1 de octubre de 2012

Piratas del Caribe - On Stranger Tides

A la mayoría de la gente, Piratas del Caribe le parece peor con cada entrega. Debo reconocer que la segunda no me produjo ni frío ni calor, pero la tercera llegó a gustarme. Me pasa justo a la inversa que con el fenómeno Harry Potter. A Potter a la gente le gusta más conforme se suceden las entregas, algo incomprensible para mí, hasta la fecha me parecen un soberano peñazo con cada entrega, y una vez visto su cierre...sigue siendo una basurilla que por cierto, predije casi al dedillo hace ya unos cuántos años sin tener ni puñetera idea de cómo iba a acabar. Menudo spoiler me marqué en su día sin saberlo...

Con Piratas en cambio, como digo, su tercera parte a mi me llegó incluso a gustar, creo que hace tres o cuatro años que la vi, pero me resultó interesante la manera de mostrar el micro mundo pirata y me pareció una entretenida cinta de aventuras....no muy dinámica en cuanto a acción y comparto la opinión con que no es realmente una cinta para los peques (aunque vaya disfrazada de ello), pero me pareció vistosa y con algún punto interesante o como mínimo llamativo. Igual la recupero y la revisiono, por si tuve uno de esos días canábicos.

Esta última (que no lo será, seguro) entrega de las aventuras del pirata Sparrow dirigida por Rob Marshall (Memorias de una Geisha o Chicago (2002)), se centra en la búsqueda de la fuente de la eterna juventud.

Un juego a tres bandas entre los que se encuentran unos españoles muy estirados y malvados, los británicos y los piratas, capitaneados por el mismísimo Barbanegra y que se convierte, por momentos, en el gran aliciente de la cinta.


Aliciente que queda empañado por una nefasta interpretación de nuestra Pe que provoca una desconexión absoluta cada vez que aparece en pantalla, muy poca fuerza para el peso que debe darle a la historia.
Pero no acaban ahí los problemas, algunas escenas resultan demasiado largas y cierta "historia" de "amor" metida un poco con calzador sobre las sirenas da un poco hasta de vergüenza ajena.
Releyéndo críticas sobre su tercera parte, este problema en referencia a la duración de algunas escenas y el cháchara que se gastan sus protas pareció ser uno de los puntos que más pesó para dilapidar aquella. Quizás a mí no me lo pareció en su día, pero desde luego, el ritmo en esta es muy irregular, en parte debido a esta lentitud narrativa y a que se le ve un potencial muy muy desaprovechado conforme avanzan los minutos.

Y es una lástima, porque la cinta se basa en la obra de Tim Powers que a su vez sirvió de inspiración al mismísimo Ron Gilbert para su Monkey Island. La obra de Powers resultó ser una revolución en el estancado mundo pirata, introduciendo muchos elementos fantásticos al género vudú y presentando un juego de caracteres caótico y nada predecible (algo así como lo que está sucediendo con Juego de Tronos), en el que ni los piratas más malvados lo eran tanto, o sí, y en el que un aparentemente inofensivo aprendiz podía resultar ser todo un guerrero...o no. Muy recomendable su lectura (sobre todo para los fans de Monkey) y, lo dicho, una lástima porque de lo único que toma la cinta es algo de Barbanegra, algo de magia y un débil hilo argumental en torno a la fuente de la vida....lo demás, muy prescindible.

Claro que siendo un producto presumiblemente enfocado a un público jovenzuelo tampoco íbamos a ver como un tipo le saca las tripas a otro mientras hace un rito vudú para hablar con los muertos.

Y Deep....pues sigue siendo la gran atracción, en su línea. No es tan tremendamente cansino como en la segunda en parte a que, Barbanegra, le roba bastante pantalla en mi opinión.
Floja cuarta entrega de Piratas del Caribe.

Un saludo!

No hay comentarios:

Publicar un comentario