5 de julio de 2015

Vikings

El canal Historia, tristemente conocido en nuestros días por sus programas de dudosa calidad y contenido histórico, más allá de Hitler, se sacó de la manga allá por 2013 una serie ambientada en la Edad Media Escandinava y que pretendía relatar una de las sagas nórdicas más famosas del mundo vikingo, la historia de Ragnar Lodbrok y sus asedios sobre Francia e Inglaterra.


Ragnar es un inquieto granjero que sueña con adentrarse en las desconocidas tierras del oeste para realizar saqueos y conocer nuevas culturas.

La principal meta de los responsables de la producción era de dotar a la obra del máximo rigor histórico posible con el material disponible, sin olvidar el espectáculo y ya bajo mi punto de vista competir con bombazos del tipo Juego de Tronos, con quien comparte cierto dinamismo, puesta en escena y esa rienda suelta de brutalidad sin miramientos amenizado con continuos giros, muertes y cliffhangers.

Una vez caes en sus redes ya es imposible dejar de devorar sus 29 episodios emitidos hasta la fecha y que van desde los "tímidos" inicios exploradores hasta auténticos asedios que igualan en cuanto a músculo visual a grandes producciones cinematográficas o a la comentada todopoderosa Games of Thrones.

Pero Vikings juega con un componente didáctico que la hace en parte única, y es que debido a su aparente fidelidad histórica la convierten no solo en todo un espectáculo visual, sino que además nos ayuda a comprender esa peculiar sociedad nórdica, con sus dioses, costumbres y en definitiva idiosincrasia, en un relato cojonudo que gracias a la profundidad que se pueden permitir las series llega a niveles realmente sorprendentes.
Así podremos ver desde el retrato más íntimo y familiar hasta los más salvajes ritos que conectarán con el fervor religioso cristiano de los antiguos imperios británicos, en todo un pulso de fanatismo extremo y que tantas vidas se ha cobrado a lo largo de la historia de la humanidad.


Por si fuera poco dicho contenido histórico, esa riqueza cultural que se nos muestra de forma amena se presenta sobre una producción de enorme calidad, con unos escenarios sencillamente brutales, con unos actores que consiguen enfatizar con el espectador prácticamente desde el primer minuto a pesar del baile de nombres inicial, de las continuas batallas donde todo se vuelve locura, y con un mimo por los detalles que roza lo obsesivo, sin perder la cabeza en ningún momento en pos del espectáculo gratuito, probablemente porque no hace siquiera falta ir más allá de lo que la propia historia real nos cuenta.
Es de agradecer llegados a este punto que la producción consiga seducirnos con unos personajes a la altura pero sin caer a lo bestia en retratos demasiado oníricos de cara a la galería y alejados de lo que con seguridad fueron ese tipo de culturas.

Añado que el opening con el tema "If I Had a Heart" de Fever Ray es sencillamente brutal.
Muy recomendable.

Un saludo.




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