Esta vez nos levantamos ya con la hora buena. Nos fuimos en metro hasta la estación de Tokyo en donde pillaríamos el famoso Shinkansen, el tren bala que se pone a 300 por hora...joder, cómo mola decir el nombre.
Llegamos a Tokyo y buscamos la línea de los Shinkansen, una vez localizada nos metimos en la oficina de la Japan Rail para pillar la reserva de asientos (te puedes meter directamente en el tren que te lleva, pero mejor reservar asiento por si acaso) y tan sólo tuvimos que decirle el destino y enseñarle los bonos del JR que a partir de ahora serían como nuestras placas del FBI, qué gustazo pasar por el tren, enseñarlos y ala, sin colas ni máquina “absorbedora” maldita...por cierto, ya hemos conseguido atrapar el ticket antes de que salga, je!
El bono funciona de la siguiente manera, tú llegas a la linea de JR y lo enseñas en el mostrador que está junto a las máquinas de entrada...da igual que lo enseñes cerrado, abierto, doblado o haciendo un juego de manos, que ellos deben de tener rayos X en los ojos y saben que está al día.
Desde Tokyo iríamos a Utsunomiya y de allí al parecer hay que pillar un tren local que te lleva a Nikko....bueno.
Vimos en una pantalla el andén y como teníamos tiempo pues nos fuimos a por unos cafés en una especie de Starbucks de por ahí que los hay a cientos.
Ya con los víveres nos metimos en el andén y como somos muy flamencos dijimos p'adentro...bien, bien..pues aquí nos metemos, en el “car” 5 y toma, asientos en la planta baja (algunos tienen dos pisos)...el bicho se empezó a mover a todo trapo y nos comimos nuestras pastitas, bebimos el café tranquilamente y cuando ya casi estábamos pillando el sueño una señora se acerca y nos dice que en esos asientos va ella...sudor frío.
Cuando le enseñamos los nuestros dijo un “ho!” y como no queríamos que entrara en cortocircuito pensamos que seguramente la habíamos cagado nosotros...lo comprobamos y cierto, nos habíamos metido en otro...toma ya, cómo nos gusta estas cosas.
En fin, la mar de contentos (mentira, yo solté demonios a mil) le preguntamos a un revisor y nos dijo que no había problema, que nos bajáramos en la siguiente parada y que podíamos pillar el siguiente que era el nuestro...madre mía qué flor, ya estábamos pensando en abortar el día y dejarlo para otro por el tiempo perdido.
Así que nos bajamos y subimos en el nuestro que llegó a los pocos minutos...ufff, moraleja, en Japón si un tren pone que sale a las 10:20 sale a las 10:20, si te metes en un tren a las 10:18 y sale a y 19 te has equivocado, fijo.
Hicimos el trasbordo sin problemas desde la misma estación de Utso y nos metimos en un tren que nos llevó hasta Nikko en unos 40 minutos.
Nada más bajar ya se nota lo fresco del lugar (estaba nublado, cosa que se agradecía que te cagas). Vimos una parada de bus que al parecer te llevaba hasta el famoso puente rojo “Shin-Kyó”, pero el lugar parecía tan bonito que decidimos comernos el kilómetro y pico que había hasta llegar a él a pata.
Fuimos viendo tiendecitas, casas (y qué casas, de cine), todo con la postal de las montañas detrás y una niebla que bajaba espesa rollo Tenerife o Dali. Tranquilamente llegamos al puente (vamos pillando la forma poco a poco), la escena es preciosa, un río baja con fuerza y el puente queda sobre él mientras al fondo se ven las montañas...de peli, vamos. Cruzarlo vale 300Y por persona, pero desde el puente de al lado se ve mejor y lo encontramos una tontería pagar para eso.
La mayoría de la gente se fue dirección a los templos, siguiendo unas escaleras en el mismo cruce vas hacia la zona en la que están todos...pero decidimos irnos hacia el abismo de Gamman-Ga-Fuchi en donde al parecer hay un conjunto de estatuas llamadas Jizo en una zona apartada y que sigue el río principal de Nikko (Daiya-Gawa)...parecía que tenía mejor pinta que tirarnos horas viendo templos...
Así que fuimos caminando siguiendo la carretera principal a mano izquierda y...comenzó a llover, por lo que paramos en el primer sitio que vimos a comer algo. Nos pedimos unos sandwiches que estaban que te cagas (de tortilla con verduras) por 3e al cambio (cada uno) y nos pusimos como el kiko.
Escampó y decidimos seguir al rato, unos 20 minutos más o menos.
El buen hombre al salir del bar nos hizo un gesto como de triángulo y claro, entre el símbolo de Mazinger Z que te hacen cuando no entienden (o no tienen algo), tanta reverencia y mandangas pues nosotros hicimos un namasté y hasta luego...al salir le dimos unas cuantas vueltas y caímos en la cuenta que lo que nos quería decir era si no llevábamos paraguas! Qué cafres Dios mío....en fin, los dioses fueron bondadosos con estos pobres viajeros y nos refrescó cuando hizo falta a primera hora y luego no volvió a mojarnos durante nuestro día.
La lluvia refrescó el ambiente y nos hizo más llevadero el kilómetro y medio de caminata hasta que llegamos a la zona de las estatuas.
Por el camino, disfrutamos mucho, del río, de las montañas...las vistas son espectaculares y se estaba realmente tranquilo...bueno, es que no había nadie por donde habíamos tirado, con lo que el momento ganaba bastante.
