30 de octubre de 2020

1917

Sam Mendes regresa con esta historia basada en historias que al parecer el propio abuelo del director le contó en su día, y en la que dos soldados deben atravesar la línea enemiga para llevar un importante mensaje para impedir llevar a cabo un ataque condenado al fracaso.



La cinta generó en su día cierta polémica dado que uno de sus principales reclamos era el que estaba aparentemente rodada del tirón, o a lo plano secuencia, por ser más técnicos, y que consiste en rodar todas las escenas seguidas sin un solo corte de metraje.

Un ejercicio técnico que ya ha sido mostrado en pantalla por gente como Wells en Sed de Mal, Scorsese en Uno de los nuestros, o por Cuarón en Hijos de los Hombres, entre otros.

No obstante, más allá del músculo técnico, la cinta pretende utilizar la técnica para conseguir un lenguaje cinematográfico que cautive al espectador y le traslade una serie de sensaciones de agobio, tensión, emoción...y, por lo menos en mi caso, lo consigue.

Reconozco que cuando me puse la cinta, no recordaba lo del plano secuencia, y fue tras unos cuantos buenos minutos que me percaté que la cinta me obligaba a mirar sin descanso, a estar atento a esa esquina, y luego llegó un plano en la que los soldados bajan sobre un socavón de lodo en la que la cámara se situaba a ras del pequeño lago generado y los seguía en horizontal, esa escena me llamó poderosamente la atención y entonces recordé la dichosa polémica, en la que algunos tildaban al director de pretencioso por basar la fuerza de un título en una técnica o usarla como reclamo.

Yo no puedo estar más en desacuerdo, para mí es otra forma de contar una historia totalmente válida, que te lleva de la mano de manera irremediable y que convierte una simple historia que consiste en ir de A a B en toda una experiencia. Experiencia que, todo sea dicho, en manos de un director como Mendes resulta un disfrute.

Pero si bien la tarea titánica es llamativa, no lo es menos ciertos pasajes que rozan lo onírico, como cierto segmento que sucede a partir del primero de los tres (si no recuerdo mal) cortes que tiene la cinta, y que nos traslada a un infierno de luces y sombras desgarrador.

1917 es un título muy recomendable y disfrutable.

Un saludo.



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