Fede Álvarez, director de No Respires y el remake del clásico Evil Dead, toma las riendas de una de las franquicias más importantes en la historia del cine, hablamos de Alien, el clásico iniciado por Ridley Scott justo el año de nacimiento del que aquí escribe (ya ha llovido ya..) y que representa, sobre todo su primera y segunda parte, para nuestra generación mucho más que una simple película, son elemento fundamental de nuestra temprana edad y que probablemente hayan quedado grabadas a fuego por siempre jamás en nuestro imaginario.
Hace poco vi una entrevista de Mel Gibson en la que le preguntaban sobre una posible segunda parte de la pasión de Cristo. En esta entrevista, el tipo daba a entender algo así como que le interesa sobre todo esa parte de la historia que no se cuenta; por poner un ejemplo, qué sucede en los días que tardaba hasta el momento de resucitar, dónde estaba? en otro plano existencial? Infierno?…
Esos días aparentemente sin nada que contar encierran una cantidad enorme de posibilidades, y precisamente esto es lo que en mi opinión ha utilizado muy bien Álvarez, entre otros recursos muy válidos, para hacer de Romulus un espectáculo que la sube al podio de las más grandes de la saga.
La historia arranca en una colonia de terraformación, tal y como encontrábamos en Aliens, pero en pleno funcionamiento, con un aspecto sucio, decadente, rozando el esclavismo.
Allí unos jóvenes planean su huída gracias a una nave aparecida en órbita y a punto de estrellarse contra los anillos del planeta.
Lo que se encuentran en la nave les complica la huída.
Sin entrar en muchos detalles, se puede decir que no tiene una estructura rompedora, ni un guión excesivamente original, pero juega tan bien sus cartas, expande y utiliza tan rematadamente bien el universo Alien, que todo funciona de maravilla hasta llegar a exprimirnos en el asiento a base de una tensión brutal, sobre todo en sus últimos compases, haciendo brotar ideas recicladas de las dos primeras cintas, pero añadiendo ese toque personal para actualizar y que la cosa no quede en “otra” más de Alien.
Y ojo con la fotografía, hay momentos memorables, de una belleza espacial fantástica, así como un sonido acojonante.
Poco más que decir, tiene sus fallos, como algún momento flojo de guión resuelto con suficiente raspado, pero aceptamos barco al recordar a Ripley subiendo por la escotilla de descompresión de la Sulaco mientras la reina Alien (de pongamos 1 tonelada) la tenía pillada por la pierna.
Es una regalo a los que nos maravillamos con Alien el 8º pasajero y Aliens el Regreso, y a las nuevas generaciones estoy seguro que les encantará.
Un saludo!
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