18 de noviembre de 2014

El Amanecer del Planeta de los Simios

Segunda entrega del nuevo reboot de la saga que tan buen sabor de boca dejó en 2011 de la mano de Rupert Wyatt y con el polivalente James Franco.

Han pasado unos años y los humanos han sido reducidos a pequeños grupos de supervivientes debido a una pandemia global, por su parte, los simios liderados por César se han organizado como clan en las montañas.


Una de las grandes bazas de la primera parte era que a pesar de saber, por lo menos cualquiera que haya visto el clásico de Heston, cómo acaba el entuerto, Wyatt conseguía mantener con gran tino la emoción y la intriga mientras construía el personaje de César y lo introducía a patadas en la idiosincrasia del ser humano, haciendo que su personaje tomara ciertas decisiones trascendentales mientras se moldeaba su personalidad. Todo ello sin olvidar ciertos momentazos que ponían la piel de gallina gracias al potencial gestual y sentimental que funcionaba a las mil maravillas como cinta de acción y como tributo a la obra original.

En esta segunda entrega se sigue percibiendo esa atmósfera de tensión, pero donde le veo que comienza a distanciarse de los logros conseguidos en su anterior entrega es en una falta de ritmo muy acusada y en la previsibilidad por su inocente premisa a la hora de desencadenar lo inevitable, excusa barata donde las haya para seguir explotando la gallina de los huevos de oro en un episodio bajo mi punta de vista algo prescindible.

Lo peor del asunto es que durante sus dos horas de duración te acompaña cierta sensación de falta de sorpresa y de que todo está contado desde los primeros compases de la historia a pesar de sus buenas (e "inocentes") intenciones en cuanto a la representación simbólica del fuego, la evolución, la guerra y bla bla bla.

No es que sea una propuesta nefasta, los efectos especiales están muy logrados y Matt Reeves consigue que el blockbuster no caiga demasiado en lo ridículo (que ya es), pero sin duda es un episodio que debería haber sido mucho más dinámico y valiente para justificar su existencia a estas alturas de la película.

Un saludo.

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