15 de septiembre de 2014

Cómo entrenar a tu Dragón

Reconozco que cualquier película de animación con la coletilla 3D me provoca una natural reacción de indiferencia, ya sea de Dreamworks, Pixar o el estudio Ghibli (por fortuna no entran), a pesar de ser el género que probablemente mejor partido le saque a esta tecnología.
Sencillamente a mi me da bastante igual eso de ir viendo trozos que se te acercan por la pantalla, slowmotion a porrillo y el típico túnel de velocidad.


Con How to Train Your Dragon hizo que me olvidara bastante rápido del producto y no ha sido hasta el estreno de su segunda parte que me he decidido a darle un visionado, unido a las buenas referencias sobre la saga que he ido leyendo.

La historia se centra en un chaval llamado Hiccup que vive en una isla vikinga que sufre constantes ataques por parte de dragones. Sus gentes están acostumbradas a enfrentarse incansablemente contra las bestias, pero aquí el amigo es el típico tirillas que quiere demostrarle a su padre que es capaz de matar a alguno de ellos.

Si bien la historia a priori no parece ser un alarde de originalidad, se las apaña para que nada más comenzar advirtamos cierta sensación especial, empezando por una narración fantástica, con una fluidez y progresión sólida y amena de la historia, pasando por una construcción cojonuda de los personajes, una curva progresiva de amistad entre los dos verdaderos protagonistas que no se veía desde la entrañable E.T. y que más de una cinta con actores de carne y hueso ya querrían.
Una factura técnica sencillamente sublime, con unos paisajes de una belleza cuidada y mimada al extremo, una aventura limpia y entretenida y un final como debe ser, con acción, ritmo, emotividad y encima con un par de detalles y giros que dejan no un buen sabor de boca, sino la sensación de haber vivido una montaña rusa de emociones y toda una bofetada hacia productos más conservadores.


Toda una oda a la amistad, a la tolerancia, a la superación personal, al amor por la naturaleza y al entender sus reglas, a ese paso que damos todos llegados a cierto punto de la vida tras una serie de acontecimientos y que nos define.

Sencillamente es una obra maestra de la animación que bajo mi punto de vista debería ser de obligado visionado tanto por jóvenes como por adultos, en una muy entretenida aventura a la altura de las grandes leyendas del cine.

Un saludo.

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