6 de mayo de 2013

Young Adult

Despegarse emocionalmente de ciertos años dorados de la vida de las personas siempre ha sido una tarea ardua para el ser humano, y este es precisamente el pilar en el que se basa Young Adult, la última comedia dramática de Jason Reitman, director de Gracias por fumar, Juno o Up in the air.

Reitman parece querer ser un director que se empeña en buscar ese punto escondido y oscuro de las personas, para extraer una esencia en ocasiones podrida y desnudar a los personajes hasta tal punto de mostrar su verdadero ser.

Así como por ejemplo en su última obra Up in the air se mostraba hasta dónde se puede vivir sin moralidad, en Young ahonda en las personas que a pesar de aparentar que avanzan imparablemente por la vida en un progreso que les infla el ego, en realidad viven atascadas en esos años en los que creían ser felices pero donde todo comenzó a torcerse.


Charlize Theron interpreta a Mavis, una escritora de literatura infantil que decide regresar a su pueblo natal para reconquistar a su ex-novio.


Caos, desorden, una casete que no para de ser rebobinada para hacer sonar la misma canción de los noventa mientras machaca su cerebro para ponerlo a tono y hacerle pensar que sigue en aquellos años. Un actitud impulsiva e inmadura sin unos límites que llevan sin controlar a una persona mucho tiempo y que en el fondo esconde más de un problema.

Así se nos muestra Young, con una Charlize que lo hace realmente bien, que se escapa de papeles tan sobreactuados para mostrar un registro frío pero con esos brotes psicóticos que necesita el personaje para cumplir su función, aderezado con la compañía de Patton Oswalt en el rol de friki-amigo cuyos problemas se asemejan a los de la protagonista.


Sin duda, los momentos entre estos dos logran arrancar alguna sonrisa a pesar de lo serio que es el problema, como ya pasara en Gracias por fumar o Juno, como digo, a Reitman le gustan estos terrenos pantanosos.

Una interesante película, que tiene además una duración justa para no llegar a cansar o a perderse en historias secundarias que hagan que pierda el ritmo y que gracias a sus toques de humor negro vuelven a poner al director entre los más llamativos del género cómico/dramático. Creo que Reitman puede llegar a presentar algún día una obra redonda que remueva al público de forma unánima.

Un saludo!

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