17 de diciembre de 2012

Moonrise Kingdom

Ambientada en la Nueva Inglaterra de 1965, región tristemente de rabiosa actualidad por los altercados de Connecticut, Wes Anderson presenta la historia de un par de críos que deciden fugarse para dar rienda suelta a sus sentimientos, entre ellos el amor.


Definitivamente estamos ante una obra que no deja indiferente, Anderson nos introduce ya de buenas a primeras en un mundo a caballo entre el dibujo animado, lo vintage y la fantasía de esos cuentos añejos, o no tanto, con un poderío visual y sonoro muy llamativo acompañado de unos personajes muy bien definidos.
El camino emprendido por sus principales protagonistas se pasea desde el amor más primigenio y sincero hasta la incomprensión de ese castigo anímico al que los mayores parecen abocados a llevar a cuestas a pesar de tener la solución tan al alcance de sus manos, al menos desde el punto simplista de los chavales, pero probablemente hagan dudar a más de uno sobre quién debería aconsejar a quién durante su periplo.

Sam y Suzy sin duda son el centro de atención, con una química excelente y una sinceridad narrativa que deja cierto calado, gracias a momentos surrealistas, tristes y emocionantes y que además en ningún momento pierden ritmo. El resto de personajes consiguen acoplarse para formar un cuento más real de lo que parece, no hay que olvidar que los acompañan Murray, Willis, McDormand, Keitel y Norton entre otros.


Sin duda el peligro real de esta cinta es que no se conecte con su planteamiento, que pensemos que estamos viendo otro drama cualquiera y que las escenas cómicas sean tomadas demasiado a la ligera. Esto puede espantar a muchos espectadores en mi opinión, lamentablemente. Si se consigue conectar con una bonita historia con sus puntos incluso de cierta mala leche, se puede disfrutar de una de las cintas más interesantes del panorama actual.

Muy recomendable.

Un saludo!


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