1 de julio de 2013

Spring Breakers

Extraña mezcla entre el videoclip tipo Réquiem por un sueño, las cintas de pandilleros y una mirada de soslayo al mundo gánster con cierta carga psicodélica.

Las capas por las que se mueve la cinta de Harmony Korine, del que no tengo el gusto de haber visto ninguna otra de sus producciones, pueden no gustar a todos los públicos, entre otras cosas porque plantea un micromundo muy sui géneris en el que un cúmulo de personajes forman una trama por momentos brillantes, por momentos hilarante y por momentos incomprensible, como cierta escena final,  que pese a su belleza e hipnotismo, puede resultar hasta cómica.


Spring Breakers nos cuenta la historia de cuatro estudiantes que planean unas vacaciones en Florida, una vez allí entrarán en una espiral de vicio.
El cuarteto protagonista consigue durante los primeros minutos meternos de lleno en la cabeza de unas universitarias que viven la cultura MTV de una forma muy visceral, puede que incluso los más puretillas alucinen un poco con el desparpajo y las formas de las chiquillas, pero todo forma parte del plan para que nada desentone en el camino que poco a poco se va formando hasta desembocar en ese mundo de excesos donde un James Franco, con una interpretación fantástica (de nuevo), lidera como si de un mesías se tratara el cotarro.


Es llegados a este punto de la historia cuando todo pasa a un plano "adulto", en el que las juergas, el alcohol y el sexo juvenil da paso a algo más serio, como si de un videojuego se tratase e incluso dejando poco a poco en el camino los personajes que realmente no tienen el perfil para llegar a ese estado de exceso superior.
Mención especial a cierta escena en la que Franco convierte una balada de Britney Spears en todo un momentazo, simplemente brillante este pasaje.

La cinta, repito, puede que no guste a todo el mundo, golpea con fuerza por momentos pero también podemos sentirnos manipulados o no demasiado conectados con ese mundo tan especial y de neón, como ya pasara con Drive, pero con mucho más exceso y menos momentos, digamos personales.
A pesar de todo, es una obra interesante en el panorama y que merece un buen visionado.

Un saludo!

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