La verdad es que no sabemos si la zona está cuidada artificialmente o qué, pero miraras donde miraras sólo ves postales...unos claros de bosques con un verde vivo...hasta la vegetación parecía estar colocada a consciencia.
Llegamos a la estatua principal Bake-Jizo, la que preside la estancia del otro conjunto, se supone que se ríe del viajero que intenta contar todas las estatuas que hay...el jodío tiene su guasa, con su gorrito de lana rojo, muy mono.
Caminamos un poco más y pasamos la puerta que da acceso a la zona de las estatuas..igual es cosa nuestra, pero nada más pasarla notamos que refrescó el ambiente cosa mala...curioso.
Las estatuas están todas a mano izquierda, son un huevo y parte del otro, todas con su gorrito de lana rojo y su cara, el sitio es muy tranquilo y relajante, ayuda bastante el tener el río justo al lado con lo que los sonidos de las chicharras (mira que en China sonaban...pues aquí se ha hecho mayores), la brisa, el agua...todo se junta para formar una estancia muy especial.
Estuvimos un buen rato pululando entre las piedras, asomándonos la río y finalmente decidimos volver hacia una zona en la que habíamos visto que uno se podía meter en el río...nos quitamos el calzado y metimos los pies.
Dolor. Mucho dolor sentimos al probar el agua H E L A D A en nuestras pobres carnes...eso sí, allí sentados, rodeados de montañas, con bosques por todas partes....el lugar es fantástico.
Pasado un buen rato vimos que por un puente cercano pasaba un grupo de españoles y cuando nos vieron se acercaron para preguntar si el tema era seguro, les aconsejamos la experiencia y se metieron sin pensarlo...decidimos dejarlos disfrutando y nosotros nos fuimos ya a por otra cosa.
Con las pilas cargadas nos fuimos hacia la zona de los templos entrando por la parte “trasera” de los mismos, allí “bosqueamos” un poco y llegamos a la calle principal en donde están todos, pero nos dio mucho palo subir y corretear templos y más templos por lo que mirando cerca del templo de Rinnó_Ji vimos que había uno con unos jardines típicos japoneses que tenía buena pinta (y que no salía en la guía). Y lo tenía, el templo está justo al principio de la calle principal y por 300Y vimos un jardín la mar de chulo, con sus estanques, paseos de piedra, puentecitos, árboles hiper cuidados...sólo faltaba la Thurman y la Lucy Liu dándose espadazos...precioso, la verdad...a pesar de que por culpa de la lluvia mañanera el agua estaba algo turbia.
Se nos hizo ya tarde y queríamos volver con el tren de las 18h así que volvimos a bajar la calle principal del pueblo disfrutando de nuevo del lugar hasta que llegamos a una plaza que conecta con la estación en la que vimos unos pastelillos de esos blancos con el centro “cremoso”, no tengo ni idea de qué lo harán pero están que te cagas...lo que sí se es que el que me comí sabía a castañas por el medio.
Ya en la estación vimos una máquina que sólo le faltaba preparar Bacardís con Coca Cola, porque el set list de productos era acojonante...yo me tomé un café helado seleccionando la cantidad de café, de azúcar..si quería leche....tarda unos 30 segundos en preparártelo y luego te lo da rollo “lluvia de estrellas”, se abre una puerta de forma automática y aparece el magnífico vaso (sólo falta el humillo).
Del tren local ni nos enteramos, porque íbamos totalmente agotados, pero en el Shin estuvimos ojeando unas revistas y nos lo pasamos pipa...eran rollo Teletienda con inventos mil de los japos....una sobaquera , un aparato para verse el cuero cabelludo (?¿?¿?), un calzador para no agacharse....joder joder, qué grande.
Lo mejor es poner fotos;
Yo no se vosotros...pero nosotros vemos un muñón...pues no, es una sobaquera.
Una mini cámara para verse...qué? Piojos?
Volvimos al hotel y de camino decidimos pillarnos una caja para llevar de sushi y variedades, por poco más de 6 euros lo pillamos en una estación y estaba bastante bien.
Nikko es precioso, seguro que los templos son interesantes, pero teniendo en mente Kyoto creemos que sería cargarnos demasiado (y nuestro conocimiento sobre la materia tampoco lo hace indispensable), así que la idea de pasar un día disfrutando de algo distinto nos salió perfecta. Pasamos unos ratos realmente agradables bajo la sombra de los árboles, con el sonido del río, la calma del lugar...fantástico. Nos ha resultado un escape de la locura de Tokyo bastante considerable.
Mañana, Kamakura, una de playa!
Un saludo!.
Y venga que viva la comida...
ResponderEliminarSi es que a la vuelta ya te veo corriendo dando vueltas al edificio con un portátil colgado del cuello para las incidencias!!
Gracias por las fotos!!
:D
Bien, vuelvo a tener lectura para el metro! lo que lo hechaba de menos je je je
ResponderEliminarAla a seguir disfrutando, aunque os engañen como a chinos je je je
besitos MaRi
Boh! No será la primera ni la última, tenlo por seguro...
ResponderEliminarUn saludo Mari!
Ya veo que tan sólo debía esperar un post más...Ahora sí que os veo en el rollo zen (casi podía oir el riachuelo).
ResponderEliminarPor cierto me molan los comentarios donde flipáis de las cosas alucinantes que véis en ese país...y la verdad que por lo que comentáis no es para menos...de museo, o mejor dicho de zoológico