Cristopher Nolan vuelve a presentarnos su segunda parte del renacido Batman, como ya hiciera en Batman Beggins, con un aspecto más oscuro y retomando una estética más cercana al Batman de Burton (yo personalmente lo prefiero) y, por fortuna, lejos de la bazofia creada por Schumacher.
Esta segunda parte de la "era Nolan" deja de lado la presentación del personaje para meternos de lleno en el mundo del ampa de Gotham, con una trama muy bien elavorada y con un Joker que lo borda en su actuación de psicópata.
Una de las grandes bazas que he visto en esta cinta es que lleva a los personajes a situaciones límite, buscando la maldad innata en cada personaje e intentando sacar lo peor de ellos mediante un Joker que bien podría representar al mismísimo Diablo.
La factura técnica de la cinta es espectacular, los efectos no son muy impresionantes, o por lo menos a mí no me lo han parecido. Tampoco abusa en exceso de los mismos, a excepción de las típicas escenas de persecuación callejera con piruetas y explosiones imposibles...tiene más peso la puesta en escena y el lucimiento personal del Joker y Batman, con sus posturitas de ángel caído bajo la luna de Gotham.
Es una buena cinta, entretenida y llevada con buen pulso a la que, en mi opinión, quizás se le ha dado demasiado bombo (la muerte de Ledge ha generado bastante morbo).
Un saludo!
No hay comentarios:
Publicar un comentario