Nos despedimos con
tristeza del hotel Pullman donde el trato ha sido fantástico. En la misma puerta nos
localizaron un taxi y tras verificar que ponía el taxímetro y dejar
claro que iríamos por la autopista de pago (la
primera vez el tipo debió de meterse por algún otro sitio, porque
no pasamos peaje) para no llegar tarde, nos subimos y pasada una hora estábamos en destino.
Eli no
tenía ni idea de que había contratado un vuelo en uno de esos
aviones de hélice, con lo que cuando lo vio cambió de color dos o
tres veces. Otra de las sorpresas que le tenía preparada jeje.
El avión
muy cuco (no habíamos volado nunca en uno de hélices, la verdad) y
el vuelo muy tranquilo, con un pica pica muy apañado para los cerca
de 100 y poco euros los dos que costó...
En una
hora aterrizamos en Camboya a golpe de Morning Glory de Oasis. El
lugar desde las alturas parece un lodazal, con una inmensidad de
terrenos cada uno con su terraza de arroz y carreteras de tierra que
serpentean todo el lugar.
Para
entrar en Camboya es necesario un visado que se puede tramitar por
internet, sale por unos 25 dólares y prácticamente en 1/2 días lo
tienes en tu buzón de correo electrónico.
Al llegar,
nos fuimos directos al mostrador de e-visa y en 5 minutos habíamos
pasado los dos, el resto de gente tiene que rellenar formularios,
llevar fotos, pagar el importe...si no te fías de hacerlo por
internet, puedes tramitarlo por la embajada en España, pero creo que
te soplan casi 70 euros. 70 euros o 25 dólares, usted elige.
Nada más
salir nos esperaba el clon de Bruce Lee en moreno con un cartelito
que rezaba mi nombre, otro gustazo que nos hemos dado, un resort a
las afueras de Siem Reap y un conductor del que disponemos 12 horas
diarias para ir donde queramos, ahí queda. Navutu Dreams Resort,
para el que le interese.
El hermano
morenito de Lee resultó ser Mr Lo, un tipo muy amable que nos
ofreció bebidas frescas y nos dio un paseito por Siem Reap antes de
llegar al hotel. El lugar recuerda bastante a ciertas partes de
India, por sus calles de arena sin asfaltar, la cantidad de motos y
tuk-tuks, los puestos incrustados en edificios que se caen a
trozos....vamos, que si te teletransportas por un momento a Bikaner o
Kajuraho, yo creo que costaría saber dónde estás, aunque el calor
es algo más húmedo.
Tras un
ratillo llegamos al hotel y nos recibieron de muerte, con bebida de
frutas, paños húmedos, un hall de madera donde todo Dios va
descalzo y una decoración sencilla pero muy cálida.
Tras
explicarnos un poco cómo va el tema en el hotel, nos preparon la
habitación, entramos y directamente nos fuimos a pegarnos un baño
en la piscina, toda para nosotros, un lujazo, el lugar está basado
en un formato de resort de las islas Fiyi..
Sobre las
4 de la tarde decidimos ir a visitar Angkor, pero tan sólo el
principio del recorrido y ver el atardecer del lugar.
El tema de
las entradas de Angkor funciona de la siguiente manera; Puedes pillar
tickets de 1, 3 y 7 días. Si por ejemplo compras el ticket a partir
de las 17h para 1 día, con ese ticket puedes acceder al complejo esa
misma tarde y ver el atardecer sobre Angkor. Al día siguiente te
servirá ese mismo ticket.
El precio
es de 20, 40 y 60 dólares respectivamente, por cierto, que aquí se
paga en dólares, nada de riel, apenas lo usan para nada aunque
conviene tener a mano unos pocos para el tema de las propinas.
Llegamos a
la parte principal y bueno, pues qué decir, el sitio es una puta
maravilla.
La luz del
atardecer bañando el foso que rodea un largo camino empedrado,
reflejando en las aguas la estructura previa a los templos. A
continuación atraviesas un portal y te topas de frente con esos
pilares que se elevan hacia el cielo, con un césped verde que rodea
todo el complejo y unos lagos en los que se se dibuja una copia del templo. Las
nubes, el color dorado, los detalles arquitectónicos...es imposible
no quedarse boquiabierto. Tremendo.
Durante
una hora y media más o menos exploramos el recinto, ya que
tienes vía libre para llegar hasta donde quieras. El sitio es tan
grande que es fácil recorrer estancias en completa soledad,
descansando en algún saliente desde el que quedas colgado a una
altura considerable y donde puedes ver una estampa fantástica de
colores y formas.
Llegadas
las 18h el sol casi estaba a punto de desaparecer, con lo que
estuvimos un rato bordeando un estanque en donde unos críos nadaban
y recogían flores de loto del lugar, otros comían en algunos
puestos y la gente apuraba para “quemar” las cámaras
fotográficas para llevarse ese recuerdo inmortal.
Regresamos
al hotel para descansar, nadar un rato y cenar temprano en el
restaurante del hotel, ya que vimos que el menú parecía intersante
y los precios estaban bastante bien, entre los distintos platos se
podía degustar pescados como el Chdao o Amok, este último
espectacular en un formato rollo maki japonés, y además la carta de
combinados era bastante completa. Yo salí un poco tocado gracias a
los vinos y el Martini seco, fantástico para el esfuerzo físico
requerido al día siguiente, incluido un madrugón bastante potente,
nada menos que a las 4 de la mañana para ver amanecer en los
templos. Uno puede con todo...que estamos de vacaciones.
Un saludo!
Qué gran viaje pareja!! Me alegro que lo esteis disfrutando!
ResponderEliminarMuy buena tu cara en la foto del ticket!! Jaja
Un besazo enorme para los dos de parte de los dos! ;)
Morena! Ya le conoces..... El Fran y sus mil caras..... Jajaja! X cierto hoy nos hemos acordado de vosotros xk Fran se ha tomado un Campari ;) besitos para los dos!!!!
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