Como en la joya de
Thatgamecompany, sobran las palabras y quizás es mejor mostrar
imágenes del lugar, porque el trekking que realizamos desde Sapa
hasta Giang Ta Chai fue una experiencia difícil de olvidar.
Pero como somos muy
cansinos vamos a explicar un poco las sensaciones.
Primero nos llevaron en
bus hasta Y Linh Ho donde nos apeamos una pareja de alemanes y
nosotros, así que finalmente seríamos 4 los que realizaríamos el
camino, tal y como prometió David.
La pareja se llamaba
Julia y Hugo, muy simpáticos, amables y con los que realizamos el
trayecto a muy buen ritmo, parándonos cuando era preciso y con
absoluto 0 problemas en definitiva.
Comimos en Ta Van donde
la mayoría de gente se vuelve para Sapa o algunos siguen hasta donde
nosotros pero hacen noche en dicho lugar. Hay que decir que para
visitar estos pueblos suelen cobrar dongs, varía en función del
pueblo, pero creo que van de los 10k a los 30k, en nuestro circuito
estaba incluido, así como la comida, pollo asado que tenía un sabor
muy muy bueno. Imagino que nos lo cruzaríamos por el camino.
También nos
acompañaron durante el viaje algunos grupos de mujeres de distintas
etnias, normalmente te ayudan en algún paso complicado o vigilan
que no te pierdas, al final suelen pedirte que compres alguna cosa,
es tu decisión, nosotros a una le pillamos un par de cosillas y a
otro grupo nada, sin problemas.
El viaje finalizó en
una catarata donde pudimos refrescarnos y desde donde las vistas son
espectaculares ya que a esa hora de la tarde (sobre las 16h) todo
comienza a coger ese tono dorado que vimos el día anterior, pero
claro, a pradera abierta y con los montañotes de fondo se puede uno
imaginar la estampa. Muy bruto todo.
Esto es un breve
resumen, lógicamente en el camino atravesamos laderas, bosques
embarrados, caminos de todo tipo, ríos, puentes colgantes y algunas
aldeas. Todo con unas vistas que parecen irreales mientras la cámara
de fotos parece a punto de explotar o nosotros de volvernos locos por
querer inmortalizar a cada escena más bella.
Para postres nos hizo
un día espectacular, con alguna nube que más que empañar se
agradecía por aquello del calor pero en general con un sol radiante
y un cielo azul intenso, hasta nuestra guía, una Hmong llamada Lu
muy amable y que nos fue explicando diversas curiosidades durante el
trayecto, nos dijo que podíamos sentirnos afortunados, porque días
así en esta época del año eran raros.
Con ese tiempo, los
riachuelos tenían las aguas claras, así que podías mojarte sin
problemas de quedar embarrado.
De vuelta al hotel
directos a la ducha y más tarde a cenar, esta vez si, al Little Sapa donde cenamos de muerte, sopa de tofu, rollitos y ternera con verduras a la brasa que se terminaba de cocinar en plato caliente. Para postres conviene saber que aunque ponga "pequeño" pastel de Sapa, es un pastelote del quince, aun así estaba tan bueno que casi nos lo zampamos. Un tipo que pasaba por ahí de la cocina hasta pasó dos o tres veces mirándonos y riéndose rollo "estos no tienen fondo!"
Mañana finalizamos nuestra
estancia en Sapa (eso sí, al final del día) para poner rumbo a
Hanói de nuevo en tren nocturno y dirigirnos a la Bahía de Halong,
donde nos espera un barco para hacer noche, ahí es nada.
Un saludo!
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