30 de abril de 2012

Robin Hood

Ridley Scott presenta una nueva versión de una de las historias más versionadas en el mundo del cine.

Supongo que a estas alturas todo Dios conoce más o menos a Robin Hood, el amigo de los niños, el que roba a los ricos y lo repartía entre los pobres según la leyenda allá por la Inglaterra en la que reinó Juan I, más conocido como Juan sin Tierra.

El caso es que a Ridley, se le ocurrió dar forma a la leyenda y marcarse un prólogo que explicase cómo se forjó el entuerto, el resultado es algo irregular, en lo que podríamos considerar como una de esas obras del director en la que no termina de cuajar el producto que se espera, o se supone del caché de este director.

La cinta no deja de ser un compendio de aventurillas con algún toque histórico para dotarle de cierta credibilidad y de paso formar el hilo argumental para acabar más o menos donde todos conocen.
Es, sobre todo en el aspecto "serio" o histórico donde más flojea en mi opinión.



Por un lado tenemos la atractiva historia de Robin Hood y su enfoque socarrón, algo gamberrete y con un sentido del honor firme, que llama la atención y que provoca que sea el punto de enfoque del espectador y su guía en la historia. Pero el conjunto que rodea al personaje flaquea por momentos, empezando por el mismísimo personaje, interpretado por un Russell Crowe que da la impresión de no saber si está entre Gladiator o al otro lado del mundo. Amén de un discurso que se marca en cierta escena no forzado, lo siguiente, y que hace que llegados al clímax de la historia, se pierda toda esperanza en considerar el producto como algo con cierta credibilidad. Coño, si hablamos de aventuras, que como mínimo sea consecuente, pero ponerse serio en ese punto no se llega a entender demasiado. Lo peor es que no es el único momento en el que baila como comedia, como drama o como aventura, con lo que uno no se sitúa por más que lo intente.

A pesar de todo, a mi Crowe me suele gustar en sus personajes, y aquí tiene algún que otro momento interesante o ameno, más bien.
Su acompañante directa, Kate Blanchett diría que está incluso algo mejor que él, a modo de feme fatale del ocaso del medievo. La típica mujer de armas tomar pero que consigue su propósito de manera solvente.

Y dejando a un lado los personajes, y volviendo al contexto histórico tiene un enfoque difuso, algo infantil o llevado con desgana. Parece por momentos que la peli no pretende salirse de la senda del puro entretenimiento, dejando a  un lado aspectos duros del politiqueo monárquico, pero quizás podían haber sido retratados con algo más de acierto y pulso, ya que, salvo alguna batalla bien rodada, que parece una extensión de al vista en Gladiator, el resto deja mucho que desear y deja una sensación agridulce.
Mención especial a cierta escena final en la que salen ponys. Ojito. De risa.
Tampoco se pueden obviar ciertos recursos sobre el hilo argumental que resultan muy poco creíbles o inverosímiles.
La factura técnica, eso si, en ocasiones alcanza buen nivel. Con alguna fotografía y plano bastante conseguido, con una recreación de ciertos parajes llamativos.

Quizás esperamos demasiado de alguien que presentó Alien, Blade Runner o la entretenida Gladiator. A ver Prometheus....

Un saludo!

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