Abandonamos
el hotel (Eden Saigón, por cierto, bueno, bonito, bien situado y no
especialmente caro) y pillamos un taxi que nos llevó al aeropuerto,
importante diferenciar si es vuelo doméstico o internacional, ya que
las terminales están separadas y pueden dejarte en la otra punta.
Dos horas
más tarde pisábamos Hanói a ritmo de Simon & Garfunkel. Por la
pinta, parece una Ho Chi Minh 2.0, pero hasta que no exploremos bien
la ciudad no podremos dictar sentencia.
Al salir
del terminal pillamos un mini-bus que se encuentran a mano derecha de
la puerta principal. Por dos dólares por cabeza te llevan al centro
de la ciudad, a unas dos calles de la estación de tren central.
En un
principio nos pedía 5 pavos, pero como sabíamos que el precio
oficial eran 2 insistimos y al final resulta que nos pedía 5 porque
nos ofrecía llevarnos hasta la misma puerta de la estación. Por dos
calles 3 dólares, no aceptamos.
Conviene
saber una cosa con estos mini-buses si se tiene relativa prisa (rollo
que te salga un tren en 1 o 2 horas). Estos tipos tienen que llenar
el vehículo, y no se van hasta que esté hasta arriba. En un bus de
estos que caben 15 íbamos 18, más equipaje, para hacerse una idea.
No cabía un alfiler.
Unos
chavales al parecer llevaban esperando bastante rato y comentaron que
perderían su tren si no salían ya, al final tuvieron que bajarse e
irse en taxi. Nosotros apenas esperamos ya que llegamos casi de los
últimos.
Una vez en
Hanói caminamos hasta la estación de trenes, hay dos, una llamada
Ga Hang Co y la otra Quy Cap. La primera está al norte y desde ahí
salen los trenes a Sapa, la otra parte hacia el sur (Hué, Ho chi
Minh, etc.).
Allí
dejamos en unas taquillas las mochilas para recogerlas por la noche,
30000 dongs 8 horas.
Ya en la
calle callejeamos un poco por la zona marcada en el mapa como de
garitos de comida vietnamita, concretamente la calle Tong Duy Tang,
al norte de la estación de tren, pero como eran las 15h allí estaba
todo recogido, al parecer a esa hora es difícil encontrar comida
“fresca”, así que seguimos caminando y al final nos metimos en
un restaurante que tenía una parte superior con cristalera desde la
que se veía el tráfico, algo así como Bistro. El sitio era caro
pero servían un menú por 160.000 dongs que estaba bastante apañado,
entrante, plato y postre. 7 dólares al cambio...you know where I
mean...y encima en una habitación privada para nosotros. Estas cosas
las vamos a echar de menos.
De nuevo
con las pilas cargadas nos fuimos en dirección a la zona del
Mausoleo de Ho Chi Minh, siguiendo la calle Dien Bien Phu (quién
diablos pone esos nombres?), una suerte de Avinguda Diagonal pero con
unas pocas bastantes más de motos.
Hay que
tener en cuenta que la mayoría de atracciones entre las 16-17:30
horas cierran hasta el día siguiente. Museos, templos, etc. Además,
es posible que entre las 13 y las 15h también permanezcan cerrados
ya que aquí parece que la siesta también es deporte nacional.
Así que
como no teníamos muchas más opciones decidimos visitar la Plaza de
Ba Dinh, una especie de mitad de Tiananmen donde la gente hace
deporte, juegan los críos, se hacen fotos y pasean por unos
jardines. Incluso entramos en un templo donde estaban rezando, justo
al lado del Museo Ho Chi Minh, cerrado por supuesto.
Vimos el
atardecer en el lugar, bastante animado y con gente saludándonos,
haciendo fotos y jugando un poco con los críos, un rato bastante
agradable, y la gente muy simpática.
Eran sobre
las 18:30, así que pusimos rumbo hacia el centro de nuevo,
parándonos en una cafetería de las muchísimas que hay por la
ciudad (al parecer es tendencia) para pillar algo de wifi, hablar con
la familia y de paso tomar el fresco. La polución por cierto en
Hanói es igual o peor que Ho Chi Minh, definitivamente tienen un
serio problema que solventar.
Llegamos a
la estación y a la hora que nos indicaron en la reserva que
realizamos para los billetes apareció un tipo en moto que nos trajo
los tickets, le pagamos lo acordado (unos 140 euros ida y vuelta en
compartimento privado con camas para dos) y entramos por la puerta
número 7.
Para
pillar los billetes a Sapa se suele hacer por internet, pero no
existe (o por lo menos yo no lo encontré) página rollo Renfe para
reservarlos. En su defecto hay unas cuántas bastantes agencias que lo
que hacen es reservarlos por ti, llevándose una comisión y te son
entregados una hora antes de partir.
La verdad
es que la cosa acojona, pero si no se quiere hacer así, la única
manera es llegando a Hanói y comprarlos directamente en taquilla,
aunque te arriesgas a que no haya camas para pasar la noche o que
directamente no tengan billetes, ya que en agosto sube mucho la
demanda.
Para la
vuelta a Hanói se sufre el mismo riesgo. Así que consultando
precios de lo que se paga en taquilla y lo que cuesta “por
adelantado”, en mi opinión merece la pena. Como siempre, con
tiempo estos viajes salen muucho más baratos.
Comenzó a
llover a lo bestia y para llegar a nuestro tren teníamos que
atravesar los andenes, pero no por pasos subterráneos o elevados,
no, por delante mismo de los trenes, a lo loco, y con la que estaba
cayendo nos íbamos a poner buenos. Así que preguntamos a una señora
de un kiosko si tenía chubasqueros y por supuesto se sacó unos
cuantos del cajón, es que no falla, son más listos que el hambre.
Nos pidió
50000 dongs por los dos y regateamos hasta los 30000, la verdad es
que es de esas situaciones en las que si la tipa se empeña saca los
50, porque vamos, era evidente que los necesitábamos, así que sólo
nos timó 30k.
Ya
equipados, cruzamos las vías y nos metimos por el andén 6 en
nuestro tren y compartimento. Un camarote privado con algunas
bebidas, picapica y dos camitas para aquí los “mochileros”. Vaya
tela, con lo que hemos sido.
Mañana a
las 6 de la mañana llegamos a Sapa!
Un saludo!
Eso de mochileros... Si es que vaya viajecito os estáis dando!!
ResponderEliminarVamos de incógnito, nos mezclamos con los mochileros y cuando no miran nos metemos en el hotel molón!
ResponderEliminar