29 de agosto de 2013

Próxima estación Hanói


A eso de las 8 mientras desayunábamos, estuvimos mirando a ver qué hacer, si prolongar la estancia o irnos a Hanói. Finalmente, decidimos partir el día en 2 y acabar la tarde en Hanói.

El día anterior, mientras comíamos en un garito una señora se nos acercó y nos comentó que nos podía ofrecer un bus desde Ninh Binh a Hanói por 7 dólares, 8 si nos recogía en el hotel, así que pillamos las bicis y nos acercamos al lugar para contratar el bus, nos recogería a las 3 de la tarde, perfecto para aprovechar toda la mañana y el medio día en Ninh Binh y llegar a una hora razonable a Hanói.

Una vez contratado, nos fuimos tranquilamente paseando por algunos caminos que el día anterior habíamos pasado por alto, y más tarde vimos otro embarcadero que nos habían recomendado, el Thung Nang.
Hablamos con una señora de la zona y como el paseito duraba 2 horas, acordamos dejarlo en 1 por la mitad del precio, así que nos subimos en la barca y nos dimos otro paseo por entre las montañas, arrozales, nenúfares y animalillos mil que danzaban por ahí. Es imposible no alucinar cada vez que se sube uno a estos bichos, la experiencia te empequeñece tanto al estar en un sitio así que acongoja.

Tras el paseo, eran ya casi las 12, así que volvimos al hotel para hacer el checkout y tal y como nos comentaron por la mañana, podíamos disponer de las instalaciones del lugar sin problemas, piscina, duchas, etc.

Así que hasta las 3 estuvimos de piscinita, comimos tranquilamente y a eso de las 15:20 llegaron a por nosotros unos chavales en moto que nos dejaron donde la agencia de la señora y allí un bus turístico nos recogió para llevarnos a Hanói.
Básicamente el bus es de un tour que tienen, y como les sobraba unas plazas pues hicieron algo de negocio con nosotros.
El tren de Ninh Binh hasta Hanói tarda unas 2 horas y media y el billete sale por unos 2 euros creo, nosotros escogimos esta opción porque nos dejaba más cerca de la zona donde tenemos el hotel y porque gestionar los billetes de tren en Ninh Binh hubiera supuesto más pérdida de tiempo o pagar comisiones para que nos los compraran, con lo que unido al transporte requerido hasta la estación desde el hotel, nos habría salido por casi lo mismo. Por posibilidades, que no quede.

De camino pudimos ver las vías por las que nos había traído Marty, viendo el estado y la velocidad a la que iba, me dieron ganas de volver y darle dos collejas al amigo.
De paso comprobamos cómo el turismo o las nuevas (y ricas) clases sociales están devorando el entorno vietnamita. Ya en Ninh Binh, habían muchas zonas donde se estaban construyendo mega complejos turísticos, casas que simulaban palacios y en definitiva, a ver quién hacía el sitio más molón frente a las maravillas naturales.
En estas vías que atravesamos, todo estaba patas arriba, con casas derruidas, solares preparados con el cartelón en la entrada que anunciaba una urbanización en la que una familia feliz miraba al horizonte con el rostro iluminado de ilusión, un pequeño horizonte azul claro, porque lo que son las montañas quedaban tapadas por sus mega casas...Qué quedará de todo esto en unos años? Lo desconozco, pero será algo totalmente distinto con seguridad.

A la hora acordada, las 18h, llegamos a Hanói y el tipo nos dejó justo en la zona del lago Hoan Kiem, justo al sur del barrio antiguo de Hanói.
Allí pillamos un taxi que nos llevó hasta el hotel, cerca de la pagoda de Tran Quoc y a orillas del lago Tay Ho, una inmensidad de agua que queda al norte de la ciudad y que tal y como vimos más tarde, supone una zona de recreo para parejas y para tomarse algo en las distintas terrazas repartidas por el paseo.

Una vez realizado el checking nos fuimos directamente a dar un paseo por la zona, mientras volvimos a sentir en nuestras carnes la locura de tráfico de la ciudad, el ruido, la polución, el olor a frito de los puestos callejeros, otros olores que más vale no recordar y mucha gente saludándote y con una sonrisa en la cara.
Acabamos cenando en un japo en el que servían unas bebidas de esas muy extrañas, mezclando sirope de fresa, soda, nata y no sé qué historias más, estaba bueno, no hay dolor ya. El sushi normalito.

Algo cansadetes nos fuimos para el hotel, mañana será nuestro último día de turisteo en Vietnam, parece lejos ya aquél primer contacto en Bangkok hace 15 días, aunque aún nos queda cuerda para quemar los últimos cartuchos antes de regresar.


Un saludo!

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