Aunque no conozco gran parte de sus obras, a las pocas que me he acercado de Neil Gaiman suelen dejarme un buen sabor de boca.
Disfruté muchísimo de sus adaptaciones de Stardust o Coraline, y recientemente probé con la serie de American Gods, en Amazon, la cual a pesar de gustarme le dejé apartada por pereza y tengo pendiente su última temporada.
Mi experiencia con Sandman se reduce a un libro que adquirí hace muchos años en la Fnac llamado "Sandman: El libro de los sueños" a modo de acercamiento al universo de Sueño, pero se me hizo bola y no llegué a terminarlo.
Creo que no escogí el orden correcto, ese libro funciona como complemente cuando ya has navegado por su columna vertebral, que no es otra que los cómics. De ahí mi sensación de ir muy muy perdido y finalmente desistir.
Con el anuncio de Netflix de trasladar el cómic a la "pequeña" pantalla y tras leer algunos comentarios en los que de forma unánime se aprobaba el intento de personas que parecían entender sobre su universo, con el lógico "los cómics son mejores pero"...ese "pero" ya te dice que la adaptación es buena, y si además ha entrado a audiencia pagana respecto a Gaiman, la cosa pintaba bien.
Pues bien, Sandman me parece que ofrece muchas más luces que sombras, con algunos episodios muy jugosos y un casting de actores muy acertado.
En su complejidad, se las apaña para sintetizar de forma muy limpia el contenido para que el espectador no se sature con idas de olla a lo American Gods cuyo mayor problema es que no deja tiempo al procesado porque mata o atropella tramas antes de entenderlas al 100%, y no por ser complejas, sino porque su aporte es tan minúsculo que provoca cierto tedio.
Esto no quita que nos ofrezca pasajes oníricos, de ensueño, con toda la teatralidad que esto implica, pero no olvida el ritmo y tiene muy claros sus objetivos.
Un saludo.