22 de agosto de 2010

Takayama

Takayama

Nos pasamos la mañana viajando en tren. Primero nos fuimos de Nara hasta Kyoto. Luego hacia Nagoya, después de Nagoya a Takayama. Total que llegamos a eso de las 14h...aprovechamos para comer en los trenes con cajitas preparadas de variedades, salen a muy buen precio y te quedas a petar...

El tramo de Nagoya a Takayama fue impresionante. Comenzamos a dejar atrás la “ciudad” y las montañas comenzaron a ganar terreno...las montañas y los ríos. El panorama precioso...daban ganas de bajarse en cualquiera de las estaciones porque las zonas eran de órdago.

Bajamos de Takayama y advertimos que pese a hacer calor, nos dio la sensación de haber dejado atrás un poco el sofocón de la zona de Kyoto y Nara.

Dejamos las mochilas en la estación y nos fuimos a ciegas hacia el ryokan Sumiyoshi ya que no me habían contestado al mail de la reserva. En cualquier caso no estaba muy lejos y aprovechamos para ver la zona. El pueblo de Takayama una vez dejado el “tráfico” de la estación se convierte en calles muy agradables para pasear, con aceras como si fueran porches de entradas a las casas, tiendecitas muy cucas...una de ellas sobre todo, que luego comentaré.

Preguntamos a una señora mayor (craso error) por el ryokan ya que según indicaciones lo teníamos que tener delante de nuestras narices, pero no lo veíamos. La mujer nos dijo en un japonés espléndido un montón de cosas...la biblia en verso, pero ni papa, yo no sabía como decirle que daba igual...que imposible...en fin, le preguntamos a un mecánico y nos señaló un cartel sobre nuestras cabezas que ponía ryokan Sumiyoshi.

En este país pasa una cosa, uno suele ignorar letreros pequeños porque da por descontado que van a estar en japo...y a veces da la casualidad que está en caracteres occidentales y pasa lo que pasa...

Llegamos y entramos en la casa, la entrada parecía un museo, muy bonita y acogedora. Miyagi-San (era clavao) nos dijo que sólo tenía habitación para esa noche...bueno...nos enseñó la choza y la verdad es que era acojonante de bonita.
La casa más que un ryokan es un museo, la decoración en algunas estancias es como si estuvieras en el siglo pasado, de echo, tenía un VHS y un Betamax!!! Sólo le faltaba un 3DO!

Nos enseñó los múltiples baños que tenía el castillo..digo la casa y la guinda vino con un onsen que de película.

La habitación era tipo tatami, muy espaciosa, muy bien decorada y con una pequeña salita con vistas al río...nos quedamos por 14000y la noche.

Nada más salir nos metimos en una cafetería a tomarnos un cocoa y un blue montain (ho!)....Takayama tiene un nivel interesante de cafeterías, hemos visto bastantes y con muy buena pinta y ambientación....todas muy bien organizadas, con buena música...algo caras dependiendo lo que pidas pero muy bien en general.

Nos fuimos a dar una vuelta y ya de paso a mirar por si encontrábamos hotel para el día siguiente, preguntamos en algunos y en todos parecía que estaba a petar...entonces encontramos una tienda en la que me pareció ver una réplica enorme del robot Robby....nos metimos en la tienda y vi un montonazo de réplicas y muñequitos de pelis, juegos, cómics....entré en shock y el dependiente nos dijo que el sitio cobraba 500y la entrada...Eli le metió los dineros en la boca y me empujo para adentro y comenzó la bacanal de oooohs y frenesí de fotos.


Oooooh!!!

El sitio es pequeño, pero las réplicas originales a tamaño natural como la del T-800, el Predator, Alien y un puto Cylon de la serie original de Galáctica un poco más y acaban conmigo. Tremendo...hasta tenía una nave original de la serie de V dedicada al dueño de la tienda, un tal Shin (que no era el dependiente) y que me lo imaginé como el malo del Inspector Gadget en su silla viendo como se me caía la baba en sus dominios.


A el dependiente tampoco le triunfó demasiado el final de la "nueva" Galática. XD.

El tío nos iba explicando las características de los bichos (qué me vas a contar pardel!), las unidades que quedaban en el mundo de cada pieza...y por supuesto, que no tenían precio...el predator era acojonante, pero acojonante de verdad.


0.=

Figuritas mil, de Blade Runner, réplicas de armas, cabezas de Terminator a tamaño original....agh!!!! Hasta máscaras del planeta de los simios!


O-o

Como el tipo vio que el tema nos gustaba “un poco” hasta nos sacó pastitas y algo para el sofoco (un té frío). Luego vimos unas figuritas muy monas (y que era lo único alcanzable para nuestros bolsillos) que al parecer es la nueva fiebre nipona, pagándose hasta 40.000y por alguna rareza que te puede “caer”, ya que eliges una caja entre un montón y es sorpresa el muñeco que te sale. Lo pillamos por 800y y Eli se encariñó al instante del “bicho” que le salió....y la reina Alien mirándome desde la antesala....agh!

Poco después de dejar la tienda nos encontramos con un Super Hotel, como el que habíamos estado en Nara. El sitio estuvo muy bien, así que preguntamos por habitaciones y tenían, por 6000 y pico habitación doble, con internet, etc.

Ya con habitación para el día siguiente, callejeamos un poco más por la zona norte y vimos un Torii enorme de color beige que daba a la zona de los templos...pasando de más templos, por lo que habíamos leído no tenían nada especial ni destacable. Nos fuimos para una zona que nos recordó un poco el Gion pero con bastante más tráfico de gente y con un fondo muy bonito en forma de montañas.

Estuvimos mirando tiendas y haciendo un poco el guiri hasta que nos entró el hambre y cuando nos dimos cuenta nos habían dado las tantas, todo cerrado...dos semanas aquí y todavía caemos...joder.

Al final dimos con un sitio cerca de la estación en la que te hacías tú el papeo en un hornillo (sudores fríos con el recuerdo de Suzhou en China). La base era pollo y verduras y le podías añadir ingredientes (sobre los 200y por ingrediente) al gusto. Te lo traían sobre un papel vegetal con todo el mejunje y ale, al fuego, remeneando con los palillos de vez en cuando y controlando el fuego. Muy bueno. La barbacoa sale por menos de 1000y.

Caímos en que teníamos un equipaje que recoger en la estación, así que nos fuimos a por las mochilas y como no teníamos muchas ganas de cruzar el pueblo de nuevo fuimos de señoritos en taxi por unos 700y, el lugar es pequeño, por lo que no merecía la pena cargar con el tema ya que sale barato.

Ya en el ryokan nos fuimos directos al onsen y nos lo apropiamos para nosotros dos un buen rato. Venga cubazos de agua y para la “piscina”, madre de Dios, no se acostumbra uno a esto...pero por qué no se hace esto en España?
Salimos como en una nube, este es el mejor que hemos probado con diferencia, qué lejos queda el de la casa de los horrores en Miya...el 9 hours muy bien, pero más frío que este, tan típico y tradicional.

Mañana por la mañana iremos a Shirakawa-Go, una aldea a una hora de Takayama que nos han hablado muy bien de ella. Haremos excursión de medio día largo.

Un saludo!.

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