12 de agosto de 2013

Pacific Rim

Guillermo del Toro se marca todo un homenaje a aquellas series que de alguna forma conviveron con muchos de nosotros durante gran parte de nuestra infancia. Hablo de obras como Mazinger Z, Transformers, Macross y para algunos más jovenzuelos, Evangelion.

Pacific Rim nos explica durante sus primeros minutos el por qué la humanidad se ve en la obligación de construir robots de 150 pisos de altura para hacer frente a una amenaza que surge de las profundidades del planeta.
Con esta simple premisa se presenta algo realmente espectacular, esta es la palabra que probablemente defina la criatura de Del Toro.


Tras esos primeros momentos, uno ya tiene claro que no está viendo otro blockbuster cualquiera tipo Transformers (de la que únicamente se salva la primera parte y por que resulta entrañable), ya se vislumbra esa calidad que imprime el director en sus obras, con unos diseños fantásticos, con una claridad sorprendente a la hora de mostrar esas enormes bestias que se mueven entre tormentas y atizan a los sentidos del espectador dejándonos sin apenas momentos para parpadear.

Reconozco que cuando llevaba un rato viendo el espectáculo, incluso me dio tiempo para reflexionar un poco en hasta dónde se ha llegado en cuanto a efectos especiales, y no me extrañan las declaraciones del creador de Metal Gear, Hideo Kojima, cuando decía que jamás pensó que podría ver en la gran pantalla algo que hasta la fecha tan sólo se podía plasmar en cómics, anime o en videojuegos, pero sin esa calidad añadida con la cuentan las grandes producciones del celuloide. Y quien conozca a Kojima sabrá que el tipo es el que más cerca está de fusionar cine y entretenimiento digital.

Claro que todo ese potencial visual y sonoro tiene un precio, y lógicamente mantener ese nivel durante toda la proyección era de esperar que sufriera algún bajón, bajón que sucede en su mitad, en la que inevitablemente viene el desarrollo y construcción de personajes aunque, afortunadamente, el director consigue no acabar de desconectar del todo y sigue ofreciendo momentos de interés, dosificando la acción de forma inteligente, con lo que sale bastante bien parado de este cambio de ritmo.


Y probablemente aquí no terminen los fallos, ya que posee también cierto exceso de clichés, de discursos patrióticos y demás mandangas en pelis tipo Independence Day y similares, aunque en mi opinión no hay que olvidar que estamos ante un blockbuster veraniego que busca precisamente ese tipo de emociones e incluso me atrevería a decir que Del Toro juega un poco con el espectador en cuanto a ese aparente mensaje para mostrar más una sociedad rebelde y unida que a la típica pleitesía patriótica. Aunque eso no justifique el exceso de discursitos y conversaciones algo planas.

En cualquier caso, muchos de esos fallos una vez analizados incluso se vuelven virtudes o "medio virtudes" y una vez finiquitada la sensación que deja es más que positiva. Un producto muy entretenido, muy bien hecho, un apabullante despliegue técnico que impacta en el subconsciente de los que vibramos con las aventuras de Koji Kabuto a lomos del mítico Mazinger y que provoca una alegría añadida, así que Pacific Rim si se es tomada como lo que es en su esencia, es tremendamente disfrutable, si nos perdemos demasiado en los irritantes discursos podemos tacharla de pantomima o ridícula.
Pasen y vean en cualquier caso, porque yo creo que merece ser vista en pantalla grande.

Un saludo!

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