15 de junio de 2015

Qué difícil es ser un Dios

Y qué difícil es recomendar esta propuesta del ya fallecido director ruso Aleksei German.

Un grupo de científicos astronautas descubren un planeta llamado Arkanar cuyos habitantes viven una época similar a nuestra Edad Media. Considerados como dioses, se mezclan entre ellos sin aparentemente poder interferir en el curso de su historia.


Su premisa es simple, incluso algo inocente, aunque sirve de trampolín para que el director tenga rienda suelta por un lado para retratar esa oscura época y por otro para poder darse alguna que otra licencia gracias al componente de ciencia ficción. Ciencia ficción que no va más allá de la referencia voz en off del narrador para situarnos en ese planeta extraterrestre pero que permite realizar comparaciones entre esa época y las calamidades pasadas y venideras en la Tierra.

Técnicamente es un auténtico lujo para los sentidos, quizás en el aspecto más desagradable, pero probablemente sea el retrato más visceral, sucio y fidedigno de lo que la Edad Media fue, y se nos muestra en todo su esplendor a base de lodo, mucosidades, heces, sangre, vísceras y demás lindezas que cualquier otra producción digamos comercial tienen a buen seguro cuidado de no mostrar.

El blanco y negro, unido a una vista en primera persona que nos mete de lleno en la acción, resulta todo un acierto, provocando verdadero agobio en algunos momentos y regalándonos alguna que otra fotografía sencillamente cojonuda, con algunos planos secuencia en el que mil y un detalles nos golpean, interfieren en nuestra visión e incluso los propios personajes nos miran directamente como si de un documental se tratase, en una danza de rostros a cada cual más extraño, repulsivo e hipnótico.

Todas estas maravillas, esta inmersión sensorial, por desgracia quedan ensombrecidas por sencillamente no entender una mierda, así de sencillo. Y dura casi tres horas.
Uno puede estar desorientado durante perfectamente hora y media, para poco a poco comenzar a unir hilos, familiarizarse con su universo y acabar con una experiencia en la que en siguientes visionados cambie tu percepción por completo, pero aquí esto no sucede. Es inútil esperar algún tipo de ayuda que no sea los pequeños fragmentos en off que nos recuerdan un poco que esos tipos con armadura son terráqueos en una sociedad extraterrestre que parece seguir los destructivos pasos de nuestro planeta.

Desconozco el libro en el que está basado así que no tuve la opción extra de conocer la historia, pero según tengo entendido, la adaptación cinematográfica va por libre en gran medida, así que tampoco hubiese ayudado demasiado. En cualquier caso, narrativamente y salvo que alguien te ponga sobre precedentes, creo que es muy difícil comprender para el espectador medio (y para el avanzado me aventuraría a decir) lo que está viendo en un contexto cinematográfico.

Pero es que incluso analizada con cierta frialdad, después de completar la información que se nos muestra en pantalla con análisis de los conocedores de la obra en la que se basa, descubrimos que tampoco se moja demasiado en cuanto a esa supuesta crítica social ni se nos explica nada que no sepamos ya sobre la idiosincracia del ser humano.

Así que sin duda, salvo para los que quieran ver tres horas de un retrato con cierto toque onírico de una Edad Media como nunca antes han visto trasladada a la gran pantalla, se recomienda ir con precaución al acercarse a esta obra.

Un saludo.

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