Ian Donnelly.

Esta simple premisa, retratada en mayor o menor medida en infinidad de ocasiones en el cine, arranca con unos 40-50 minutos sencillamente magistrales, que nos mantiene en tensión y que probablemente refleje una de las formas más realistas en lo que se refiere a encontrarse con vida extraterrestre de un día para otro, con todo lo que implica el impacto emocional de los encargados de gestionar el "marrón" así como de la sociedad, aunque más en un segundo plano.

Denis Villeneuve, tras acercarse al mundo del narcotráfico con Sicario y probar suerte con la obra de Saramago "El hombre duplicado" (aka Enemy), se mete de lleno en la ciencia ficción en su versión más Contact pero ofreciendo una versión algo más sesuda.

Pasada esa "primera" parte, los flashbacks y cierta tensión mundial establecen el camino a seguir de una historia que poco a poco entra en un juego de matrioskas, asfixiando al espectador hasta llegar a un clímax bajo mi punto de vista algo excesivo y donde flojea en algunos puntos decisivos que yo, personalmente, compro a regañadientes, a pesar de que son coherentes con la obra en general.

Al terminar la sensación es buena, una historia bien hilvanada cuyo mensaje es más sencillo de lo que ese excesivo clímax pretende transmitir, con una factura técnica soberbia y con una pareja protagonista cuyo peso lleva principalmente Amy Adams, lo que provoca cierta desconexión emocional clave para saborear aun más el resultado final.

Un saludo.

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