3 de enero de 2011

Pulp Fiction

En fin de año viendo el especial del Mota en que parodiaba la cinta que lanzó al estrellato a Tarantino, me acordé que no había comentado todavía esta peli que me vi no se cuántas veces en VHS en su día. Recuerdo que me la compré en un fascículo de esos que vendían en los kioskos y menuda me entró con la puta peli. Me sabía hasta los diálogos...bueno, más bien los "putos diálogos".

A pesar de que Quentin no fue el primero en mostrar una cinta con este formato (historias entrelazadas que se muestran en "desorden" temporal o en tiempo anacrónico), sí que fue pionero en ser tan explícito y en dotar a cada escena de un poderío narrativo que te enganchaba de principio a fin y a unos personajes que resultaba a cada cual más excentrico, raro, capullo y peligroso.

Pulp Fiction cuenta varias historias con el denominador común del mundo de los gángsters, en un marco entre lo vintage y lo contemporáneo pop pero sin olvidar que transcurre en nuestros días, ya que hay mucho diálogo sobre cultura popular y temas varios de la vida. Todas ellas convergen en algún punto de su linealidad con alguna otra, para formar lo que sería el hilo argumental.

Destaca una poderosa banda sonora que se hizo hiper-famosa con aquél tema resurgido de "Misirlou" que sonaría hasta el infinito y más allá en todos los medios a partir de entonces. El resto de temas se convirtieron de inmediato en una de las recopilaciones más potentes para una cinta que se había escuchado nunca. Incluidos varios pasajes de la peli a modo de prólogo en muchos de ellos...como la escenita que se marcó el bueno de Samuel L. Jackson recitando el pasaje bíblico.

Y es que si algo destaca sobre todo en PF, esos son sin duda unos personajes que calaron hondo en el espectador. Todos y cada uno de ellos aportaban muchísimo a la historia. Desde un resucitado John Travolta hasta Bruce Willis, con una surrealista historia que...bueno, de "Tarado", hay que verla, tremenda de principio a fin.

Pulp Fiction es una de esas pelis que marcaron un antes y un después en el mundo de cine, de esas que resultan un soplo de aire fresco, bien paridas y que abren la veda a cientos de pelis que más tarde utilizaron sus recursos y la explosión de métodos que el bueno de Quentin mostró al mundo. Sin tapujos, con mucha mala leche pero sin olvidar el entretenimiento y el buen hacer.

Un saludo!.

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