19 de septiembre de 2011

El perfecto anfitrión

Nick Tomnay se presenta en sociedad con una obra silenciosa, sin apenas publicidad y de la que salvo que leas alguna reseña por ahí, puede llegar a pasar totalmente desapercibida.

Por suerte no ha sido así y me he encontrado con un thriller-drama la mar de entretenido y con un David Hyde (de perlas le va el apellido) Pierce que lo borda como...anfitrión.


La trama es bastante simple, John es un atracador de bancos con cierto parecido con Ray Liotta en sus años mozos y perseguido por su última fechoría. Herido, decide hacer un "stop" en una casa utilizando su ingenio para embaucar al inquilino.

La cinta posee tres partes diferenciadas, una introductoria, que juega un poco al despiste, dándole un ritmo apresurado mientras se suceden escenas en caída libre para llegar a su segunda parte, en la que se desarrolla gran parte del metraje y en la que, en forma de flashbacks, la historia se integra y gana en profundidad. Su última parte, desenlace, vuelve al thriller puro para regalarnos un final bien ensamblado.

Con aparentemente muy poco, a lo Duncan Jones, Tommay se monta una historia que engancha de principio a fin, siendo su primera parte un crescendo en cuanto a suspense hasta que nos da la primera estocada, a partir de aquí estaremos a merced de la hilaridad y de un buen Hyde, que consigue crear un personaje fantástico.

La cinta tiene también sus puntos flacos, más que flacos, evitables, aunque incluso estos se integran en la trama para, una vez terminada, incluso jugar a su favor, hablo por ejemplo de la escena de "la vecina". Detalles nimios en ocasiones, pero gracias a su buen pulso quedan bastante bien enmascarados.

En cualquier caso, la cinta funciona, es bastante sincera con lo que cuenta y resulta un entretenimiento cojonudo para los tiempos que corren, no hay que dejar escapar piezas así.

Un saludo!

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